El Girona gana con dos goles en propia puerta del Athletic
Los rojiblancos, con un jugador menos por lesión, acabaron encajonando a su rival en los minutos finales
En el fútbol se ven cosas muy extrañas a veces. Al Girona con tres goles en el marcador pese a marcar solo uno, porque los otros dos de su cuenta los hicieron jugadores del Athletic, y al equipo rojiblanco apretando con un jugador menos después de la lesión de Morcillo, para estar a un paso del empate cuando en el 89 perdían 3-1. Al final, con sufrimiento, ganaron los visitantes.
En el minuto 20, el Girona sumaba dos goles y el Athletic dos paradones de Unai Simón; el despropósito rojiblanco no podía alcanzar un nivel más alto. Sin hacer demasiado, salvo hurgar en la herida local, Aleix García había abierto el marcador en una jugada coral del equipo catalán con pase de Tsygankov y remate cruzado del delantero. ¿Un accidente? Podía ser, suele ocurrir a veces.
Pero lo del minuto 19 fue paranormal. Sacó de puerta Unai en corto pero sus compañeros estaban en el desayuno. Vesga, con un despiste monumental, reculó hacia el área, quiso jugar en paralelo en el área pequeña, pero estaba por allí Castellanos para rematar y que la sacara el portero rojiblanco en una acción de reflejos. Se tiró el córner y nueva parada de Simón. A la tercera ya no pudo. Se sacó de esquina, remató hacia su portería Guruzeta y De Marcos le puso la guinda al pastel marcando en propia puerta.
Y luego, otra igual en el descuento de la primera parte. Había marcado Yuri por medio para acortar la diferencia, pero una falta lateral que sacó Aleix la tocó Yeray y la remachó Vesga. El Athletic sumó dos goles a balón parado en propia meta después de casi dos centenares de saques de esquina sin conseguir ninguno a favor.
Además, de tanto volar, Unai Simón se dañó las alas y tras el descanso tuvo que salir Agirrezabala en la portería, que también tuvo que trabajar a fondo para detener un disparo a poca distancia de Riquelme, porque el Athletic achuchaba, pero las ocasiones eran del Girona, que saltaba líneas con la facilidad de los vallistas en una final olímpica.
Todo lo que le podía salir mal al Athletic, le salió peor. La única oportunidad clara de la segunda mitad, en un remate de Berenguer dirigido a la portería, lo desvió su compañero Iñaki Williams que se metió en la trayectoria del balón. Luego, con los cambios a la desesperada, Morcillo, que salió por Sancet en el minuto 77, dejó a los rojiblancos con diez por una lesión en el hombro cinco minutos más tarde. Con diez y el partido en la basura, Gazzaniga intentó un control lamentable después de que le pasaran la pelota en el área, y Raúl García metió el pie para poner emoción al descuento, en el que el navarro tuvo un remate de cabeza que heló la sangre a Michel en el banquillo del Girona.
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