Abde, el aguijón de Osasuna: “Va a ser uno de los mejores de Europa”
Técnicos y compañeros describen al marroquí, cedido por el Barcelona y que deslumbra con un fútbol callejero que corona la obra coral de Jagoba Arrasate
Cada vez que Abdessamad Ezzalzouli (Beni Melal, Marruecos; 21 años) pisa el césped del Sadar, pone el estadio patas arriba. Vibra la afición de Osasuna con el extremo, pero bien podía haberse truncado la bonita historia que está protagonizando en Pamplona de no ser por un volantazo de última hora que le hizo cambiar de decisión. Un simple wasap el día previo al cierre del mercado de verano, cuando ya había elegido su destino, propició un giro que evitó su llegada al Elche y lo desvió hacia la pradera de Tajonar, donde lo recibieron con los brazos abiertos al entender que durante una temporada iban a disfrutar de una verdadera joya.
“Sabíamos que era bueno, pero no tanto”, resumen desde el club navarro, uno de los más alegres de la liga y situado a un solo paso de la final de la Copa del Rey tras el 1-0 logrado ante el Athletic el miércoles. Frente a los bilbaínos, como ya hiciera tres días antes en el Pizjuán y en los cuartos disputados también contra el Sevilla, el extremo liquidó al rival con uno de sus característicos aguijonazos, ya marca de la casa. “Verle en los entrenos es un espectáculo. A veces coge el balón y se va de tres, cuatro o cinco tíos. Es impresionante”, describen desde Osasuna, que logró hacerse con él sobre la bocina y satisfacer así el deseo de Jagoba Arrasate, que buscaba un punto extra de desborde y ahora asiste entusiasmado a los eslálones del chico.
“Tiene el fútbol de la calle. Se crece, acepta los retos y es muy ambicioso. Tiene carácter. Hay que saberlo llevar, pero tiene muy buen fondo”, le describe Ramon Planes, director deportivo del Getafe y en su día artífice de que Abde fichase por el Barcelona hace dos años, cuando el atacante era suplente en la Segunda B con el Hércules y apenas había jugado 10 partidos como titular. “Yo lo tenía muy claro, así que mandé a gente a verlo varias veces. Era arriesgado, pero me pareció distinto. Muy determinante”, prosigue el entonces secretario técnico azulgrana, que se la jugó a una carta: sin fondo económico, el club desembolsó 2 millones de euros por él y con apenas un puñado de partidos ya deslumbró en el filial azulgrana.
Debutó en el primer equipo a las órdenes de Sergi Barjuán y después Xavi continuó dándole carrete, aunque el pasado verano –tras 12 encuentros y firmar una diana, precisamente en El Sadar– el técnico actual le abrió la puerta de salida al no poder garantizarle minutos, con Ansu Fati, Ferran, Rapinha y Dembélé como prioridades para los carriles del ataque. Ahí es cuando varios equipos llamaron a la puerta del Barça por él, cuyo juego tiene el aroma del Carrús, un humilde barrio de Elche –con un promedio de 15.542 euros por persona, según datos de la Agencia Tributaria– donde pulió la arrancada, la pillería y el regate. Se llevó el gato al agua Osasuna, que le ofrecía el entorno adecuado para desarrollar todo su potencial.
Vacilón y sin maldad
“Al venir de un vestuario de élite, no sabíamos qué actitud tendría, pero es un chaval superhumilde y viene siempre con una sonrisa. Es como un niño. Desde Barcelona ya nos habían avisado que allá es muy querido y que le adoran”, transmiten desde la entidad navarra. “Es bromista y vacilón. No tiene filtros, pero es transparente, no tiene maldad. Se ha adaptado a la perfección”, agregan desde Pamplona, donde hay carcajadas cuando de su boca sale un primo o un bro, y donde Abde llama la atención con sus aceleraciones sobre el verde y las gorras o las zapatillas estrambóticas con las que suele presentarse de vez en cuando en Tajonar; “por aquí somos más seriotes, pero a los pesos pesados les hace gracia y ha encajado muy bien en el grupo”.
Instalado en un piso de la Plaza del Castillo, centro neurálgico de la ciudad, para Chimy Ávila es “como un hijo” y Jon Moncayola recuerda que “de vez en cuando hay que soltarle un par de chillidos para que defienda”, pero el vestuario aplaude de manera unánime a un talento que el próximo curso debe regresar al Camp Nou y por el que la grada y Arrasate sienten predilección. Bajo la tutela del entrenador vasco, Abde sigue expresándose como un extremo habilidoso y punzante, amante del vértigo y las conducciones, y la mili en Osasuna está enriqueciéndole a la hora del repliegue.
“Aquí se va a una, sin excepciones”, remarcan desde el club. No obstante, la naturaleza del marroquí –alistado por su selección para el Mundial de Qatar– es la de un verso libre, inspirado en las cabriolas de Neymar con la pelota. Con 22 regates completados, es el mejor driblador rojillo, por los 21 de Kike Barja. “Tiene mucha personalidad. Se nota que ha estado rodeado de buenos jugadores”, agrega Moncayola. “Después del Mundial le costó un poco, pero cuando está con chispa y con ritmo, es un jugador desequilibrante. Nosotros lo que tenemos que hacer es darle ese ecosistema para que él brille, generarle esas situaciones de uno para uno. Sabemos muy bien el jugador que es. Ha ganado el partido con una genialidad”, apreciaba Arrasate tras el triunfo contra el Athletic.
De chispazo en chispazo
Su irrupción en el club navarro –sellada el 1 de septiembre, al límite– fue la de un relámpago. En su estreno, frente al Rayo en la cuarta jornada del campeonato, tardó solo ocho minutos en dejar huella al partir del flanco izquierdo, irse de cinco rivales y asistir a Rubén García, previa pisadita doble de balón. Iba ganando minutos y luciéndose quiebro a quiebro y cabalgada a cabalgada, hasta que antes de viajar a la Copa del Mundo sufrió una lesión muscular y temió por su convocatoria.
De inmediato, el seleccionador Walid Regragui le telefoneó para tranquilizarle y asegurarle una plaza en Qatar, aunque allí dispuso únicamente de 91 minutos, distribuidos en tres partidos; aun así, en el descuento ante Francia dibujó una maniobra sensacional que a punto estuvo de acabar en gol. A su vuelta, Arrasate siguió dándole vuelo y pese la rigurosa expulsión en Cornellà –cabeza con cabeza con Pierre-Gabriel–, su electricidad continúa intacta. Dos dianas certeras al Sevilla y otro chispazo decisivo ante el Athletic, al margen de la disciplina táctica y la cultura del esfuerzo que está adoptando.
“El trabajo que está haciendo ahora va a sacar lo mejor de él, está en el sitio idóneo para mejorar y dejarse ver. Es muy emotivo, así que hay que estar encima, pero tiene muy buen fondo”, matiza Planes, el mismo que atrajo a Pedri o Araujo al Barcelona. “La gente no se da cuenta del nivel que puede llegar a alcanzar. Yo no tengo duda: va a ser uno de los mejores de Europa en su posición, seguro. Al tiempo”, remata.
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