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Marcelino: “Tengo que adaptarme porque yo voy cumpliendo años y los futbolistas tienen siempre la misma edad”

El entrenador del Villarreal, colíder de la Liga que hoy se mide al Atlético, reflexiona sobre su debut el próximo martes en Champions tras clasificar a tres equipos desde 2016

Marcelino García Toral, entrenador del Villarreal, durante la entrevista, el martes pasado en la ciudad deportiva del Villarreal.
Diego Torres

Marcelino García Toral (Careñes, Asturias, 1965) no olvida que Peter Lim le destituyó en 2019, la última vez que se disponía a dirigir en un partido de Champions. “Fue un miércoles 11 de septiembre, después del parón de selecciones”, recordó, sentado en el Mini Estadi de la ciudad deportiva del Villarreal, la semana pasada. Si un imprevisto no lo impide, el próximo martes en campo del Tottenham el cuarto entrenador en activo con más partidos en la Liga (445, solo por detrás de Valverde, Simeone y Pellegrini) cumplirá su sueño de retorno a la gran competición europea. Antes, esta noche, visitará el Metropolitano (21.00, Movistar+) como líder de la Liga. Pocas sondas medirán con más precisión el pozo de la crisis del Atlético.

Pregunta. Su relación con la Champions es tortuosa. El Villarreal le destituyó en 2016, antes de disputar la fase previa. Pero diez años más tarde, ahí está otra vez.

Respuesta. Yo pensé que no volvía. Cuando llegamos en 2023, si me dicen que dos temporadas después estaríamos jugando en Champions habría dicho que era imposible. El fútbol te depara sorpresas.

P. ¿Hacia dónde va el fútbol?

R. Estamos viendo un fútbol muy atractivo. Hay muchos equipos presionando alto y salir de esa presión produce jugadas muy bonitas. Algunos después de vencer esa presión alta apuestan por la posesión, pero son cada vez menos. Ahora lo que más se ve son equipos que al salir de esa presión aumentan la velocidad de la finalización. El ritmo es altísimo.

P. ¿En qué medida hoy todas las estrategias están condicionadas por esa presión alta?

R. Cada vez hay más equipos que presionan hombre al hombre en la iniciación del juego. Siempre yendo hacia adelante es más fácil ganar el duelo. En la Premier esto se multiplica porque es donde hay mayor nivel físico y eso te hace confiar en el duelo. Es difícil salir de esa situación, pero está claro que si descubres cómo presiona el rival y detectas los espacios que quedarán libres, si logras atraerlo y sales, atacarás contra uno, dos, o tres defensas. Esto produce jugadas maravillosas. Por eso aumenta el valor de mercado de los centrocampistas con dominio del espacio, pausa para atraer, fijar y después elegir. Si tienes a Rodri es más fácil progresar. Por eso se está instaurando la idea de acumular volantes que tengan una calidad técnica elevada, y sumarles jugadores con velocidad por fuera. Porque cuando te presionan arriba es importante tener talento y precisión para elegir las mejores soluciones, pero si no tienes jugadores veloces el rival se reagrupa antes de que tú ataques. Un nueve de referencia que gane duelos y atraiga gente te puede ayudar a dar continuidad al juego.

P. ¿Un punta que reciba balones largos y los aguante?

R. Para mí el nueve es fundamental. En las últimas dos temporadas tuvimos a Barry como principal referencia, y antes a Sorloth, y nos fue muy bien. Pero el mercado nos ha dicho que tenemos que ir a otro perfil de delantero, porque los jugadores de ese perfil están todos por encima de los 70 millones de euros. Ahora tenemos que acomodarnos a una situación nueva con Mikautadze.

