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El San Pablo Burgos conquista la Champions FIBA

Los de Peñarroya, liderados por Cook y McFadden, superan con solvencia al AEK (85-74) gracias a su defensa y al acierto desde el triple. El primer título del club en cinco años de existencia

Los jugadores del San Pablo Burgos celebran la conquista de la Champions FIBA
Los jugadores del San Pablo Burgos celebran la conquista de la Champions FIBA
Faustino Sáez

El San Pablo Burgos logró en el OAKA de Atenas el primer título de su historia en su quinto año de existencia. El equipo de Joan Peñarroya, liderado por Omar Cook y con Tad McFadden como mvp, conquistó la Basketball Champions League ante un AEK abrumado por la defensa burgalesa (85-74). El CB Miraflores, que en 2015 recogió el testigo del Tizona después de tres ascensos frustrados a la ACB, abrió en Grecia las vitrinas a su epopeya en una final apasionante encauzada con un parcial de 35-12 en el segundo cuarto. El Burgos se convierte en el noveno equipo español en conquistar un trofeo continental. Su Champions es el 37º título europeo conquistado por un equipo ACB, el noveno de esta década.

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La aventura del Burgos en la ACB comenzó en 2017, hace solo tres años, con Diego Epifanio en el banquillo —14º puesto el primer año; 11º el curso siguiente—. Y la pasada temporada, ya con Peñarroya al frente, los burgaleses alcanzaron las semifinales de la Liga Endesa en la fase final excepcional de Valencia. “Pusimos muchas esperanzas en la Champions FIBA. Meternos en la Final a Ocho ya era el éxito que buscábamos este año. Y, en la Liga, la idea era llegar lo más lejos posible. Hicimos una plantilla competitiva, pero nadie se imaginaba esto”, analizaba el presidente, Félix Sancho, tras la gesta liguera. Confesaba Sancho entonces estar “soñar despierto”. El sueño burgalés continuó en Atenas, tras 10 minutos de inquietud y 30 de dominio aplastante.

Pagó el miedo escénico el conjunto burgalés y concedió un parcial de 14-24 en el primer cuarto. Un breve espejismo en el OAKA. La tensión defensiva y la efervescencia anotadora de Rice (9 puntos en apenas tres minutos) lanzaron al AEK mientras el San Pablo intentaba sacudirse los nervios. Pero la salida a pista de Cook en lugar de Renfroe espoleó a los de Peñarroya y cambió el aire de la final en un santiamén. Con una espléndida dirección y un sobresaliente 4 de 5 en triples, el base de Brooklyn, de 38 años, lideró una reacción que se convirtió en sacudida. El elenco del AEK, con Langford, Zisis, Lojeski, Maciulis y compañía, se quedó tiritando ante la transformación del Burgos. La autocomplacencia de los de Papatheodorou fue arrollada por el orgullo burgalés. “Nos hemos vuelto loco y Cook no ha matado”, reconoció el técnico griego al descanso.

La agitación de McFadden, los rebotes de Kravic y la solidez de Salvó respaldaron la misión emprendida por Cook y sirvieron al Burgos para completar un segundo cuarto de museo. Del 14-24 al 37-33 en tan solo cinco minutos. Un 23-9 de parcial con 12 puntos de Cook y 5 de Salvó que creció sin cesar hasta el 35-12 antes del viaje a vestuarios (49-36, m. 20). La defensa voraz, el dominio en el rebote y el acierto desde el perímetro (12 de 25 mediado el tercer cuarto) dieron vuelo al sueño burgalés mientras el AEK era incapaz de superar su desconcierto (59-41, m. 26). Langford intentó espabilar a los suyos, pero nadie siguió su arrebato. Otro triple más, esta vez de McFadden, el 15º del San Pablo en 30 lanzamientos (17 de 35 al final), colocó a los de Peñarroya rumbo al título (68-48, m. 29). La carga desesperada del AEK no tuvo argumentos suficientes para inquietar a un Burgos como una catedral, al que le esperaba el trofeo y un millón de premio por ser el mejor.

Tras la suspensión por la pandemia, la FIBA apostó por una Final a Ocho en el OAKA para resolver la competición, en la que se presentaron tres equipos españoles: Iberostar Tenerife (campeón en 2017 y finalista en 2019), Casademont Zaragoza y San Pablo Burgos. Los de Peñarroya, siguiendo la estela de su sobresaliente fase final de la ACB en la que cayeron en semifinales ante el Barça, se comieron al Hapoel Jerusalen en cuartos (92-65), al Dijon francés en semifinales (81-67) y al anfitrión AEK (85-74) en la final de este domingo 4 de octubre de 2020, que quedará en la enciclopedia burgalesa como el día en el que el San Pablo conquistó su primer título europeo: la Basketball Champions League. Benite alzó el título al cielo de Atenas.

Ficha: San Pablo Burgos, 85-AEK, 74.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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