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La Eurocopa social de la ‘República’ de Sankt Pauli

El popular barrio libertario de Hamburgo organizó un campeonato europeo de personas sin techo y se manifestó contra la presencia de Javier Milei en sus calles

Eurocopa
Un partido de la Eurocopa de personas sin hogar celebrada en Hamburgo.Fabian Bimmer (REUTERS)
Ladislao J. Moñino

En Hamburgo, en el libertario barrio de Sankt Pauli que presume de albergar al club más progresista del mundo, se disputa una Eurocopa paralela. Las asociaciones culturales y solidarias que cohabitan en sus calles grafiteadas con lemas contra el neoliberalismo, el fascismo o el racismo y la xenofobia han organizado durante la Eurocopa actividades que mezclan el fútbol con el idealismo de construir un mundo mejor. Se trataba de aprovechar el altavoz del fútbol para denunciar el desamparo de las clases más desfavorecidas.

El punto fuerte de la programación fue la Eurocopa de los Homeless disputada entre el 13 y el 19 de junio por ocho selecciones nacionales de personas sin techo. Todas desplazadas al reivindicativo torneo desde sus respectivos países. “Con la imagen de equipos comprometidos y entusiastas que dieron, los jugadores pudieron llamar la atención del público sobre los problemas de la pobreza y de las personas que no tienen una vivienda”, dice Johan Grasshoff, uno de los organizadores de la llamativa competición, que tiene una hermana mayor en el Mundial que se organiza cada año. El de esta edición tendrá lugar en Corea del Sur.

Grashoff es trabajador social en Sankt Pauli y colabora con la fundación sin ánimo de lucro Alexander Otto, antes denominada Asociación Federal para la Integración Social a través del Deporte. “Además del fútbol, organizamos diferentes actividades para los participantes. Por ejemplo, el taller Walking Football (no se puede correr, ni chocar), hubo cine, música en directo, una mesa redonda para abordar los problemas personas sin hogar y también organizamos visitas turísticas en bicicleta y canoa por la ciudad. Todos los equipos y participantes estaban muy agradecidos de ser parte de la Homeless EURO 2024. Pudieron compartir experiencias, pero también ser el centro de atención durante una semana.”, advierte Grashoff. El campeonato formó parte de los 15 proyectos escogidos de un total de 80 por la citada fundación y el Ayuntamiento de Hamburgo.

El solidario campeonato se jugó en los aledaños de la fanzone anclada a los pies del carismático Milerton Stadion, la casa del Santk Pauli, que esta temporada regresa a la Bundesliga tras cinco años en la segunda categoría del fútbol alemán. Los bajos del estadio están rodeados de vallas forradas con arte grafitero sobre telas en las que se estampan lemas que definen la identidad de progresismo y libertad que definen al club. “El amor canta más fuerte que el odio”, “La pluralidad gana a la simpleza”, la igualdad de oportunidades vence a la discriminación”, o “el cosmopolitanismo bate al racismo”, son algunas de las leyendas que rodean al entrañable recinto. En la parte alta, en el exterior de una de las tribunas, engarzada a su vetusto revestimiento de ladrillo visto una pancarta refuerza el ideario del club: “la cultura antes que el negocio”.

El Sankt Pauli también colaboró en la organización de la Homeless Euro 2024. “Hemos recibido muchos comentarios positivos del ambiente que se generó entre los participantes. Fue especialmente agradable para ellos que el público les percibiera como deportistas y no como personas que no tienen un hogar donde vivir”, se congratula Patrick Gensing, uno de los portavoces del club.

Finalizado el torneo, ganado por los sin techo de Lituania, el 22 de junio fue convocada una concentración para mostrar un fuerte rechazo a la presencia de Javier Milei en Sankt Pauli. Una provocación para los vecinos. El presidente argentino fue condecorado por una institución neoliberal con sede en el ya no tan bohemio barrio, ocupado ahora en parte por élites financieras con aspiraciones de ser tachadas de cool. “No pasarán”, o “Milei fuera de Sankt Pauli”, fueron algunos de los cánticos de los manifestantes, ofendidos por la presencia del mandamás argentino en un lugar con en el que su libreto político nada tiene que ver. “No nos sorprendió que hubiera protestas, pero el club no participó, aunque sí socios y aficionados del St. Pauli”, concluye Gensing.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.
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