La realidad es que en lo que va de Liga somos de los equipos que menos remates han sufrido [20 tiros, tres más que el Madrid]. Si el rival tiene mucha posesión hay veces que te puede generar incomodidad, pero siempre intento transmitir a los jugadores que lo que realmente nos debe incomodar es que nos rematen

P. ¿Qué fútbol hará el Villarreal?

R. Cuando entramos en 2023 intentamos continuar algo que a los jugadores en momentos complicados les resultaba familiar. Con variantes, la idea de partida de Unai Emery. Los jugadores de aquella etapa se sentían totalmente identificados con una idea que les había llevado a ganar la Liga Europa y alcanzar las semifinales de Champions. Con matices el equipo funcionó bien y fuimos añadiendo jugadores de ese mismo perfil para seguir trabajando con una estructura similar.

P. El Villarreal de Emery eliminó a la Juve y al Bayern haciéndose fuerte alrededor de su portería. Sus rivales en esta Champions serán Tottenham, City, Juventus, Dortmund, Leverkusen, Ajax… ¿Cómo conseguir que el equipo no se hunda en su área cuando lo domina un adversario muy superior?

R. La realidad es que en lo que va de Liga somos de los equipos que menos remates han sufrido [20 tiros, los mismos que el Atlético y tres más que el Madrid]. Si el rival tiene mucha posesión hay veces que te puede generar incomodidad, pero siempre intento transmitir a los jugadores que lo que realmente nos debe incomodar es que nos generen ocasiones. El partido con el Arsenal en pretemporada es una referencia de lo que nos encontraremos: hay muy pocos equipos capaces de convivir con la posesión excesiva y la no finalización. Si logramos eso, a medida que pase el partido vamos a ir equilibrando la balanza y ponerla de nuestro lado.

P. Insiste mucho en el ratio de ocasiones por partido. ¿Por qué?

R. A la larga todo revierte hacia la media: si tú tienes un porcentaje alto de llegadas y finalizaciones con un porcentaje bajo de eficacia, la única mantera de aumentar la eficacia será manteniendo el porcentaje de llegadas y finalizaciones. En tu área pasa lo mismo: si te llegan mucho y no te meten goles, si te siguen llegando acabarán metiéndotelos.

P. El Villarreal de Emery, igual que el Madrid de Ancelotti, dormía los partidos. Los rivales se contagiaban del ritmo lento y caían en la trampa, especialmente en Champions. ¿Usted dormirá los partidos?

R. A mí no me gusta. Pero yo sé que nuestro equipo defiende en bloque bajo y se encuentra cómodo permitiendo pases al rival. Y tengo que escuchar a los futbolistas y analizarlo: ¿Qué sucede en este tipo de situaciones? Que tenemos un porcentaje alto de eficacia.

Normalmente se lo planteo a los jugadores: ‘¿Cómo queréis presionar?’. Y les digo las posibilidades de éxito y las dificultades de cada opción. Los jugadores del Athletic respondieron: ¡Arriba!’

P. ¿Por qué su Athletic era incapaz de dormir los partidos?

R. Normalmente se lo planteo a los jugadores: “Cómo queréis presionar?”. Y les digo las posibilidades de éxito y las dificultades de cada opción. Los jugadores del Athletic respondieron: “¡Arriba!”. Su mentalidad es esa. No es una pregunta generalizada. Es por líneas. Porque es muy importante que cuando presionas arriba los defensas se sientan a gusto defendiendo con 40 metros a la espalda. He tenido defensas en mi carrera que no querían salir del área y he tenido que meter al equipo más atrás de lo que me gustaba. Y me decían: “¡Míster!, ¿para qué vamos a ir arriba si sabemos que los vamos a pillar a la contra y a nosotros aquí atrás no nos van a meter gol?”. Y muchas veces descubrías que era verdad, a pesar de que veíamos que cada vez que iban al mediocampo a apretar robaban y hacíamos ocasiones de gol. Ganábamos todos los partidos defendiendo atrás porque los jugadores tenían esa convicción de jugar así. ¡Y lo hacíamos contra lo que yo quería! Pero tienes que adaptarte.

Marcelino, durante la entrevista.

