El Atlético choca otra vez contra el muro del Lokomotiv
El equipo de Simeone suma su segundo empate ante el equipo ruso y necesitará al menos cuatro puntos en los partidos que le restan ante Bayern y Salzburgo
De más a menos, primero frenado otra vez por el meta rival Guilherme y después sin la chispa de otros días en sus futbolistas más desequilibrantes, el Atlético no pudo con el Lokomotiv. El ejercicio defensivo del conjunto ruso fue premiado con un empate a cero que exigirá a los rojiblancos sacar al menos cuatro puntos de los que le restan, ante el Bayern, en casa, y en la visita al Salzburgo. Los dos empates ante el equipo ruso van a mantener a los de Simeone en vilo hasta la última jornada. El gobierno del partido fue del Atlético, pero se desfondó y se nubló en el área del Lokomotiv en el segundo tiempo.
Sin la clásica melodía fúnebre para acompañar, el minuto de duelo por el fallecimiento de Maradona compuso un silencio solemne. Con Simeone emocionado sobre la zona técnica, antes de ordenar a sus futbolistas una carga a discreción sobre el área del Lokomotiv. Presión alta sin misericordia, toques de balón que retumbaban agudos y Correa empeñado de inicio en dar una lección de dominio de los espacios con sus desconcertantes giros. El fútbol de Correa, 10 a la espalda, nació en la calle, como el de Maradona. Pareció empeñado en rendirle homenaje lo antes posible. No tardó el meta Guilherme en retomar el mismo papel de salvador que en Moscú. Tras un centro raso de Llorente al que no llegó João Félix, realizó su primera parada de mérito a disparo de Carrasco. Después, otra manopla a Correa, tras otra conquista de la línea de fondo de Llorente, que cuando no la gana por velocidad lo logra cuerpeando. Los guantes de Guilherme volvieron a echar humo a disparos del propio Llorente y Carrasco.
En medio de ese tiroteo, el Lokomotiv trataba de sobrevivir con los pulmones de Krychowiak y generar algo en ataque con la altura y el tranco de Zé Luis y la velocidad de Kamano y Miranchuk. Pocas veces lo logró, porque entre Savic, Giménez y Trippier marcaron la raya. El orden defensivo del Lokomotiv, atrincherado a veces con hasta seis jugadores en la línea defensiva, introdujo al Atlético en un dominio del que no pudo sacar rédito en el primer acto. Bien porque João Félix, Correa y Carrasco no terminaban de romper en el uno contra uno, bien porque sin Suárez y Costa no tenía arsenal aéreo para cazar los centros desde los costados.
El riesgo de tanto desgaste del Atlético sin concretarlo en el marcador para nada estaba en que se le encendiera la reserva por la exigencia del calendario. O en que el Lokomotiv sacara provecho de una contra o una jugada a balón parado. Un cabezazo picado de Murilo Cerqueira en una falta lateral que se marchó por encima del larguero confirmó esos temores. Viendo esa falta de desequilibrio y el peligro de una contra, Simeone maniobró para dar paso a una defensa de tres centrales dando entrada a Hermoso por Lodi. También metió a Lemar por Llorente, que se sintió menos libre jugando por dentro. La entrada del francés respondió a que el partido podía estar en una baldosa. En un gesto técnico que derribara el muro ruso. O en una jugada a balón parado. Por esta vía, el Atlético encontró un gol de Koke que el VAR anuló porque el capitán estaba en fuera de juego cuando empujó un rechace de Guilherme a disparo de Carrasco. El belga, también con las baterías ya agotadas de tanto ida y vuelta y tanto intento de desborde, le dejó su puesto al canterano Camello. Saponjic sigue siendo un cuerpo extraño para Simeone. Un cabezazo de Savic que rozó el palo tras uno de los numerosos saques de esquina que generó el Atlético fue su última ocasión. Y pudo ser peor porque Koke en el descuento se cruzó en el área de Oblak y cortó un ataque peligroso. Tal y como está el grupo, la acción fue como un gol a favor.</CW>
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