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Bronce para el equipo español de gimnasia rítmica en el Mundial de Valencia

Con 68.600 puntos, terminaron terceras tras Israel y China

Ana Arnau, Inés Bergua, Mireia Martínez, Patricia Pérez y Salma Solaún, con la medalla de bronce del Mundial.
Ana Arnau, Inés Bergua, Mireia Martínez, Patricia Pérez y Salma Solaún, con la medalla de bronce del Mundial.Ana Escobar (EFE)

El equipo nacional de gimnasia rítmica, con la clasificación para los Juegos de París ganada desde hace un año, soñaba con subir a un cajón del podio en el Mundial que se celebra en Valencia. Y así lo hicieron Ana Arnau, Inés Bergua, Mireia Martínez, Patricia Pérez y Salma Solaún, que se colgaron la medalla de bronce. Con 68.600 puntos, las españolas terminaron terceras después de que Israel superara a los veinticuatro países con una puntuación final de 70.800 y China bajara al segundo puesto con 70.050.

“Hasta el final hemos sufrido. Al principio era más difícil de creer y conforme iban saliendo más notas lo veíamos más posible, pero hasta el final no lo sabes cien por cien. Hemos salido mucho más seguras que el año pasado (en el Mundial de Sofía, Bulgaria). Estamos en nuestro mejor momento. La afición está claro que ha sido una de las grandes diferencias respecto al otro bronce y, al no jugarnos la plaza olímpica porque ya la teníamos, hemos intentado disfrutar un poquito”, dijo en zona mixta Inés Bergua, que hizo de portavoz del conjunto, que asentía y sonreía mientras hablaba su compañera.

Las gimnastas dirigidas por la subcampeona olímpica Alejandra Quereda obtuvieron en el ejercicio con cinco aros una puntuación de 35.600 y 33.000 en el ejercicio de tres cintas y dos pelotas para poner en pie a todo el pabellón que gritó al unísono “¡olé!” cada vez que una de las gimnastas recibía la medalla de bronce. “Mejor escenario no podíamos haber podido tener, nos hemos sentido súper arropadas y súper felices. No se puede explicar, es una sensación y un sentimiento que te llena de orgullo; todo ese sacrifico que hacemos merece la pena. Nos hemos sentido más queridas que nunca”, reconoció la gimnasta oscense. “Buscábamos las dos finales, hacer bien nuestros ejercicios y esperar, pero esto es un subidón enorme porque la clasificación general es la medalla más gorda e importante, esto es inolvidable. Estamos súper contentas, hemos sufrido mucho. Las chicas han competido bien, han hecho su trabajo sobre el tapiz. Obviamente, siempre se puede mejorar, pero estamos muy satisfechas de lo mostrado sobre el tapiz de competición”, dijo Quereda.

Plaza olímpica para Bautista y Berezina

Mientras la fase clasificatoria del concurso individual del Mundial de gimnasia rítmica de Valencia sigue su curso con la última rotación, entre bambalinas esperan pegadas a la pantalla de resultados la gimnasta española Alba Bautista (Teruel, 21 años) y la seleccionadora nacional Alejandra Quereda; aguardan abrazadas. Bautista, que en el primer día de competición clavó los ejercicios de pelota y aro, no tuvo su jornada más brillante en cinta y mazas. El equipo nacional llegó a Valencia con la posibilidad de una doble clasificación individual para los Juegos Olímpicos de París 2024 para ella y Polina Berezina, y el sueño estaba cerca. Berezina, nacida en Rusia hace 25 años, pero residente en Guardamar de Segura (Alicante) desde los tres, fue brillante y cumplió. Pero faltaba Bautista. Y, como están tan acostumbradas en este deporte, tocaba esperar al resto de notas. Una espera que se hizo larga y en la que estaba presente todo el equipo español.

La parte trasera del pabellón de Feria Valencia permanecía en silencio mientras Quereda rodeaba con sus brazos a Bautista. Detrás, dando su espacio a entrenadora y gimnasta, aguardaban nerviosas e impacientes Berezina y las componentes del conjunto nacional Ana Arnau, Inés Bergua, Mireia Martínez, Patricia Pérez y Salma Solaún, que ya lograron el billete olímpico en el Mundial de Sofía 2022. Y se rompió el silencio. El grito de felicidad de Bautista inundó la sala y Quereda rompió a llorar mientras asentía con la cabeza que sí, que el sueño se ha hecho realidad. La gimnasta española era decimosexta con 94.050 puntos. “¡Vamos, que nos vamos a París!”, gritaba Berezina mientras se abalanzaba sobre su compañera. “Sí, sí, sí… ¡Nos vamos a París!”, cantaron todas las gimnastas españolas mientras saltaban cogidas en círculo entre lágrimas.

“Nuestro sueño era conseguir la plaza y estamos dentro. Han sido unos minutos terroríficos en los que estaba esperando si tenía el billete olímpico o no, pero España está que se sale ahora mismo. Llevamos trabajando juntas mucho tiempo y que nos hayamos clasificado las dos es increíble. Yo he pasado por los pelos, porque lo he hecho bastante mal, menos mal que lo hice bien en pelota y aro, pero así es la competición. Teníamos claro que este era el objetivo y sabíamos que este año era el nuestro”, decía pletórica Bautista en zona mixta.

Polina, que fue sexta en la clasificación general con una puntuación de 97.450, contó que han vivido momentos de mucha tensión mientras esperaban la clasificación de Bautista y que, cuando era oficial que las dos estaban en París, no podía ser más feliz. “Vamos a cumplir nuestro sueño y volveríamos a vivir esto una y otra vez. Ha sido un camino muy difícil, pero estamos muy contentas de haberlo logrado. Vivirlo en casa es alucinante, no escuchaba la música. No os imagináis lo que se siente al pisar ese tapiz, es una locura. La afición española es la que nos ha ayudado a luchar hasta el final y decir: venga va, somos muchos los que queremos ese sueño y vamos a luchar hasta el final”, a lo que Bautista agregó que “es increíble toda la gente que ha venido a vernos, notamos un montón su energía y estamos super agradecidas. Han cogido tiempo de sus vidas para venir y para nosotras es un sueño”.

“La clave está en el trabajo en equipo. Federación, técnicos y gimnastas hemos remado en la misma dirección, luchando todos juntos por un sueño olímpico. Este año se ha visto con los resultados y lo que hemos disfrutado no se puede describir con palabras”, destacó Berezina que, junto a Bautista, enseñaba con orgullo un pasaporte olímpico impreso que les entregó a las gimnastas el presidente de la federación, Jesús Carballo.

El logo del Mundial, un corazón que representa la V de Valencia y la pasión de la gimnasia rítmica, latirá para siempre al ritmo marcado por Polina Berezina, Alba Bautista, Ana Arnau, Inés Bergua, Mireia Martínez, Patricia Pérez y Salma Solaún, que jamás olvidarán lo vivido -y ganado- en una capital valenciana entregada a este deporte.

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