El City de Guardiola se topa con Mateta
El punta cataliza la remontada del Palace, de 2-0 a 2-2 ante un campeón que ha sufrido cuatro empates y una derrota en las últimas seis jornadas
Jean-Philippe Mateta es el punta de referencia del equipo más arcaico, menos presionante, más replegado y menos reactivo de la Premier. El Crystal Palace que visitó el Etihad este sábado tenía la tasa de remates más baja del campeonato inglés. Una anomalía en un torneo que ostenta el índice goleador más elevado del último medio siglo. Una contradicción ambulante que se personalizaba en Mateta. El nueve francés, de 26 años, se pasó el partido de Mánchester aislado, luchando metro a metro con Días, Aké y Walker en una larga batalla solitaria. Cada pelotazo que le enviaban desde su campo se convertía en un combate en campo abierto contra algunos de los defensas más potentes que existen. Contra todo pronóstico, ganó Mateta y el City sufrió otro golpe: acumula cuarto empates y una derrota en los últimos seis partidos de liga.
El Palace, que perdía 2-0 en el minuto 54, acabó la tarde con un 2-2. Después de más de una hora de encierro en la que había cumplido con su guion. En la mejor tradición de Roy Hondgson, el equipo de Selhurst Park venía de robar 440 balones en el tercio del campo más próximo a su portería en esta liga, algo que le situaba como al equipo que más balones recuperaba en esa zona solo por debajo del Nottingham Forest y el Luton Town. En Manchester, su táctica se radicalizó, si eso es posible. El Palace no solo no presionó alto. Tampoco presionó bajo. Sencillamente, hizo lo que tantos equipos italianos en los años dorados de Laura Pausini: un catenaccio dotcom. Se recogió en su área con sus 11 futbolistas durante largos periodos del partido a esperar que alguno de sus defensas se quedara con un rebote. El City remató 19 veces por cinco de los visitantes. Grealish metió el 1-0 a pase de Foden, que lo asistió sin que apenas lo molestaran los zagueros y los pivotes; y Rico Lewis marcó el 2-0 tras un rechace.
El Palace asumió el riesgo de ser goleado. Formo parte del cálculo de Hodgson: si la moneda caía de canto, o de cara, tendría alguna oportunidad de puntuar a la contra. El partido parecía liquidado cuando cerca del minuto 80 un balón largo del central Guehi deshizo el optimismo imperante en las gradas. El balón rodó por la pradera vacía, Schlupp lo interceptó antes que Dias y metió el centro. En el área chica Mateta se impuso en el duelo cuerpo a cuerpo que libró con Aké. Estiró el pie y alcanzó la cumbre del marcador con el 2-1 de la esperanza. El Palace, que se aproximaba seriamente a puestos de descenso, sacó la garra. Contra la lógica de las cifras y los precedentes. Contra las inercias. En el minuto 93 un balón perdido cerca del área del City rodaba sin dueño aparente en busca de un accidente. Foden se apresuró a despejarlo sin poner la atención debida. Antes de que el pie del inglés tocara la pelota, golpeó la pierna de Mateta. La aparición súbita del indómito punta sorprendió a Foden y el juez decretó penalti.
Guardiola: “No merecimos la victoria”
“No se trata de mala suerte”, dijo Guardiola; “fue merecido. Desperdiciamos dos puntos por provocar este penalti. Hemos generado muchas ocasiones y no fuimos capaces de concretarlas, y esto no es la primera vez que nos sucede esta temporada. Jugamos realmente bien contra una defensa de 10 jugadores metidos en 15 metros. Ellos no generaron ni una ocasión durante 57 minutos. ¿Cuántos contragolpes le permitimos hacer [al Palace] en 90 minutos? ¿Dos? Me encantaría reproducir esta estadística siempre. Pero si después regalamos un penalti, no merecemos la victoria. No fuimos suficientemente consistentes”.
El 2-2, obra de Olise, supone un golpe extraordinario en la moral del City cuando toda la expedición skyblue se disponía a embarcarse hacia Arabia a disputar el Mundial de Clubes. Inmediatamente el equipo de Guardiola pasó de ocupar el tercer puesto igualado a 36 puntos con el Arsenal, a desplomarse al cuarto lugar de la clasificación con 34 puntos. El Tottenham, con 33, amenaza con arrebatarle la última plaza con derecho a Champions y el Liverpool, líder con 37, puede aumentar su ventaja a seis puntos si este domingo le gana al Manchester United.
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