El viaje de Koeman
El Barça ha enderezado el rumbo después de que el técnico haya regresado al 4-3-3, sistema que permite ver la mejor versión de Busquets y potencia a De Jong y Pedri
Ronald Koeman ha estabilizado al Barcelona en enero después de un inicio complicado en el verano por la resaca del 2-8 ante el Bayern en la Champions de la pasada temporada. Asustado por la parálisis de un equipo que envejecía malamente, el técnico apostó por un fútbol tan dinámico que acabó en atropello, falto el grupo de costuras y de criterio, demasiado expuesto ante cualquier rival, abatido en el Camp Nou el 8 de diciembre por la Juve después de perder en Cádiz.
Aquel 0-3 contra la Vecchia Signora provocó que los azulgrana perdieran el liderato de su grupo en la Champions y luego quedaran emparejados en octavos de final con el PSG. La goleada resultó incluso menos descorazonadora para el barcelonismo que el juego, desencajado porque los veteranos seguían sin casar con los nuevos, y el equipo había vivido de individualidades (Ansu Fati) o de sociedades limitadas (Messi-Pedri).
Flexible y dispuesto a adaptarse a las circunstancias, el técnico apostó entonces por retocar la posición de algún futbolista, circunstancia que al tiempo provocó que el dibujo del 4-2-3-1 derivara hacia un 4-3-3 más clásico en el Barça. A diferencia de Frank Rijkaard, que se encontró en una situación parecida en 2003 y se corrigió con el fichaje de Davids, Koeman optimizó los recursos y posibilitó el despegue de De Jong.
El medio holandés, que ha marcado cinco goles en los últimos 43 días, se ha impulsado como interior después de no progresar en el doble pivote junto a Busquets. De Jong vuelve a ser aquel jugador decisivo del Ajax, Busquets ha recuperado su valor como mediocentro que es y Pedri desequilibra como volante en lugar de atacar desde la banda sin dejar de juntarse con Messi. A partir de los tres centrocampistas, mejoró la mecánica de juego del Barça.
Aunque no son Xavi ni Iniesta, Pedri y De Jong actúan sobre todo como interiores mientras Busquets se mantiene como el ancla o el 4 que implantó Johan Cruyff a su llegada con Milla y después con Guardiola. A partir del triángulo, el Barcelona ha recuperado el sentido de equipo: Messi vuelve a jugar de falso nueve y las bandas son atacadas y defendidas por Griezmann y Dembélé, y en ocasiones por Braithwaite. Los azulgrana se juntan mejor, su fútbol es más equilibrado y ya no hay dudas en la alineación de Koeman.
A la espera de Sergi Roberto y más tarde de Ansu Fati y Piqué, Koeman ha ganado para la causa a Araujo, que incluso le gana la partida a Lenglet; implica a Dembélé, decisivo por su profundidad y sorpresa; vuelve a ser decisivo Jordi Alba con sus asistencias (nueve este curso); Griezmann ya no es escrutado como figura y es distinguido por su solidaridad; y Pedri y De Jong emergen como figuras avaladas por su juego y conexión con Messi.
Una derrota en 13 partidos
La vieja guardia ha dejado de restar para ganar protagonismo, depositaria de la cultura futbolística que se aprende en La Masia, y los fichajes se adaptan sin perder su personalidad en un momento en que las aspiraciones son limitadas: la cabeza de LaLiga está a 10 puntos del Atlético, todavía el cuadro de Simeone con un partido pendiente; en Europa le espera el PSG; defiende su suerte ante el Granada en una Copa sin Madrid ni Atlético; y ha perdido la Supercopa.
La derrota contra el Athletic ha sido la única sufrida por el Barça en los 13 partidos que ha disputado después de que fuera goleado por la Juve el 8 de diciembre. “Nos han sobrado solo dos minutos”, argumenta Koeman, después de recordar el recorrido del Barça y el gol de Villalibre. El empate forzó la prórroga y después llegó el triunfo del equipo de Marcelino con el tanto de Iñaki Williams y la expulsión de Messi. El 10, el Barça y el Athletic se reencuentran este domingo en LaLiga en el Camp Nou (21.00, Movistar).
También puede que reaparezca Sergi Roberto y no estará por sanción Busquets, pieza capital del equipo de Koeman, un entrenador habituado a trabajar contra la adversidad. Las lesiones y la falta de fichajes han dificultado el engranaje de un conjunto que mantiene como faro a Messi, futbolista que suma 15 temporadas seguidas marcando al menos 15 goles. Koeman ha conseguido de momento también la complicidad del 10.
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