Irlanda desafía a la historia en las bodas de plata del Seis Naciones
El XV del Trébol busca el tercer título seguido, algo inédito desde que el torneo arrancara en 1883, cuando se cumplen 25 años desde la llegada de Italia
Se cumplen 25 años desde que Italia convirtiera el gran clásico del rugby del hemisferio norte en una cosa de seis y aún le quedan dedos libres para contar sus victorias: 15 en 125 partidos. La prueba de que un cuarto de siglo es un lapso en una tradición que empezó una tarde de 1883 en Swansea con la polémica victoria de los ingleses en suelo galés. Más de 140 años y nadie lo ha ganado tres veces seguidas, la consecuencia de un formato breve a una sola ronda en el que la condición de local cambia cada año. Irlanda defiende sus dos títulos en vigor (2023 y 2024) a partir de este sábado con su partido más emocional, la visita de Inglaterra a Dublín. Pero la dueña del trono no es la favorita, un papel que recae en Francia. El regreso de Antoine Dupont, ausente el año pasado en su odisea olímpica, enciende este viernes los focos (21.15, Movistar) en París ante Gales, en horas bajas. Italia, anfitriona en su Coliseo romano de la presentación del torneo por primera vez, buscará ante Escocia restar otro dedo a la cuenta.
El Seis Naciones empezó como un duopolio anglo-francés —ganaron seis de los siete entorchados previos a su constitución en 2000 y repitieron secuencia después— y ha desembocado en un poder compartido a cuatro con la irrupción de Gales e Irlanda, con seis títulos cada uno, los mismos que Les Bleus y uno menos que el XV de la Rosa, con siete. Escocia ganó el último Cinco Naciones, pero su relación con el nuevo formato, desde que perdiera ante Italia en el estreno, es tormentosa y no gana desde 1999. Los Azzurri restauraron el año pasado su credibilidad —dos victorias y un empate—, cuestionada tras encadenar 36 derrotas entre 2015 y 2022, y van a más.
Todos tienen argumentos para aspirar a un invierno feliz. Incluso Gales, cuchara de madera el año pasado tras perder todos los partidos, pues no sería la primera vez que triunfan partiendo como víctimas. Hay cambio de guardia —cuatro nuevos capitanes— para un torneo siempre incierto. El duelo entre Francia e Irlanda en Dublín de la cuarta jornada podría dictar sentencia, pero hay muchas minas por el camino, muchas melés que navegar. Trabajo para los árbitros, que tendrán una nueva tarea —explicar al público sus decisiones— y un cambio en las tarjetas rojas, que ya no serán permanentes, sino de 20 minutos, 10 más que las amarillas, en pos de no desequilibrar sin remedio los encuentros.
Irlanda, un campeón con grietas
Solo una patada del inglés Marcus Smith con el tiempo cumplido dejó a Irlanda sin dos Grand Slams —ganar todos los partidos— consecutivos el pasado marzo, todo un hito. Su historial de leyendas retiradas incluye al máximo ensayador (Brian O’Driscoll, con 26) y a los pateadores con más puntos (Johnny Sexton y Ronan O’Gara), pero su gran valor es la estructura: casi dos décadas en la élite más allá de los nombres. Una delantera que ha sumado dinamismo sin perder contundencia. Pero se vio falta de chispa en la ventana de otoño, superada por los All Blacks y tuteada por Australia y Argentina. Su seleccionador, Andy Farrell, se pierde el torneo porque está preparando la gira de los Lions —un combinado británico e irlandés— por Australia. La clave estará en Sam Prendergast, el apertura llamado a liderar, un talento necesario para tutear a la glamurosa Francia.
