El Valencia y el Baskonia comienzan el año con victorias

Con un ejercicio de energía y un descomunal esfuerzo defensivo, el Valencia Basket desconectó al Efes en la Fonteta y le hizo encajar su quinta derrota consecutiva (93-88). Supo sufrir hasta el final el equipo de Alex Mumbrú, porque los turcos no se rindieron. Perdían por nueve puntos (91-82) a falta de 48 segundos, pero dos triples de Bryant llevaron los nervios a la grada del pabellón valenciano, después de un partido muy igualado hasta pasado el descanso, y que se resolvió por el coraje que pusieron los de casa en la segunda parte.

Brandon Davies y, sobre todo, Damien Inglis, llevaron la batuta del Valencia, frente al poderío de Larkin, que jugó a ratos. Anotó veinte puntos y causó el pánico cuando se encontraba frente a la línea del triple sin nadie alrededor. Anotó 4 de sus siete intentos, la mayoría en momentos clave, cuando el Efes controlaba los tiempos.

Le costó empezar al Valencia, que vio cómo los turcos comenzaban con un parcial de 0-8, pero se fueron enchufando con el paso de los minutos, para llegar con empate a 18 al final del primer cuarto, después de haberse puesto por delante de manera efímera en algún momento, pero Thompson jugó sus mejores minutos para evitar el despegue valenciano.

La clave fue el tercer cuarto, cuando la defensa del Valencia Basket impidió que los turcos anotaran cómodamente, y además apareció Reuvers con dos triples consecutivos, para poner la mayor ventaja (74-66) en el último cuarto. Se despistó un tanto el equipo valenciano entonces y otra vez apareció Larkin para estrechar la diferencia (74-71). Pero apretó de nuevo el Valencia, esta vez con Ojeleye como protagonista, para abrir una brecha que sería definitiva, pese al esfuerzo de Bryant en los segundos finales. El Valencia con diez victorias y ocho derrotas, sigue en la pelea por estar entre los ocho mejores.

Mientras, en el Buesa Arena, los aficionados baskonistas creyeron estar viendo un partido de minibasket durante el primer cuarto del partido frente al Panathinaikos, con un 13-12 en el marcador, y además no porque los dos equipos aplicaran una defensa feroz, sino por la sorprendente falta de puntería en las dos canastas en tiros de todos los colores. Temblaban las manos, nadie conseguía anotar. El Baskonia estuvo más de seis minutos sin hacerlo en tiros de campo. Los griegos, por el estilo.

Lo peor para los vitorianos es que el segundo cuarto fue para ellos igual o peor, porque anotaron los mismo (13 puntos) y encajaron casi el doble (25), y todavía no habían rodado del todo por la cuesta abajo, ya que a cinco minutos para el final del tercer cuarto, con un Baskonia inane y fallón en el tiro, se puso con 17 puntos de desventaja (31-48), en un partido que se empezaba a dar por amortizado.

Pero no. El carácter Baskonia volvió a aparecer en el Buesa. Comenzó Marinkovic con un triple, le secundó Dani Díez, que jugó poco pero anotó otro importantísimo para poner el 41-48 y completar un parcial de 10-0 que dio esperanzas a su equipo. Y luego surgió Moneke, –20 puntos, 13 rebotes–, que a 4m50s puso el empate a 63, lideró al Baskonia en los minutos finales, neutralizó el gran partido de Nunn (25 puntos), y minimizó el error de Costello, con 70-72 en el marcador y 55 segundos, que cometió una falta antideportiva. El último tiro de Miller-Mcintyre, con menos de un segundo en el luminoso, resolvió el partido (75-73).

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