El Nápoles derrite al Eintracht
Los goles de Osimhen y Di Lorenzo colocan al equipo italiano en el umbral de la clasificación para cuartos de final de la Copa de Europa por primera vez en su historia
El Nápoles se quitó de encima al Eintracht con la fuerza de la costumbre conque juega, domina y suma puntos en la Serie A. Venía de meter 20 goles en la fase de grupos, más que nadie, y no bajó el pistón en octavos. La victoria en Fráncfort lo coloca a las puertas de un hito histórico. El Nápoles nunca clasificó para cuartos de final en la Copa de Europa.
La velada no reunió a los clubes de mayor tradición en la copa pero reclamó la atención de los ricos. El PSG, el Bayern, y los siete equipos con más poder económico de la Premier enviaron a sus peritos a Fráncfort para verificar el comportamiento de Jvicha Kavaratskhelia. Las ondas expansivas de la actuación del georgiano de 22 años en Anfield, en la fase de grupos, arrastraron a un grupo de clubes a considerar una inversión gigante. Aurelio de Laurentis, el dueño del Nápoles, recibió noticias de ofertas por más de 100 millones de euros. La inflación alcanzó su pico antes del pitido inicial en el Westfalenstadion. Pero la noche no iluminó a ningún individuo con una luz particular en el concierto coral del Nápoles.
Brillaron todos los integrantes del equipo italiano. No por exhibiciones técnicas deslumbrantes sino por rutinas ejecutadas con rigor, sencillez y continuidad a lo largo del tiempo. La presión incansable, los desmarques continuos, la vocación de pedir la pelota en las circunstancias menos agradecidas, caracterizaron a Lobotka, Anguissa, Di Lorenzo, Lozano, Osimhen y Kavaratskhelia a lo largo de una jornada de pico y pala. Así superaron el empuje industrial del Eintracht en los primeros minutos. Al cabo de 45 el efecto de la erosión era palpable: cinco tiros entre los palos por ninguno del rival, un gol a favor de Osimhen y un penalti fallado por Kavaratskhelia.
El Eintracht resistió hasta que sus cadenas se rompieron por el eslabón más débil. Fue Götze, mediapunta artístico en un contexto metalúrgico, quien intentó filtrar un pase aparentemente sencillo que interceptó sin dificultades Lobotka. El eslovaco no perdonó la ocasión. Con los rivales desplegados en su campo y la defensa en tierra de nadie, entregó la pelota a Di Lorenzo y el lateral, con todo el tiempo del mundo, lanzó en profundidad. Ahí corrió Osimhen. El nigeriano ganó la posición a Jakic y fusiló a Trapp. El portero, que había parado un penalti y un mano a mano a Kavaratskhelia, acabó rindiéndose al ciclón.
La expulsión de Kolo en el minuto 58 despejó el panorama para el Nápoles. El equipo de Spalletti concluyó el trámite con el piloto automático. Sin grandes alardes, salvo el taconazo conque Kavaratskhelia asistió a Di Lorenzo en el 0-2, punto de apoyo de una eliminatoria que el Diego Maradona sentenciará en tres semanas.
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