Osasuna castiga al Levante
El conjunto granota se derruba en su resistencia tras recibir un gol en el último minuto de la primera parte (3-1)
Decidió celebrar las Fallas el Levante con un uniforme de cuestionable estética. Una cosa son los colores regionales y otra su combinación en camiseta, pantalón y medias. Osasuna, que salió vestido con su atuendo clásico, lo que celebró fueron los fallos de su rival. Las Fallas y los fallos, desatenciones, desconexiones; una moral que se resquebraja partido a partido ante cualquier golpe recibido. Es lo que tiene mirar la tabla clasificatoria y ver por delante a los 19 equipos restantes, y un abismo de puntos que se abre como la grieta que produce un terremoto.
Son los males del Levante, que consiguió dormir a Osasuna durante casi toda la primera parte, y ese matiz del casi no es baladí, porque pasaron 44 minutos sin que pasara nada, y en el 45, el equipo visitante se castigó a sí mismo un error imperdonable, una relajación defensiva que le permitió recuperar la pelota a Darko, que tocó hacia el cogollo del área en la que porfió Budimir para que el balón le llegara a Chimy Ávila, que buscó postura para abrir el marcador con un disparo cruzado.
Así que Osasuna, que andaba dormido, se despertó de golpe para irse al descanso, y el Levante se marchó con el peso encima del gol en contra, que fue una losa que no se pudo quitar hasta que ya caía por goleada. Sólo Morales inquietó a Herrera con una de sus carreras por la banda con el marcador apretado todavía. El resto fue un cúmulo de errores que Osasuna, enganchado al ritmo de Torró, supo aprovechar. El segundo gol llegó en una falta a favor del Levante, que los valencianos sacaron con precipitación. Robó la pelota Rubén García, que le dejó un caramelo a Budimir, que fusiló a Cárdenas.
En pleno derrumbe levantino, Darko recuperó un balón al borde del área, después de dos intentos fallidos de Pubill para salir jugando, y sumó el tercero de Osasuna, que tuvo un par de ellas más en las botas y la cabeza de Kike García. No estuvo fino de puntería el delantero osasunista, aunque sí Roger para marcar el gol del Levante, en una acción de Cantero, recién ingresado, que tocó hacia Soldado para que el veterano delantero se la dejara en condiciones de batir a Herrera.
Reaccionó entonces el Levante, y trató de acosar el área de Osasuna, pero quedaban pocos minutos, el marcador era muy claro y el gas que proporcionó el gol, se evaporó enseguida. El equipo local supo resguardarse bien, con mucho sentido defensivo, y neutralizó a un rival que se había desactivado solo durante tanto tiempo, que no tuvo minutos para completar algo casi imposible. Para un equipo como el Levante, con una moral tan frágil, levantar un marcador en contra esa muy complicado. Para Osasuna, después de haber dormitado durante 44 minutos, el resto del partido fue casi un trámite.
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