Un Atlético maduro y de récord remonta al Villarreal
El equipo de Simeone logra su décimoquinta victoria consecutiva en Liga como local tras imponerse por 3-1 en un partido en el que mostró hechuras de candidato al título
Tiene este Atlético hechuras de equipo dispuesto a pelear el título. Lo mostró este domingo resolviendo un partido que tuvo que masticar ante un Villarreal incómodo al que tuvo remontarle el gol de Gerard Moreno. Lo hizo primero con empuje y después con una carga final trepidante, con Llorente como agitador y Griezmann, de nuevo, como goleador definitivo. Lino culminó la decimoquinta victoria consecutiva en Liga en el Metropolitano. Un récord más para Simeone.
No mantuvo el técnico argentino la atrevida apuesta con la que arrasó al Celtic, con Griezmann de interior y Morata y Correa en la punta de ataque. El respeto por la nómina de jugadores del Villarreal, pese al baile de entrenadores que le asola, hizo primar en la pizarra de Simeone el equilibrio táctico con Saúl. En la alineación de este también pesó otro equilibrio, el psicológico. Después de un buen inicio de curso, Saúl ha bajado sus prestaciones y Simeone no quiere que se le desenganche ningún futbolista. Frente a ese once menos transgresor, el Villarreal quiso fotocopiar su victoria de la temporada pasada. Un plan que volvió a incomodar al Atlético consistente en ralentizar el juego en los pies de su portero. Si el año pasado fue Rulli el catalizador de ese fútbol dormidera anoche fue Jorgensen. Y protagonistas que repetían papel tenía unos cuantos por delante el meta danés. Perros viejos como Parejo y Capoue que le daban continuidad a ese juego narcotizante que trataba de acelerar otro resabiado como Gerard Moreno.
La misma impaciencia y hartazgo que mostraba la hinchada rojiblanca con la parálisis que le imprimía Jorgensen al juego se transformó en precipitación para el Atlético. Barría mucho campo para presionar y quitar, pero se vició en colgar balones a Morata y en inclinar en exceso el campo hacia el costado de Riquelme. Faltaban repertorio, inventiva y claridad. No al Villarreal. Sus futbolistas se desplegaron como meritorios que esperan la llegada del nuevo entrenador, Marcelino. Empezaron a coser transiciones a un toque o con balones largos a Sorloth. Yeremy Pino sacudió los guantes de Oblak antes de que Gerard Moreno aprovechara un despeje del esloveno a fuerte derechazo de Sorloth.
El noruego tuvo el 0-2 en una contra preciosa, aligerada a campo abierto por Gerard Moreno con un simple toque delicioso. Oblak aguantó con maestría para meter la manopla en el zurriagazo que soltó el noruego. El plan que tenía al Atlético espeso y atacado se quebró al Villarreal con la rotura muscular de Sorloth. También el interino Tena mandó un mensaje conservador con el cambio. Metió a Terrats, un centrocampista. La señal la cogió al vuelo el Atlético, que inició una carga en el tramo final del primer tiempo que le dio para empatar al borde del descanso. Griezmann ganó la línea de fondo y su centro raso y duro lo remachó Witsel en el segundo palo. El belga adornó con el tanto su jerárquica actuación defensiva con cruces vitales.
Con la igualada, Simeone ejecutó el cantado cambio de Saúl para meter piernas y profundidad con Marcos Llorente. Este ha perdido el sitio en el once y oposita a recuperarlo como revulsivo. Una rosca suya le silbó el flequillo a Morata con Jorgensen sobrepasado por el centro. Otro centro curvo de Llorente si lo cabeceó un pelín cruzado. También Riquelme exigió a Jorgensen antes de que el repliegue del Villarreal volviera a nublar los ataques rojiblancos. Correa, Barrios y Lino fueron los elegidos para retorcer el partido en su último tramo. Los tres mejoraron esos ataques con el reloj ya agobiando. Sobre todo Barrios, que está varios puntos por encima de Saúl e incluso de De Paul. Un centro pasado de Koke lo tocó Llorente en el segundo palo y lo empujó Griezmann, que con 169 goles superó a Escudero como el segundo máximo goleador de la historia del club. El galo tiene ya a tiro a Luis Aragonés (172). Simeone se fue a felicitar a Llorente a la esquina. Más equilibrio psicológico.
Desvencijado ya el Villarreal, Barrios tiró de tranco para atravesar campo con una cabalgada imponente. Por el rabillo del ojo vio que por el pasillo izquierdo entraba Lino a la carrera libre de marca y le puso un pase raso preciso que el brasileño reventó en las redes.
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