El CSD anuncia que la liga femenina de fútbol será considerada profesional la próxima temporada
La competición, la primera de mujeres que logra este estatus en España, se unirá así a la Primera y Segunda división masculina y a la ACB
La presidenta del Consejo Superior de Deportes (CSD), Irene Lozano, ha anunciado este viernes que la Primera Iberdrola, la máxima división del fútbol femenino en España, será considerada liga profesional desde la campaña 2021/2022. “El Gobierno tiene el compromiso de profesionalizar la liga de fútbol femenino para la temporada próxima. Me gustaría que tuviéramos una de las mejores ligas femeninas de Europa, y la forma de hacerlo es haciéndola profesional. Creo que nuestras mujeres futbolistas se lo merecen, la sociedad lo demanda y el Gobierno tiene un compromiso firme”, ha dicho Lozano durante la entrega de los III Premios Lilí Álvarez en el Instituto de la Mujer en Madrid, en el que han estado presentes la secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género, Noelia Vera, y la directora del propio Instituto de la Mujer, Beatriz Gimeno.
La presidenta @lozanoirene anuncia, en los #PremiosLilíÁlvarez2020, que el Gobierno se compromete a profesionalizar la liga de fútbol femenino para la temporada 2021/2022 pic.twitter.com/5PWfDrVspg
— CSD (@deportegob) September 25, 2020
La Asociación de Clubes de Fútbol Femenino (ACFF), que representa a 15 de los 18 equipos de la Primera Iberdrola (todos salvo Barcelona, Athletic y Real Madrid), solicitó el pasado 21 de mayo al CSD la consideración de liga profesional. Con el anuncio de este viernes de Irene Lozano, la competición, que firmó el pasado febrero el primer convenio colectivo del fútbol femenino en una liga europea, será la cuarta en España que logra este estatus, que de momento solo poseen la Primera y Segunda División del fútbol masculino y la ACB. También se convertirá en la primera categoría femenina de la historia que consigue ser catalogada como profesional en el país. “Después del convenio colectivo, faltaba la guinda del pastel, que era que la mujer pudiera estar jugando en una liga calificada como profesional. Estamos encantados, evidentemente. Es una alegría para todos los clubes y, por supuesto, para todas las jugadoras, que se lo merecen”, valora Rubén Alcaine, presidente de la ACFF. El principal sindicato del mundo del fútbol, la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), también ha celebrado el anuncio del CSD. “Es el desarrollo y la evolución normal para el deporte femenino”, afirma María José López, abogada de AFE.
Que una liga sea considerada profesional depende del Consejo Superior de Deportes —un organismo del Ministerio de Cultura y Deporte—, según el artículo 8 de la Ley 10/1990 del Deporte. Esta norma establece que la competición debe contar —para la catalogación como profesional— con “vínculos laborales entre clubes y deportistas” y poseer “importancia y dimensión económica”, requisitos que quedaron asegurados tras la firma del convenio colectivo, que desde el pasado agosto ya está publicado en el Boletín Oficial del Estado.
Con esta consideración, la Real Federeción Española de Fútbol (RFEF) dejará de ser la organizadora de la Primera Iberdrola la próxima temporada y los clubes tendrán las competencias para disponer y gestionar los derechos de la liga. En román paladino, van a ser los propios equipos quienes exploten los derechos audiovisuales y comerciales y manejen los ingresos del torneo: patrocinadores, naming, marcas asociadas, proveedores oficiales, etc. Para este paso es necesario que los clubes firmen un convenio de coordinación con la Federación, tal y como tiene el fútbol masculino. “Considerábamos que era lo que debía pasar para seguir desarrollando el fútbol femenino, y más después de estos últimos años en los que ha habido bastantes encontronazos con la Federación", opina Alcaine. Se refiere, por ejemplo, a la decisión de la RFEF de suspender el pasado mayo la Primera Iberdrola a causa de la pandemia a pesar de que la patronal de clubes abogó por terminar la campaña si se garantizaban las condiciones de seguridad, como ocurrió en la Liga Santander, que disputó su tramo final —tenía potestad para hacerlo al ser una competición profesional— en una suerte de sprint entre junio y julio con la anuencia de las autoridades sanitarias.
Para los clubes, la nueva catalogación también va a suponer una serie de obligaciones y responsabilidades: por ejemplo, necesitarán compromisos económicos —el capital social mínimo para las entidades que aún debe fijar el CSD— y avales patrimoniales de los responsables de los equipos. “Pero para eso estamos preparados, consideramos que si hemos llegado hasta aquí, podemos lograr los ingresos necesarios para esos planes de viabilidad", opina Alcaine.
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