_
_
_
_

Ibon Navarro, el químico que ha convertido al Unicaja Málaga en un nuevo grande

El técnico vitoriano ha conducido al equipo andaluz a cinco títulos en dos años con un estilo reconocible y atractivo

Ibon Navarro
Ibon Navarro, con el trofeo en el vestuario del Unicaja, en una foto cedida por la ACB.ACB
Juan Morenilla

“La experiencia es un grado. ¡A mí no me vuelven a joder el traje!”, se reía Ibon Navarro en los pasillos del Gran Canaria Arena. El Unicaja acababa de ganar la Copa al Real Madrid (93-79) y el entrenador vitoriano ya sabía lo que le esperaba en el vestuario. Por eso colgó la corbata y la chaqueta y se vistió de corto y con chanclas. Al unirse a la fiesta de sus jugadores, Ibon vio que alguien había escrito unas palabras en la pizarra donde él dibujaba esquemas: “Siete días libres”. Entre risas, quiso borrar el mensaje. No le dio tiempo ni a quitar la primera letra: los campeones le llevaron en brazos hasta bañarlo en una pequeña piscina hinchable.

Por suerte para el técnico y para el equipo malagueño, llueve sobre mojado en este ciclo mágico, vencedores de dos Copas, una Liga de Campeones, una Intercontinental y una Supercopa (también ganada a los blancos el pasado septiembre) en los dos últimos años. Son tres títulos esta temporada y cinco en 24 meses de los nueve en total en la historia de un club fundado en 1977 como Caja de Ronda y siempre con el patrocinio de Unicaja.

El éxito verde y morado no se entiende sin Ibon Navarro de igual manera que el entrenador, de 48 años, ha encontrado la fama en Málaga después de una carrera con muchas lecciones. El niño que era portero de fútbol, “esos medio locos que están más tiempo en el suelo que de pie”, se convirtió en un licenciado en Ciencias Químicas, especialidad de química orgánica. Por ahí discurría su vida mientras entrenaba a equipos de baloncesto de niños. Al acabar la carrera trabajó un año en Colonia antes de volver a casa y entrar en la Fundación Leia, en el Parque Tecnológico de Miñano, cerca de Vitoria. Tenía a su cargo a cinco personas y un buen futuro laboral por delante… “pero mi pasión era otra”, recordaba el técnico en EL PAÍS después de la Copa de 2023. “Entré en las categorías inferiores del Baskonia, como técnico cadete y júnior, y cuando me levantaba a las siete de la mañana para ir a la empresa sentía una energía diferente si esa tarde había entrenamiento. Lo que me movía no era mi trabajo, era el baloncesto”.

Siempre había sido así. Ya cuando estudiaba en la universidad compaginaba los libros con un equipo de colegio en la liga vasca y las selecciones infantil y cadete de Euskadi y Álava. Llevaba a cuatro conjuntos. Suspendió todas las asignaturas. “Ese verano me metí en la habitación de junio a septiembre. Me puse dos cartulinas en la puerta. Una decía: ‘Recuerda que no has aprobado ninguna’. La otra: ‘Orgullo’. Cuando me llamaban mis amigos para ir a la piscina veía las cartulinas y volvía a la mesa. En septiembre aprobé todo”. Era la disciplina para alimentar un amor por la canasta que ganó el partido a todo lo demás. Aquel gusanillo cuando era un químico asentado le hizo llamar un día a sus padres y decirles que dejaba un trabajo fijo para probar suerte como entrenador de baloncesto.

Así comenzó un viaje que le llevó a ser ayudante de Scariolo, Ivanovic, Spahija y Perasovic antes de ganarse el cargo de jefe en Baskonia, Manresa, Murcia y Andorra. El 9 de febrero de 2022 fichó por el Unicaja 17 días después de ser despedido por los andorranos, su primera y única destitución. “Hay dos tipos de entrenadores: a los que han echado y a los que van a echar”, le consoló su agente. Nadie podía presagiar que aquel preparador que partió en Málaga con tres derrotas seguidas se convertiría en el más exitoso de su historia.

“El plan de Ibon” se ha convertido en una marca registrada, un estilo atractivo en el que priman las recuperaciones, las transiciones rápidas y el reparto entre sus muchachos de minutos de alta intensidad. Así fundieron al Madrid. “Con buenos jugadores es más fácil ganar. A veces los entrenadores somos más gestores de personas que instructores tácticos. Es más difícil gestionar rotaciones, quién está dentro o fuera. Yo tengo 14 tíos muy buenos y lo que tengo que hacer es no molestar demasiado”, se quitó méritos tras la exhibición en la Copa.

Ibon Navarro, tras ganar la Copa, en una imagen de la ACB.
Ibon Navarro, tras ganar la Copa, en una imagen de la ACB.Aitor Arrizabalaga

Esa gestión de las emociones ha sido otro de los grandes aprendizajes de Ibon. Con su plantilla, gracias a libros de autoayuda y a sesiones de coaching, y también con su hijo Aritz, que hoy vive en Valencia con su madre y a quien, reconoce el técnico, le afectaban demasiado las derrotas cuando su padre volvía a casa tras perder un partido. No se podía poner la tele alta o pedir pizza para cenar porque el aita estaba enfadado. “Ser entrenador no es un trabajo, es una forma de vida, y cuando las cosas no van bien, la sensación de ser un fraude te mata”, recordaba el vitoriano. Hoy, la misma experiencia que le hizo quitarse el traje para el chapuzón en el vestuario le permite tomarse las cosas de otra manera. Con Aritz compartió la alegría de ser campeones con una videollamada en la pista del Gran Canaria Arena.

Ibon Navarro ha ampliado su contrato con el Unicaja hasta 2027. El club, con un presupuesto cercano a los 15 millones y unos 9.000 abonados, goza de una salud excelente bajo la gestión de Antonio Jesús López Nieto, el exárbitro de fútbol que llegó a la presidencia en 2021. Poco después contrató a un entrenador al que acababan de despedir en Andorra, un tipo que hizo la locura de dejar su trabajo de químico por el baloncesto. También un hombre que tenía un plan, y vaya plan.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_