Sainz coge aire gracias a un error de Loeb

El Dakar apenas había dado respiro a pilotos, equipos y sus máquinas en la edición de 2024. Este lunes fue quizás lo más parecido a una jornada plácida para la caravana, que sigue exigiendo hasta en sus mejores días empalmadas de los mecánicos para reparar vehículos y madrugones de los competidores para encarar la etapa del día. Cuando todo apuntaba a que Sébastien Loeb apretaría todavía más las tuercas a Carlos Sainz en la general, un error de navegación en el tramo final hizo que el francés perdiera sus minutos de ventaja en la especial y la victoria de etapa. Fue Mattias Ekström, compañero del español en Audi, quien venció en la octava especial con un tiempo de 3h16m15s por delante del tercer piloto de la marca alemana, Stéphane Peterhansel.

Cualquier detalle, como repiten todos los favoritos a diario, puede convertir un mero trámite en pesadilla en la prueba reina del rally-raid, y una vez más la realidad demostró que la cantinela no es en vano. Loeb perdió un waypoint en el kilómetro 390 y tuvo que dar un buen rodeo cuando le sacaba a Sainz más de cuatro minutos en el anterior paso de referencia. Se dejó 10 minutos muy valiosos en la operación, pinchazo incluido, y el español pudo sacar tajada del fallo y recuperar parte de la ventaja perdida la jornada anterior. El madrileño, cuarto en la especial a 6m13s del ganador, cuenta ahora con 24m47s de margen sobre su excompañero de equipo en el mundial de rallies (Citröen) y el Dakar (Peugeot) cuando quedan cuatro etapas para finalizar la carrera.

“Esto es el Dakar. [Los problemas] unos días van para un lado y otros días van para otro”, insistía Sainz nada más bajarse de su vehículo. Al contrario que el lunes, cuando Loeb le recortó 10 minutos imprimiendo un ritmo endiablado, se le veía satisfecho y confiado, siempre la cautela por bandera. “Quedan de momento cuatro días, tres súper largos, con el último día de piedras. Cada día pasan cosas, ocurren un montón de situaciones, así que debemos seguir así”, añadía. El copiloto del francés, Fabian Lurquin, lamentaba la pérdida de tiempo en el tramo final de la etapa: “De vernos a 12 o 13 minutos, ahora nos encontramos de nuevo a 25. Mañana habrá que sacar el látigo”.

El resultado de la jornada permite a Audi, además, tener la voz cantante en cuanto a estrategia, ya que tanto Ekström como Peterhansel han perdido todas sus opciones a la victoria final y el martes tendrán como principal cometido abrir pista y escoltar a Sainz en el camino de retorno a Al Ula, justo donde comenzó el asalto del español a su cuarto Touareg hace diez días. El catarí Nasser Al-Attiyah, único compañero del aspirante francés en BRX Prodrive, terminó la etapa remolcado por un problema de motor y no podrá colaborar con Loeb, como mínimo, en la novena etapa. Queda por saber todavía si su vehículo podrá ser reparado a tiempo para reengancharse a la carrera y hacer el mismo papel que los prototipos de la marca de los cuatro aros.

La especial del día fue recortada por motivos no especificados por la organización, que incluyó un tramo de asfalto neutralizado de 174 kilómetros dentro de los 458 previstos en el plan inicial. Finalmente solo hubo 284km contra el crono, la tercera especial más corta de la presente edición, y según pudo averiguar EL PAÍS, hacía más de un mes que se había descartado parte del trazado original entre Al Duwadimi y Hail en pos de la seguridad de los competidores.

En motos, el argentino Kevin Benavides ganó su segunda etapa en la presente edición y sigue recortando tiempo en la general a Ricky Brabec, que le aventaja en 20 minutos y lidera la prueba con tres minutos de margen sobre Ross Branch (Hero) y siete sobre Nacho Cornejo, su compañero en Honda. La marca japonesa domina el rally con tres de sus máquinas entre los cinco mejores clasificados después de haberse llevado cinco de las ocho etapas disputadas.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.