Osasuna aprovecha la Copa del Athletic
Oier decide para los navarros y los vizcaínos suman nueve partidos ligueros sin ganar
Después de un comienzo prometedor, chispeante y gaseoso, el Athletic se evaporó como el agua de una cazuela olvidada en el fuego. Los vapores se los llevaba el viento, que soplaba con fuerza alrededor de San Mamés, pero se mitigaba en el césped. Ni al viento sur, por tanto, causa de males ancestrales, según el imaginario rojiblanco, le pudieron achacar las huestes de Garitano esa pérdida de identidad frente a Osasuna, que guardaba la ropa, pero ni siquiera se echaba a nadar. Dejaba pasar el tiempo, simplemente, ordenadito atrás, cerrando vías de agua que ya llegaban secas al área de Herrera.
Bulliciosos Villalibre y Williams en el inicio, perdieron pie enseguida y no contabilizaron ni una sola ocasión en el balance del primer tiempo. Pero Osasuna tuvo una y la embocó, después de un saque de falta de Iñigo Pérez, una zurda que se desarrolló en Lezama, y que tocó de cabeza Unai García, hacia el punto de penalti; Brasanac apuntó a la red, la sacó Unai Simón, pero su rechace le llegó a Oier, que no perdonó. Cuatro toques osasunistas y ni una cabeza ni un pie rojiblancos.
Al Athletic le falló el balón parado en las dos áreas. En la ajena se encargaba Unai Vencedor, –que reemplazaba a Dani García–, el último debutante de la factoría bilbaína. Un chaval prometedor de apellido sugerente, que pagó su inexperiencia con una tarjeta amarilla por sacar una falta antes del pitido del árbitro, que fue implacable con el párvulo que se estrenaba. Aunque el remitente estaba claro, sus lanzamientos nunca encontraron destinatario..
Ni los suyos, ni los de nadie. La pelota atravesaba la frontera de los dos campos, pero Osasuna se encargaba, en su medio campo, de desactivar las minas rojiblancas, que hacían plof al caer a terreno enemigo. El plan del Athletic se estrellaba contra un equipo bien organizado, que no se desordenó hasta entrada la segunda parte, cuando el equipo local echó mano de sus reservas físicas, mermadas por el miércoles copero, y puso una velocidad más.
Con el marcador a favor, Osasuna optó por el repliegue. Aun así, al Athletic le costó acercarse. Su primera opción del partido, al margen de un gol anulado por supuesta falta de Raúl García, llegó en un despeje sin control del guardameta Herrera, que golpeó en el trasero del delantero local y se marchó no muy lejos del larguero. Allí golpeó también el lanzamiento de falta de Vencedor, su última contribución a la causa antes de ser reemplazado por Ibai.
Apretó el Athletic en los minutos finales para buscar al menos el empate, y lo tuvo Ander Capa en el 89, pero Herrera se cruzó en el camino del lateral rojiblanco, y el poste en un remate de cabeza de Aduriz, en el último minuto del descuento, pero el triunfo se marchó para Pamplona. Al equipo bilbaíno le pesa la Copa, en la que quiere redimirse de los males de LaLiga, donde ya lleva nueve partidos sin ganar. Mientras, Osasuna sigue a lo suyo. La cazuela rojiblanca seguía quemándose en el fuego ante la alegría de la numerosa parroquia pamplonica que se presentó en San Mamés.
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