Niepómniashi y Ding, duelo de dos colosos para suceder a Carlsen
El ruso y el chino se enfrentan en Kazajistán por el título mundial tras la renuncia del noruego
Los dos quieren volver a ser la mejor versión de sí mismos pero, aunque ambos lo consigan, solo triunfará uno. El ruso Ian Niepómniashi, de 32 años, 2º del mundo, que jugará con la bandera de la Federación Internacional (FIDE) por el veto a su país tras la invasión de Ucrania, reconoce su error en el Mundial anterior (Dubái 2021), al no ser fiel a su propio estilo frente al noruego Magnus Carlsen, quien ahora renuncia al título porque no soporta la presión que implica. El chino Liren Ding, de 30, 3º, era el rival más temido por el escandinavo en 2019, pero sufrió una crisis de pareja durante la pandemia. El duelo, con dos millones de euros en premios, a catorce partidas, empieza este domingo en Astaná (Kazajistán), donde EL PAÍS ha hablado con ambos finalistas.
Conversar con Ding requiere de la paciencia que propugna el budismo. Él desea contestar lo mejor que pueda, pero a su extraordinaria timidez se une la dificultad para expresarse en inglés, lo que genera largos silencios. Pero cuando rompe a hablar, es sustancial: “Tengo que volver a ser el de 2019. Después vino la pandemia y, al mismo tiempo, una crisis con mi novia, y hemos terminado rompiendo. El ajedrez llena ahora mi vida, pero también tengo una buena amiga. Ella y mi equipo de analistas me sacan muy bien de los bajones emocionales”, es la síntesis de una conversación de 20 minutos.
Aunque Ding asegura que cuando está con sus amigos aprende mucho de ellos, y que se siente muy incómodo si le consideran la persona más importante de un grupo, tampoco elude una pregunta muy difícil para alguien tan tímido. ¿En qué se siente superior a su rival? “Aunque Ian se ha preparado más tiempo que yo, creo que comprendo el ajedrez con mayor profundidad que él, y por eso llegué a estar más arriba que él en la lista mundial. Yo empecé a jugar a los cuatro años, y mi carrera se puede dividir en tres fases: hasta principios de 2020, desde entonces al año pasado, y la 3ª, que empieza ahora”.
El chino incluye al español Paco Vallejo entre los cuatro jugadores que más le han influido, junto a Carlsen, Gari Kaspárov y el búlgaro Véselin Topálov. Y da a entender que le da igual si el Gobierno chino da mucha o poca importancia a este duelo, porque para él sí es capital: “Si lo gano, seré el primer chino campeón del mundo, y entraré en la gloria con los 16 campeones anteriores”.
Niepómniashi, a quien todo el mundo llama Nepo (que se debe transliterar al español como Niepo) es mucho más locuaz y muy autocrítico, incluso fuera del ajedrez: “Fui un joven antipático y poco respetable. Soy muy intuitivo, pero muy vago, no empecé a entrenarme con seriedad hasta los 26 o 27 años, pero los resultados indican que no tomé esa decisión demasiado tarde”. No se cree superior a Ding “en nada”, mas recalca que no basta con ser un buen jugador: “Además, hay que jugar bien en momentos concretos y ser quien cometa menos errores. Y yo he venido aquí a intentar que ése sea yo”.
Se parece mucho a Ding en un aspecto, que surge ante la pregunta de qué Niepo vamos a ver en Astaná, el muy creativo y amante del riesgo hasta 2020, o el conservador que fue vapuleado por Carlsen en Dubái 2021: “Quiero volver a ser yo mismo. En Dubái me equivoqué al adaptarme al estilo de Magnus, intentando aburrirlo. Lo decisivo no fue que perdiera la 6ª partida, sino que tuve serios problemas para dormir desde el principio. Mentalmente, me sentía vacío. Pero aprendí mucho e intentaré no repetir los mismos errores. Por ejemplo, no enfoco este duelo como una cuestión de vida o muerte. El ajedrez es un juego, y es importante recordar eso porque si lo enfocas como un juego, es una gran ventaja”.
El actual subcampeón, y vencedor del Torneo de Candidatos en Madrid el pasado julio, responde con celeridad y firmeza cuando se le plantea una aparente contradicción: firmó un manifiesto en contra de la invasión de Ucrania a los pocos días, juega con la bandera de la FIDE pero es la enseña rusa la que aparece junto a su nombre en la lista mundial oficial. “Firmé aquel manifiesto con el corazón. Esa guerra es horrorosa, una trágica catástrofe. Entiendo hasta cierto punto las sanciones contra los deportistas rusos, aunque tengo serias dudas de que contribuyan a mejorar la situación. Si me obligan a jugar con la bandera de la FIDE, como ocurrió cuando Rusia fue castigada por el escándalo del dopaje masivo, lo hago. Pero no identifico la bandera de Rusia con la guerra, que me horroriza, sino con mi país, al que amo”.
Al día siguiente de su triunfo en Madrid, Niepómniashi se enfadó en público con el autor de esta crónica al ser preguntado por su principal punto débil, una enorme dificultad para recuperarse de una derrota, y si había trabajado con un psicólogo especializado en la alta competición. Tras perder la 6ª partida con Carlsen, se hundió por completo. En Madrid, tanto él como sus analistas dieron la sensación de que perder una sola partida de catorce (triunfó invicto) sería una catástrofe, cuando en realidad se trata de algo muy normal. Luego, durante una conversación informal tras la ceremonia de clausura, admitió que en el deporte mental por excelencia debería ser muy normal trabajar con un psicólogo experto, como hacen grandes estrellas de todos las disciplinas olímpicas.
Ahora reconoce que se lo está pensando: “No lo he hecho aún porque muchos piensan que si recurres a un psicólogo es que no eres capaz de aprender de tus errores. Pero yo sí lo soy. Sin embargo, el asunto no es fácil, porque cada jugador y cada situación son distintos”.
Carlsen dejará de ser el campeón el 1 de mayo; este viernes perdió su última partida como ocupante del trono (contra el estadounidense Hikaru Nakamura en un torneo rápido por internet) por un desliz del ratón que provocó una horrorosa jugada de su dama. Ese mismo día, la Federación Rusa de Ajedrez pasará de la Europea a la Asiática. Se supone que para eludir sanciones, pero no está claro que lo consiga. El ajedrez, de moda en gran parte del mundo por la pandemia y la serie Gambito de Dama, está convulso. Pero nadie duda de que Ding y Niepómniashi tienen talento suficiente para hacer vibrar a millones de aficionados. Aunque uno sea muy tímido, y el otro muy vago.
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