P. Usted cambia. ¿Por qué tan pocos entrenadores son capaces de cambiar su forma de trabajar? ¿No cree que hay muchos técnicos, como Mourinho o Simeone, que sienten que si modifican su estilo de juego traicionan su marca, aquello que les dio prestigio, y eso los aleja de sus plantillas?

R. No quiero compararme con entrenadores que tienen un currículum extraordinario y a los que yo no les llego ni a la suela de los zapatos. Yo respeto todo. Pero hablo de mí: está claro que yo me tengo que actualizar. Empecé a entrenar profesionales en 2003. Tenía 30 años. Tenía una idea futbolística y una cercanía de edad y pensamiento con los jugadores. ¡Luego tú vas cumpliendo años y los futbolistas siempre tienen la misma edad! Los que podían ser hermanos míos pasan a ser como hijos míos con todo lo que conlleva. Es más difícil ponernos en lugar del futbolista. ¿Qué intentamos hacer? Poner jóvenes en el cuerpo técnico que nos acercan a la forma de pensar y actuar de los jugadores. Por otra parte, tienes que adaptarte al juego: ahora se juega diferente que hace 20 años. Entonces la fijación era el Milan de Sacchi. Luego la referencia fue el Barça de Guardiola y ahora no existe esa referencia absoluta porque no hay un equipo que gane tanto y sea tan dominante con tanta identidad. Te tienes que ir adaptando a lo que exige la competición: ritmos altísimos, presiones altas individualizadas, ¡y repliegues!, porque ahora hay poco bloque medio y mucho bloque bajo y bloque alto... Ahora se forman cuadrados o rombos por dentro y antes no existía esa terminología. Pasamos del 4-4-2 al 4-3-3 como referencia clara y ahora pasamos a tres centrales pero hay mucha más diversidad. Hay muchos equipos que utilizan una estructura defensiva muy diferente a la ofensiva. Te ayuda el análisis del juego y toda esa gente joven que viene con otras ideas. Tienes que empaparte, ser humilde, aceptar y escuchar.

P. ¿Es un trabajo adictivo?

R. Me resulta apasionante pero no imprescindible. No tengo la sensación de que ahora mismo no pueda vivir cómodamente sin el fútbol. Cuando estuve parado nunca tuve esa necesidad de entrenar lo antes posible. Nunca lo sentí.

Algún paso atrás hemos dado en España. La mayoría de los equipos tienen un poder económico mucho menor del que tenían hace siete-ocho años. A nosotros el Crystal Palace nos llevó un jugador. Y es imposible entrar en la pelea. Cualquier club inglés ofrece el doble de salario

P. ¿Qué equipos le atrapan frente al televisor?

R. El que más, el PSG. Luego me gusta cómo atacan el Liverpool, el City… y el Barça me parece súper atractivo, dinámico y ágil, siempre buscando la finalización. La temporada pasada incorporaron a su juego muchísimo balón al espacio en recuperación y en ataques. Balón a la espalda de la última línea, algo que en el Barça parecía que no formaba parte del ADN, pero que ya hacían con Cruyff. ¿Cuántos balones al espacio metía Koeman con desmarques de ruptura a Txiki o a Stoichkov?

P. ¿El fútbol español está en recesión?

R. Algún paso atrás hemos dado. La mayoría de los equipos tienen un poder económico mucho menor del que tenían hace siete-ocho años. A nosotros el Crystal Palace nos llevó un jugador [Yeremy Pino]. Y es imposible entrar en la pelea. Cualquier club inglés ofrece el doble de salario.

P. ¿Cómo ve al Villarreal?

R. Igual de bien gestionado que cuando llegué en 2012. Con una mentalidad de crecimiento sostenido, unas bases sólidas y la misma ambición de siempre. Con un campo nuevo y una ciudad deportiva en continua mejora. El Villarreal ha logrado un equilibrio. Sin tener los recursos de otros clubes, porque pertenece a una ciudad muy pequeñita, es un ejemplo de gestión que le hace mantener un nivel competitivo alto. Es un sitio en el que sientes placer por hacer el trabajo.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.
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