Dupont, vuelve la leyenda
Antoine Dupont dejó en la estacada a Francia en el pasado Seis Naciones para ganar el oro olímpico en París en la modalidad de rugby a siete. Más allá de su vuelta, convertido en leyenda, Les Bleus vienen de una exitosa ventana otoñal, no solo por ganar de nuevo a Nueva Zelanda sino por el papel de Thomas Ramos, el zaguero convertido en jugador total, desde patear a defender o incluso dirigir como apertura ocasional. Se acerca al récord de puntos de Frédéric Michalak, mientras Damien Penaud, en plena forma, tiene a dos ensayos el de Serge Blanco. Las bajas de inicio de Ollivon, Jelonch, Fickou o Danty obligarán a probar savia nueva, pero con Tolouse y Burdeos dominando Europa no parece un problema. Con todo, su gran generación solo tiene un título que llevarse a la boca —el de 2022— en 14 años. Siempre hubo una salida —este año son Roma, Dublín y Londres— que lo echó todo a perder.
Otra Inglaterra incierta
El mejor ejemplo de lo abierto que es un Seis Naciones es Inglaterra. Si por un casual chafan a los irlandeses en Dublín, tendrían tres partidos seguidos en Londres. Bastan 80 minutos para convertir a un alumno sospechoso en candidato al título. Steve Borthwick, el interino que llevó a una selección en añicos a un punto de la final del Mundial, se ha asentado y cuenta con la nómina más extensa de jugadores en el país con más fichas, aunque tiene lesionados de entidad y sus clubes están en horas bajas. El fin de la era Owen Farrell, el apertura que aceptó el fin de su carrera internacional por jugar en Francia con Racing 92, desemboca en la de Maro Itoje, nuevo capitán, el delantero que vale para todo.
Escocia, la cuenta pendiente
Escocia lleva a las espaldas un lustro de tutear a los grandes sin dar la dentellada. Ha dominado a Inglaterra tras pasarse 38 años sin ganar en Londres y ha dado la talla ante Francia, pero ha suspendido la asignatura de Irlanda, su némesis reciente. Pasan los años y la añada de Finn Russell, su mago, no vence la maldición. Y el viento ya sopla en contra, con dos lesiones clave en pleno training camp como las de Sione Tuipulotu —no solo su capitán, sino un líder emocional y un centro de primer nivel mundial— y Scott Cummings, un eje de su delantera. El calendario les alivia con los dos primeros partidos en Dublín, ante Italia e Irlanda. Si los ganan, podrán soñar, quién sabe, con disputar el torneo en París en la última jornada.
Italia quiere más
Italia ganó el año pasado dos partidos, un hito que solo había conseguido en otras dos ocasiones (2007 y 2013), y empató otro que debió llevarse en Francia, apenas unos meses después de caer 96-17 ante los All Blacks en el Mundial. Volvieron las palizas en la ventana de otoño, pero su fábrica sigue prosperando, jugadores con cada vez más galones en grandes clubes de Francia e Inglaterra. Ninguno como Tommaso Menoncello, el playmaker elegido el año pasado mejor jugador del torneo. Sus dos mejores opciones de victoria llegan en las dos primeras jornadas —en Edimburgo ante Escocia y en Roma ante Gales— para una selección que parte sexta en las apuestas y aspira a dejar atrás los dos últimos puestos.
Gales pone a prueba su crisis
Es la primera vez que Gales empieza un Seis Naciones en el peor puesto del ranking mundial entre los contendientes, la consecuencia de 13 derrotas consecutivas. El relevo generacional ha fallado en el equipo que ganó el título en 2021; la prueba es el regreso de Taulupe Faletau, Liam Williams y Josh Adams. Faltan delanteros en el breakdown —la fase de conquista del balón— y no han encontrado un apertura fiable tras los años buenos de Dan Biggar. Su seleccionador, Warren Gatland, el arquitecto de dos décadas de triunfos, repite la receta de un Seis Naciones: crear “momentum” con un buen inicio y “cabalgar sobre la suerte”. Pero empiezan en París, mal caballo. Si no lo doman, se jugarán media cuchara de madera en Roma la semana que viene.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.