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Éxodo en el equipo del ejército ruso

El georgiano Shengelia y el resto de extranjeros salen del CSKA de Moscú, y lo mismo ocurre en el Zenit y el Unics Kazán

Jon Rivas
Tornike Shengelia, defendido por Nicolo Melli en un CSKA-Armani Milan de hace una semana.
Tornike Shengelia, defendido por Nicolo Melli en un CSKA-Armani Milan de hace una semana.Epsilon (Getty Images)

Cuando el georgiano Tornike Shengelia (Tiflis, 30 años) abandonó Vitoria en 2020 para fichar por el CSKA de Moscú, la presidenta de su país, Salomé Zurabishvili, se lo tomó como una cuestión de Estado. Reaccionó indignada por la decisión de la estrella de baloncesto de enrolarse en un equipo ruso. “Para mí, como presidenta de Georgia, es triste e inaceptable”. Rusia y Georgia habían roto relaciones en 2008 por el apoyo de Putin a los separatistas de Abjasia y Osetia del Sur. Fue después de una guerra relámpago de cinco días, en la que Rusia invadió una franja de territorio georgiano y reconoció a las dos regiones como estados independientes.

Año y medio después de marcharse del Baskonia, Shengelia, que jugó también en Valencia, está otra vez en España. Oficialmente, viajó a Vitoria, donde tiene residencia, para atender a un familiar enfermo. Esa fue, al menos, la explicación de sus agentes, pero desde el CSKA se da por hecho que el georgiano ha roto su compromiso con el club. “Tomo esta decisión en señal de protesta contra la invasión de Rusia a Ucrania y no considero posible continuar jugando para el club del ejército ruso”, explicó directamente Shengelia, que vistió su cuenta de Facebook con una bandera de Ucrania.

El alapívot no fue el único en marcharse. “Por motivos personales relacionados con la situación actual entre Rusia y Ucrania, así como sus posibles consecuencias, Tornike Shengelia, Iffe Lundberg, Marius Grigonis, Johannes Voigtmann y Joel Bolomboy abandonaron el CSKA”, comunicó el equipo moscovita a través de una nota. “Las acciones de los jugadores son una violación de los términos del contrato y del reglamento, pero el club trata la situación personal de cada uno de los jugadores con comprensión. El estado de los acuerdos con los jugadores se resolverá cuando la situación política y deportiva en Europa vuelva a la normalidad”, añadió el CSKA.

Uno de los que abandonan el equipo, Joel Bolomboy, atraviesa una situación peculiar. Nació en Donetsk, en la región del Dombás, uno de los orígenes del conflicto ruso-ucranio. Su padre, congoleño, estudió en la Universidad de Moscú y se casó con una mujer rusa. Ambos se trasladaron a Ucrania. Allí nació Joel antes de que la familia se afincara en Francia y, finalmente, en Estados Unidos. Pese a su lugar de nacimiento, Bolomboy adquirió la nacionalidad rusa en una operación en la que se involucró el propio presidente del país. “Putin, presidente de la Federación de Rusia, firmó el decreto para conferir la nacionalidad al jugador de nuestro equipo”, anunció el CSKA en noviembre de 2018. Antes se había preparado con la selección de Ucrania para el Mundial de 2014, pero fue baja por lesión. En 2017, fue convocado para el Eurobasket, pero decidió no acudir.

El caso de Xavi Pascual

El CSKA aceptaba, de hecho, la marcha de sus extranjeros. Lundberg publicó horas antes una fotografía, junto a su mujer y su hijo, a su paso por Estocolmo. “Debido a la compleja situación actual, he regresado a mi país, Dinamarca, para salvaguardar la seguridad de mi familia”, escribió en Twitter. Después se unieron al éxodo el italiano Daniel Hacket y el estadounidense Kevin Pangos.

De todas formas, a esa decisión de marcharse que se extendió también a los jugadores foráneos del Zenit de San Petersburgo y el Unics Kazán, y que podría afectar también al entrenador del CSKA, el griego Dimitris Itoudis, se une la resolución de la Euroliga de expulsar temporalmente a los tres equipos rusos de la competición. “No acusamos a nuestros equipos rusos o a sus direcciones de ninguno de estos acontecimientos. Desafortunadamente, la gravedad de la situación no nos deja otra opción”, justificó Jordi Bertomeu, director ejecutivo de la Euroliga.

El Zenit autorizó expresamente la salida de sus jugadores extranjeros. El primero en marcharse fue Nappier y después lo hicieron los lituanos Kuzminskas y Gudaitis. También recibieron el visto bueno Tyson Carter, Jordan Loyd, Billy Barron, Conner Frankamp, Alex Poythress, Mateusz Ponitka y Jordan Mickey.

Además, tras la recomendación de la Embajada española, el entrenador Xavi Pascual y su asistente, Iñigo Zorzano, regresarán en las próximas horas a España. Queda por saber en qué situación legal están, a partir de ahora, los jugadores que han abandonado a sus equipos.

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