Un clásico de entretiempo
Barcelona y Real Madrid se citan en el Camp Nou con Ansu y Vinicius como símbolos de futuro
El clásico no escapa del entretiempo que vive el fútbol, expectante con los cambios que se discuten en el mundo y por la lucha por el poder, siempre pendiente del Barça-Madrid. El Barcelona acude por primera vez al partido sin Messi y el Madrid tampoco cuenta con Sergio Ramos después de haber perdido a Cristiano. El pasado todavía está presente y el futuro es tan interesante como incierto porque los jugadores que simbolizan el mañana, Ansu Fati y Vinicius, tienen 18 y 21 años, edad que refleja el rejuvenecimiento de las figuras del deporte, también del fútbol y del clásico del Camp Nou (16.15, Movistar).
Aunque presume de mejor presente con jugadores como Benzema, candidato al Balón de Oro, parece como si el Madrid no será el Madrid que quiere ser hasta que fiche a Mbappé mientras que el Barça cuenta hasta cuánto puede endeudarse para fichar a un delantero que si no puede ser Haaland se parezca al delantero del Borussia Dortmund. Ambos equipos son igualmente inestables, separados por dos puntos favorables al Madrid, que recuperó la autoestima en Kiev después de la vergüenza vivida ante el Sheriff y de perder en cancha del Espanyol. Más irregular y menos fiable es el Barça por la falta de un plan futbolístico que se refleja en la discutida continuidad de Koeman.
“No sé si la gente desconfía de nosotros; nosotros no”, argumentó el técnico azulgrana. “Y yo no necesito que el presidente me respalde cada semana porque también sé que dependo de los resultados”, prosiguió. “Queremos demostrar que estamos en el buen camino y que somos un buen equipo”, remató, animado por las dos últimas victorias y consciente también de que el clásico siempre deja secuelas en los banquillos del Bernabéu y el Camp Nou. La recuperación de Alba le permitirá mantener a Dest como extremo y apostar de salida por Ansu. La fallida experiencia ante el Bayern, cuando el equipo se abrigó fallidamente con tres centrales, augura que Koeman no recuperará el 3-5-2 y continuará con el 4-3-3.
Las ausencias de Pedri y Dembélé juegan a favor de Gavi en un clásico que reunirá a ocho debutantes en el bando azulgrana por tres del Madrid: Memphis, Agüero, Luuk de Jong, Eric García, Demir, Gavi, Nico y Balde frente a Alaba, Camavinga y Miguel Gutiérrez. Al entrenador barcelonista le ocupa que su equipo sea profundo y efectivo en ataque y se organice bien en defensa cuando no tenga la pelota después de que todavía no haya ganado a ninguno de los grandes rivales contra los que se ha enfrentado desde la llegada de Koeman. El neerlandés siente que necesita reivindicarse y sabe que no hay nada más terapéutico para la hinchada culé que derrotar al Madrid, que es un equipo más contrastado y con más jugadores decisivos, muy a gusto además en sus visitas al Camp Nou.
Los madridistas solo han perdido uno de los últimos ocho partidos jugados en el estadio azulgrana y Ancelotti ha recuperado además a Carvajal y Hazard. La duda está precisamente en el lateral derecho, siempre que el técnico no conceda la titularidad a Carvajal, y en el dibujo que disponga el entrenador: si apuesta por un tercer delantero como Rodrygo u opta por un cuarto centrocampista en cuyo caso podría entrar Valverde. A Ancelotti, siempre respetuoso, no le disgusta que le pregunten por el miedo para diferenciarlo del temor —”si no tienes miedo te enfrentas al león pensando que es un gato”— sino que prefiere confiar en su equipo porque “es fuerte y tiene calidad”. Koeman, en cambio, es más directo: “Jugaremos sin miedo contra el Madrid”.
Los entrenadores coinciden en que no hay favorito, sobre todo porque a veces gana el equipo más necesitado, y no atienden a las estadísticas a gusto del consumidor: Ancelotti nunca ha ganado en el Camp Nou y Koeman jamás superó al hoy técnico del Madrid. Ancelotti apadrina la mejor versión de Vinicius y Koeman encontró en la cantera y Ansu Fati el argumento para defender su obra en un momento tan crítico que hasta el Camp Nou tiene fecha de caducidad después de la aprobación del Espai Barça. La asamblea reforzó a Laporta. El presidente se citará ahora con Florentino para hablar del futuro y de la Superliga. Ambos saben que también en épocas de transición no hay nada mejor que ganar el clásico.
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