La (mala) economía de la liga impulso (II)
Fútbol barato, protegido e incentivos por perder
En un artículo anterior sostenemos que el acuerdo entre CVC y La Liga, que da luz a la llamada Liga Impulso, no es financieramente un buen negocio para los clubs profesionales de fútbol, genera malos incentivos para la competición y perjudica las aspiraciones de los clubs más humildes de llegar a formar parte de La Liga. Agradecemos al señor Javier Tebas, Presidente de La Liga, que haya tomado en consideración nuestros argumentos, aunque sea para descalificar nuestra interpretación como falsa, entre otras cosas por la condición de “madridista” de uno de nosotros. Para su tranquilidad, confesamos que los dos somos fervientes madridistas (y uno es nieto del que fue socio 2.672 del Real Madrid allá por 1954).
En cuanto a sus otros argumentos, no los encontramos convincentes y nos reiteramos en nuestra interpretación.
Sobre la rentabilidad financiera para los clubs. Sostiene Tebas que el hecho incontrovertido de que muchos clubs apoyen el proyecto y de que diversos asesores jurídicos y financieros lo avalen, son pruebas a su favor. De serlo, también lo serían en contra que el modelo CVC no prosperó ni en Italia ni en Alemania o de que otros asesores solventes mantienen una opinión contraria. Por otra parte, si decimos que el apoyo de muchos clubs puede interpretarse como una venta acelerada (fire sale) no es por insultar o acusar de irresponsables a los presidentes de dichos clubs, sino por señalar una acción frecuente de muchas empresas en situaciones económicas complicadas. Aunque sí le recordamos que incluso en situaciones de venta acelerada suelen organizarse procesos competitivos y trasparentes para seleccionar al inversor y maximizar el precio, proceso abierto que aquí no tuvo lugar.
Sobre las primas por perder o los malos incentivos para la competición. Entendemos del artículo del señor Tebas que confirma que el acuerdo con el fondo CVC sí genera incentivos por perder. Señala que a un club siempre le rentará más económicamente ascender una posición en la clasificación que dejarse ganar, pero no contempla algo muy habitual como es la posibilidad de que algún equipo ya tenga una posición inalterable en la tabla y juegue contra determinados equipos que sí tengan su posición en juego.
Por ejemplo: Real Madrid, Barcelona, Athletic Club y Atlético Madrid se disputan el título de Liga en la última jornada empatados a puntos. El Atlético de Madrid es líder y visita el campo de un equipo que, gane, pierda o empate, quedará quinto en La Liga pase lo que pase. Dicho equipo, que participa en La Liga Impulso, sabe que ese año sus ingresos serán superiores si el Atlético de Madrid gana La Liga que si, por el contrario, queda cuarto. En nuestro ejemplo, y con base en los números actuales, ese equipo, quedando quinto en La Liga, ganaría unos 220.000 euros más si el Atlético gana la Liga. Le compensa económicamente dejarse ganar. Situaciones como esta pueden aparecer, no solo en la disputa del título, sino en todas las posiciones relativas porque, en definitiva, los clubs que participen en la Liga Impulso recibirían más dinero cuanto peor les fuera a los que no participen en su estructura. En esencia, en la Liga Impulso hay, implícitamente, primas por perder. y todos sabemos que, como escribió Quevedo, “poderoso caballero es Don Dinero”.
Sobre el injusto tratamiento a los clubs humildes y la creación de barreras de acceso estructurales. La Liga Impulso es un acuerdo a 50 años suscrito por 38 clubs y que favorece que dichos clubs permanezcan en el sistema de La Liga, en prejuicio de los que puedan venir por debajo. Y no es sólo porque si descienden o quiebran no serán capaces de devolver su financiación, poniendo a La Liga en serios problemas financieros. Es aún mucho más grave que estos 38 clubes hayan generado incentivos para protegerse entre sí frente a clubs humildes que pudieran prosperar en el futuro. Otro ejemplo:
Escenario A: los 38 clubs que participan en La Liga Impulso permanecen en sus actuales posiciones de primera y segunda división desde 2042 a 2072 (fecha en que espira la retención de derechos por 50 años - la referencia a 2072 no es errata, es la cruda realidad). Escenario B: imaginemos que 10 clubs que hoy militan en categorías de la RFEF ascienden a segunda división con posterioridad a 2032 y se consolidan en primera división desde 2042 en adelante. Asumamos que esos 10 clubs (por citar algunos candidatos históricos, Depor, Racing de Santander, Nastic, Albacete, Sabadell, Logroñés y tantos otros, por qué no, el Linares o el Andorra de Piqué) se consolidan en media tabla de primera división esos 30 años, esto es, de 2042 hasta 2072.
Para hacer una simulación exacta, imaginaremos que Real Madrid, Barcelona y Athletic Club copan siempre el podio de la liga, que el Atlético de Madrid es siempre cuarto, y que estos 10 clubs de la RFEF quedan siempre del puesto 5 al 14 estas 30 temporadas.
Pues bien, los ingresos del Atlético de Madrid, quedando cuarto esos 30 años (calculados sobre la base de los últimos ingresos repartidos por La Liga) ascenderían a un total de 3.174 millones de euros en el escenario A y a 2.763 millones de euros en el escenario B, esto es, 411 millones menos. El Atlético de Madrid ganará 411 millones más en ese periodo si comparte la primera división de La Liga con sus socios del proyecto de CVC que si lo hace con 10 clubs de la RFEF. ¿Puede tener esto sentido para los clubes humildes? ¿Es legal? ¿Altera la competición?
Además, si CVC recibe, según Tebas, un 8.2% de los ingresos audiovisuales de La Liga, y si antes de que se reparta nada a los clubs que participan en la Liga Impulso, hay que compensar a los 4 clubs opositores al proyecto y a los clubs humildes que puedan ascender, resulta obvio que a los clubs asociados con CVC les interesa que el importe de esa indemnización sea lo menor posible. Es decir, que cuanto peor les vaya al Madrid, Barsa, Athletic, Ibiza y los que puedan subir desde la RFEF, mejor para los clubs “impulsados”. ¿Es esto legal? ¿Adultera la competición? Por otra parte, si todos los clubs de la Liga Impulso descienden y hay que seguir pagando el 8.2% a CVC, ¿quién lo haría? ¿se puede sostener seriamente que este proyecto no puede acabar afectando a todos los clubs, participen o no en la Liga Impulso?
Por último, frente a la opacidad de los términos reales de la operación, añadimos un caveat adicional. Si hubiera cláusulas pactadas con CVC en la que fuera el fondo, y no los clubs “impulsados”, quién asume en todo o en parte el riesgo de indemnización por entrada de clubs de categorías inferiores en el sistema, ¿qué sentido tiene que se permita participar a CVC en la gestión de La Liga? ¿No es esto otro incentivo que perjudica la transparencia competitiva? Porque el conflicto de interés de CVC a la hora de gestionar La Liga sería indiscutible.
Puede que estemos equivocados. Al fin y al cabo, disponemos de mucha menos información que el señor Tebas. Si es así, rectificaremos gustosos ante argumentos sólidos y que podamos contrastar, pero no frente a argumentos ad hominem, de autoridad o de falso dilema como los que, por ahora, ha esgrimido el señor Tebas.
José Ignacio Conde-Ruiz y Juan Francisco Jimeno Serrano son, respectivamente, profesores de Economía en la Universidad Complutense de Madrid y en la Universidad de Alcalá.
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