La Roma despide a Mourinho
Los malos resultados del equipo, noveno en la Serie A, han empujado a la propiedad de los ‘giallorossi’ a prescindir del entrenador portugués en su tercera temporada. El ex capitán del equipo Daniele De Rossi le sustituirá en el cargo
La Roma ha despedido esta mañana a su entrenador, el portugués José Mourinho, después de tres temporadas al frente del equipo. Los malos resultados de esta temporada y, especialmente, de las últimas semanas, han empujado a la propiedad del club a tomar la fulminante decisión. El pasado fin de semana, los giallorossi perdieron ante el Milan por 3-1. Pero el equipo, que en todo este tiempo no había logrado encontrar un juego reconocible, ya había sido un desastre durante el último mes acumulando derrotas con Bologna, Juventus y Milan, empates con Atalanta o Fiorentina. La Roma se encuentra ahora mismo en el noveno puesto y está a cinco puntos de la clasificación para la próxima Champions League. Un objetivo que se había marcado el club a comienzo de temporada. Al cabo de pocas horas, la Roma ha anunciado también que el ex capitán y leyenda de la institución romana Daniele De Rossi será el nuevo técnico.
El club emitió un comunicado este martes en el que anunciaba el despido del técnico portugués: “Agradecemos a José en nombre de todos nosotros en la AS Roma por la pasión y el compromiso que ha demostrado desde su llegada a los giallorossi”, señalaron Dan y Ryan Friedkin, propietarios de la institución deportiva. “Siempre tendremos grandes recuerdos de su gestión, pero creemos que, por el bien del club, es necesario un cambio inmediato. Le deseamos a José y sus colaboradores lo mejor para el futuro”.
Mourinho ha dirigido 138 partidos con la Roma. Llegó a la ciudad en septiembre de 2021. La afición le recibió como un héroe y, sobre todo, como la solución a un problema histórico de confianza para volver a conquistar títulos. Y el portugués cumplió con esa parte del trato. Mourinho entendió rápidamente la compleja idiosincrasia del club romano y conectó perfectamente con la grada que, pese a no disfrutar de un juego vistoso, apreció su capacidad de motivación. El momento cumbre se vivió en mayo de 2022, cuando el equipo ganó la Conference League en Tirana contra el Feyenoord. Era la primera final europea que jugaba desde 1991, cuando el Inter le ganó la Copa de la UEFA.
La vitrina de trofeos de la Roma se había convertido en un desierto en las últimas décadas. El último título se había levantado en 2008 y fue una Copa Italia. Para encontrar un título de liga hay que remontarse a 2001. Y si uno buscaba un trofeo con sabor europeo en las vitrinas de Trigoria, tenía que viajar hasta la Copa de Ferias conquistada en 1961. El título de la Conference League logrado en 2022 y la final que se jugó al año siguiente de la Europa League contra el Sevilla, aunque se perdiese, devolvieron la autoestima a un club y a una afición muy castigada por los fracasos. En parte por eso, una gran parte de la grada del Olímpico quería que el portugués siguiese al frente del equipo.
La 2022-23, tras la derrota en Budapest con el Sevilla, acabó mal para todos. El deporte es a veces cruel, y por un solo lanzamiento en la tanda de penaltis, Mourinho podría haberse convertido en una auténtica leyenda del club con dos finales conquistadas de forma consecutiva. Pero no fue así. Y tras la final de Budapest, el futuro del portugués quedó algo en el aire mientras llegaban los conatos de sirena de Arabia Saudí. “No quería que la gente tuviera dudas sobre mi puesto, por eso dije que quería quedarme aquí. Después de Budapest hablé de la oferta de Arabia con el club y decidí quedarme aquí. Ahora con la misma sinceridad digo que quiero quedarme”, dijo hace algunas semanas cuando se hablaba de renovar su contrato.
Daniele De Rossi, que será el nuevo entrenador, fue anunciado poco después y tomará las riendas del equipo inmediatamente. El ex jugador es una de las leyendas del club y uno de los hombres con más personalidad y sentido del juego que han pasado en las últimas décadas por las filas de los giallorossi. Jugador de la casa, romano y profundamente romanista, ha mostrado enseguida la emoción por la oportunidad. “Es una emoción indescriptible”. El riesgo ahora, creen algunos, como en cualquier intento de reconvertir a una vieja estrella del césped en un gran técnico, será mancillar el recuerdo de una leyenda que deberá ponerse al frente de un equipo inestable que, como todos los equipos que entrenó el técnico portugués, vivirá la dura resaca de la época Mourinho.
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