Schachmann, primer líder de la Itzulia por 54 centésimas sobre Almeida
El alemán, que ya vistió de amarillo en 2019, vuelve a ganar una carrera después de dos años de sequía


El anillo verde de Vitoria, no es siempre verde, porque los campos de color amarillo intenso de la colza salpican las parcelas que rodean la capital vasca en las tomas aéreas del helicóptero y de los drones que, con su inquietante estampa, persiguen desde el aire a los ciclistas en su primer esfuerzo de la Itzulia. Alrededor del Buesa Arena, de cuyas tripas surge cada minuto un corredor, se dirime la primera clasificación de la carrera vasca, un esbozo tan atinado como cuando a la inteligencia artificial se le pide un cuadro al estilo de Velázquez con la fotografía de un cuñado. A veces acierta, a veces no.
Es posible hacerse una idea, pero no es la estampa definitiva de la carrera con cinco días por delante. En el recorrido salpicado de demandas vecinales que reniegan de la instalación de placas solares en los pueblos de la Llanada, o las laborales de los jardineros de Vitoria, la capital verde, en huelga por sus reivindicaciones, en la última curva del circuito, cada cual busca su sitio en un primer día que no descuelga a nadie y corona a Max Schachmann, el berlinés del Soudal, que espera paciente en una silla incómoda a que llegue a la meta el último ciclista, para después celebrarlo a puño cerrado, con moderación, y levantarse camino del podio. “Fue un recorrido duro y de alta velocidad, con pocos tramos para recuperar, así que fue un comienzo corto pero intenso”. Después de dos años sin ganar, el vestirse con el jersey de líder le quita un peso de encima. “Ha sido un periodo difícil y se pasan malos momentos”. Regresó al Soudal, “que es como mi casa”, dijo, y volvió a ganar. Todo perfecto.
Salió el alemán pronto, cuando todavía no soplaba el viento. “Todos los equipos estudian esto, y nosotros pensamos que salir antes nos podía venir bien, porque esperábamos que las condiciones fueran mejores. No hubo demasiada ventaja, pero sí la suficiente”. Las aprovechó para hacer el mejor tiempo por delante del portugués Joao Almeida, uno de los nombres que aparecen en las quinielas de los favoritos, que acabó en el mismo segundo, pero con siete décimas más, así que Schachmann volvió a reverdecer los laureles de seis años atrás, cuando ganó también la contrarreloj de la Itzulia y dos etapas más y estuvo a punto de llevarse la carrera después de cuatro días como líder. “El País Vasco me parece un buen terreno para competir. Es bonito volver a ser líder aquí”. Con un segundo de retraso terminó otro alemán, Florian Lipowitz.
✊🏼🇪🇸 @pablocastrillo_ acaba como 𝐌𝐄𝐉𝐎𝐑 de los españoles en la CRI de la #Itzulia2025
— Eurosport.es (@Eurosport_ES) April 7, 2025
El jacetano de @Movistar_Team confirma la tendencia de UAE en las cronos y se queda a 20" de Schachmann, Almeida y Lipowitz#LaCasaDelCiclismo | @ehitzulia pic.twitter.com/jhLowsfD22
Con desarrollos descomunales de 62 dientes de plato único, calcetines altos y cascos al estilo de los villanos de la Guerra de las Galaxias, los favoritos para el triunfo final del sábado, se dejaron ver lo mínimo, salvo Almeida, que presentó su candidatura ya el primer día. Pablo Castrillo, el ciclista del Movistar, a 22 segundos, fue el primer español del listado. El siguiente, Pello Bilbao, el ciclista que ha diseñado la quinta etapa, que acaba en Gernika, su localidad natal, llegó a 27, una actuación discreta de un corredor que reivindica la Itzulia, de la que este año han renegado las figuras. “Algunos equipos han optado por no llevar a grandes líderes. Todo el mundo sabe cómo es la Itzulia y siempre ha sido así”, comenta. “Lo que pasó el año pasado fue algo exagerado por la situación y toda la gente que se vio involucrada, pero yo no diría que el recorrido fuera rebuscado. Hubo ediciones con recorridos más peligrosos y carreteras más estrechas y más técnicas, pero al final pasó lo que pasó”.
Mikel Landa, que también se retiró por una caída en 2024, aunque al día siguiente de la catástrofe, tampoco está en la Itzulia, pero su ausencia no impide que el primer líder, Schachmann, lo mencione dicharachero, en la conferencia de prensa del ganador. “Hablo mucho con él, porque es un buen amigo además de compañero de equipo, pero a pesar de ser el corredor de la tierra, no me ha dado ningún consejo sobre la crono”. Lo normal.
El alemán, encantado con su maillot amarillo, tendrá oportunidad de conservarlo en la segunda etapa entre Pamplona y Lodosa, a orillas del Ebro, la única oportunidad real de los llegadores para jugarse el triunfo en un embalaje.
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