San Emeterio y los sueños de 1998
El jugador del Valencia, que se mide con el Barça en cuartos, fue voluntario hace 22 años en Valladolid en el único título de Copa ‘taronja’
Se acercaba el cambio de milenio y el baloncesto español se vio envuelto en un embrujo que alteró las jerarquías establecidas. El curso de 1998 comenzó encumbrando al Pamesa Valencia en la Copa del Rey, en mitad del frío seco de Valladolid, y se cerró coronando al TDK como campeón de Liga, abrazado al sofocante fervor del Nou Congost de Manresa. Aquella Copa a orillas del Pisuerga —la primera y única hasta la fecha del palmarés valencianista— fue también la primera en directo de Fernando San Emeterio, entonces trabajando como voluntario.
“Tenía 14 años, vivía allí desde crío y no se me olvidará nunca. Yo iba con el Fórum, que además llegó a semifinales contra el Pamesa. Pero, en aquella época, jugaba de base y me encantaba Nacho Rodilla. Era un base alto y me fijaba mucho en él. Le vi en su mejor momento, porque ganó el MVP en aquella edición y llevó al Valencia hasta el título. Me encantó cómo jugó esa Copa”, rememora Saneme, ahora con 36 años al frente del Valencia, que este jueves se mide en cuartos al todopoderoso Barça de Mirotic (19.00, #Vamos). Será el cuarto enfrentamiento de la temporada entre azulgranas y taronjas. En los tres anteriores, tres victorias ajustadas para los de Pesic por seis (71-65), tres (97-94) y un punto (76-77) de diferencia.
San Emeterio es el único jugador de la plantilla valencianista que ha ganado una Copa. Lo hizo en 2009 con el entonces TAU Cerámica. Una de las conquistas de un lustroso palmarés labrado a golpe de trabajo sin pasar por la plataforma de los grandes. “Nadie me ha regalado nada y quiero seguir ampliando la colección. Tengo ganas y fuerzas. Queda mucha leña que cortar”, explica el alero internacional —cinco medallas en seis torneos con la selección—. “No sé lo que es ganar una liga con Madrid y Barça, pero hacerlo con el Baskonia [2010] o con Valencia [2017], que fue la primera en la historia del club, es algo muy especial que quizá no se vive en los grandes, que son clubes más volcados en el fútbol. Lo disfruté muchísimo”, prosigue.
El Valencia, que comenzó la temporada perdiendo seis de los 10 primeros partidos de Liga y ocho de los 12 primeros en Europa, salió del atolladero y se presenta en Málaga instalado con solvencia en los puestos de playoffs de ambas competiciones. “De los malos momentos se sale a base de trabajo y de paciencia, manteniendo la tranquilidad. Eso lo ha hecho muy bien el club. No se tomaron decisiones precipitadas, se apostó por la confianza y el largo plazo y está teniendo sus frutos. Estamos haciendo un buen baloncesto y llegamos a la Copa con opciones”, repasa San Emeterio, uno de los encargados de hormigonar el vestuario predicando con el ejemplo —“ayudan más los actos que las palabras, esa es mi manera de ser”— y respaldando a Jaume Ponsarnau. “Desde la normalidad, la tranquilidad y la persuasión está haciéndonos creer y crecer. Cuando cogió al equipo veníamos de un año regular y conseguimos ganar la Eurocup, y ahora estamos haciendo un gran recorrido en esta Euroliga. Independientemente de lo que pase, estamos disfrutando del camino, no como hace dos años, que la sufrimos más que disfrutarla”, desarrolla el jugador cántabro.
El Barça aparece en el horizonte como listón del potencial y la ambición valencianista. “Estamos compitiendo con ellos aunque no les hemos conseguido ganar. A ver si el momento llega en la Copa. Son un equipo al que hay que ganar dos o tres veces en el mismo partido y eso complica mucho la misión, pero llegamos en muy buena línea. Tenemos que ser sólidos y estar tranquilos en los minutos finales para no descuidar todo el trabajo anterior”, plantea San Emeterio, que hace 22 años descubrió en camino al título, cuando vio a su Valencia coronarse en Valladolid. “Ahí ya tenía claro que quería ser jugador profesional. Ahí arrancaron los sueños de baloncesto”, cierra.
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