Diego Botín: “San Francisco impone, el viento y la niebla dificultan manejar los barcos”
Entrevista con el marino cántabro, designado hace tres meses piloto del F50 español de SailGP y que intentará no quedar el último en la regata de San Francisco
No es amable el mundo de la vela con sus vacas sagradas: Burling, Slingsby, Ainslie o Spithill, mitos de la Copa América, líderes de los equipos que mandan en las regatas de SailGP. Si a ellos les dan caña tanto los organizadores como la prensa, muchos menos miramientos tienen con Diego Botín (Madrid, 29 años), que desde hace tres meses pilota el barco español de SailGP —una competición de equipos nacionales—, noveno y último clasificado de la tercera temporada. Preguntas del tipo, “¿no está decepcionado porque bajo su guía no han mejorado los resultados?”, “está luchando para no ser el último, ¿es importante no serlo?”, “¿le preocupa que en la cuarta temporada no haya equipo español?”, “¿volverá Xammar a ser el patrón?,” y así, preguntas que el joven cántabro, de 29 años, regatista olímpico con el 49er en Río y en Tokio, y probablemente también en París 2024, plata en los Mundiales de 2020 y 2022, responde con aplomo. “Ahora tengo una responsabilidad mayor”, dice. La continuidad de España en esta suerte de Superliga de la vela no parece peligrar, manda el gran patrón, Russell Coutts, pero la exigencia es máxima. “Estoy encantado con la oportunidad”.
Pregunta. Usted era el controlador de vuelo del F50 español, el segundo de Jordi Xammar, cuando en febrero, el dueño de SailGP, Russell Coutts, despidió a Xammar de un día para otro y le nombró a usted…
Respuesta. Fue un poco de sopetón. No era el plan del equipo en ese momento. Fue un choque muy fuerte para mí y para el equipo. A partir de ahí hemos pasado por situaciones bastante potentes y creo que también eso nos ha hecho poner el equipo en una línea muy buena.
P. ¿Situaciones potentes? ¿Crisis, psicodramas o de todo?
R. No tuvimos oportunidad en el primer evento de ir al simulador antes de la competición. Y me planté en la posición de driver en Sídney, que es una bahía en la que suele soplar viento. Pero también hay mucho tráfico y condiciones muy difíciles, sobre todo para empezar a conducir un F50. Son barcos que van muy rápido y que tienen un punto ciego muy grande. Y eso, cuando no tienes las cosas mecanizadas, lo complica.
P. ¿Demasiado para un debut?
R. Yo he estado muy fuera de mi zona de confort en los dos primeros eventos. Y el jueves fue el primer día que pudimos entrenar con espacio y con poco viento. Ha sido un inicio muy duro.
P. ¿La relación con Xammar ha salido muy tocada?
R. No hemos hablado mucho. Hemos estado juntos en Hyères, los dos hemos ganado en nuestras categorías [semana europea de la vela olímpica en el puerto francés, Botín, 49er; Xammar, 470], hemos hablado de la campaña olímpica, pero este tema lo tenemos un poco apartado de nuestras conversaciones.
P. Supongo que, como en la F1, todos los pilotos tienen la ambición de agarrar el primer volante, pero que tampoco se están poniendo zancadillas…
R. Exacto, es un poco como va la cosa en el SailGP. Es una situación difícil, pero entre Jordi y yo hay mucho respeto.
P. La temporada de SailGP no estaba siendo buena, ¿cualquier cosa ya es un paso positivo?
R. Cuando las cosas no acaban de funcionar, a veces se decide cambiar para enderezar el camino. Queremos pelear por los puestos de arriba, que también eso es lo que más va a ayudar a que se desencadenen otras cosas, que el equipo dure y que esté más sano. Ahí está el foco.
P. ¿Y la cuarta temporada va a empezar con ánimo?
R. Sí, totalmente, encima empieza muy pronto en Chicago. Ahora, en San Francisco, disputamos un evento importante para nosotros. Es la última vez que vamos a competir antes de la próxima temporada. Es también el primer evento conmigo en el que tenemos carreras de entrenamiento. Es nuestra oportunidad para dar una vuelta de tuerca, tenemos más confianza en el barco, podemos apretar.
P. Aquí en la Bahía de San Francisco, que es un lugar mítico de la Copa América de hace 10 años, el territorio de los fundadores de esta carrera, hay más responsabilidad. ¿Conoce el agua, los vientos...?
R. San Francisco impone porque es donde se hizo la primera Copa América con este concepto de barcos [catamaranes con foils]. Las condiciones suelen ser de viento fuerte y frío, muy denso, con la niebla que viene del Golden Gate. Y son condiciones complicadas, sobre todo cuando la corriente va en contra del viento, porque además de ese viento frío y fuerte, se le añade una ola que genera la corriente que dificulta mucho el manejo de estos barcos. Para las regatas es espectacular.
P. En el futuro, ¿se ve en esto? ¿La campaña olímpica le quitará más tiempo?
R. Estas clases con foils vuelan en el océano con olas gigantes. En 10 años no sé qué pasará, pero hoy me llaman mucho más estas carreras y regatas, de interior, de velocidad, la vela olímpica. Estoy donde quiero estar y aquí me veo. No miro lejos, nos centramos en el presente.
P. ¿El 49er estará bien en Marsella en los Juegos?
R. Las sensaciones que tenemos Florian [trimmer en el F50 y compañero en el 49er] y yo en la campaña olímpica son muy buenas. Han cambiado también el rig del 49, las velas y el palo. Esto ha causado un poco de revolución en la flota de 49ers. Nos estamos adaptando muy bien, estamos contentos de cómo van las cosas. Tenemos un equipo muy fuerte que nos apoya. Confiamos en pelear por el oro.
P. ¿Importa más el oro olímpico o una victoria en SailGP?
R. Es muy diferente, pero todo superimportante. Llevamos soñando con el oro olímpico desde los siete años. Ha sido siempre la prioridad de mi vida, pero el SailGP también es increíble. Es un sueño pelear con estas eminencias. Conseguir que el equipo tenga éxito sería la mejor remuneración al trabajo.
P. ¿Siente la responsabilidad de hacer que SailGP se haga más global, que interese en España, que lleguen patrocinadores?
R. Creo que SailGP tiene todos los ingredientes para despegar. El concepto es idílico para que este deporte dé un paso adelante en el mundo profesional y hacer algo grande.
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