Muere Pedro Ferrándiz, leyenda del banquillo del Real Madrid de baloncesto
El alicantino, el técnico con más títulos de la historia del baloncesto español, ha fallecido este jueves a los 93 años
Pedro Ferrándiz, uno de los mejores entrenadores de la historia del baloncesto en España, falleció este jueves a los 93 años, según confirmó el Real Madrid en un comunicado en el que le señaló como una leyenda de los banquillos que revolucionó este deporte en España. “Pedro Ferrándiz es uno de los grandes mitos del madridismo y del baloncesto mundial y su legado será eterno, no solo por sus títulos, sino por su espíritu de innovación y por ser un visionario del juego. Una figura única que cambió y revolucionó este deporte para siempre”, dice el texto.
Mecanógrafo de profesión, fue el entrenador del Real Madrid en los primeros años dorados de la sección de baloncesto, revolucionando su deporte y alcanzando cotas de éxito antes inimaginables. Mito del baloncesto, Ferrándiz es el técnico que más títulos ha conseguido en España, 27: 12 Ligas, 11 Copas y cuatro Copas de Europa, protagonizando la primera dinastía hegemónica del Real Madrid, al que dirigió durante 13 temporadas dividas en tres etapas (1959-62, 1964-65, y 1966-75). Estuvo al frente del equipo en total 490 partidos, en los que consiguió 414 victorias, un porcentaje del 84,5% de éxito, un dato que ayuda a explicar el tipo de dominio que ejerció su equipo durante su mandato.
Nadie ha podido igualar su palmarés a nivel nacional, siendo el técnico con más Ligas y Copas. Su importancia en el club blanco se demostró capital en la eclosión de la sección de baloncesto, referencia ineludible para técnicos como Lolo Sainz o Pablo Laso, los dos entrenadores que han seguido más de cerca la estela exitosa del alicantino, ambos con 22 trofeos en su haber.
Su historia fue la de un genio inesperado. “Un día entré en el patio de un cine de verano y había un partido de baloncesto. Considero ese momento como el milagro de San Pablo. Me cegó la luz y ya no pensé más que en el baloncesto. Fui un jugador mediocre. En la mili quisieron formar un equipo y me ofrecí como entrenador porque además daban merienda. Fui un innovador”, relataba el entrenador a EL PAÍS hace unos años en una entrevista por el 50 aniversario de su estreno en los banquillos. “Los inicios en Madrid fueron duros como la época que nos tocó vivir, con una posguerra espantosa. Llegué a finales de los 50 con 2.000 pesetas prestadas por el presidente de la Federación alicantina; que jamás le devolví, por cierto. Mi familia era muy pobre y había tenido que abandonar los estudios para ayudarles trabajando. Comencé de botones, luego estuve en una sastrería, de la que me tuve que marchar porque me cargué un traje, más tarde en una perfumería y por último de mecanógrafo. Ahí sí que triunfé. Me convertí en el mecanógrafo más rápido de la provincia”, explicaba el entrenador en 2017 cuando el Real Madrid le nombró socio de honor del club.
Además de entrenar al Real Madrid y convertirse en la mayor leyenda a nivel de clubes en España, Ferrándiz también dirigió a la selección española, aunque por un breve espacio de tiempo. Fue desde 1964 a 1965, cuando se disputó el Eurobasket aquel año en Rusia, que se llevó el trofeo. La España de Pedro Ferrándiz no pudo meterse en la pelea por el título y acabó en 11º puesto. Al año siguiente, regresó al Real Madrid para permanecer nueve años en el club hasta que “los títulos le salían por las orejas”, según afirmó él mismo. Sus logros como entrenador del Real Madrid le valieron en España la entrada al Salón de la Fama baloncesto español, la Gran Cruz de la Real Orden del Mérito Deportivo y el Collar de la Orden Olímpica. Pero su figura también recibió el reconocimiento internacional al ser incluido en el Naismith Memorial Basketball Hall of Fame y en el Salón de la Fama de la FIBA.
Más allá de dominar su deporte y crear una de las mayores dinastías del baloncesto, Ferrándiz fue también el inventor de una de las jugadas más controvertidas de la historia: la autocanasta. Fue hace 60 años, en el partido de ida de los cuartos de final de la Copa de Europa entre el Real Madrid y el Ignis de Varese italiano. Con el marcador empatado a falta de unos segundos y el equipo muy mermado físicamente, el entrenador decidió sacrificar el resultado con tal de evitar la prórroga y mandó al pívot Lorenzo Alocén que encestara en su propia canasta. Nadie comprendió en ese momento la jugada, pero la explicación llegó en el partido de vuelta, en el que el Madrid arrasó 83-62. La FIBA cambió la normativa en ese momento para prohibir que se encestara intencionadamente en la propia canasta y sancionar a los jugadores hasta con dos años de suspensión.
Un genio que dice adiós dejando atrás un legado imborrable. “Se va una de las mayores leyendas de nuestro deporte, un entrenador que cambió el juego y consiguió éxitos inigualables. Su legado será inolvidable”, publicó Antonio Martín, presidente de la ACB. Una de las muchas muestras de cariño que ha mostrado el mundo del baloncesto al conocer la noticia del fallecimiento del gran innovador del baloncesto español.
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