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La carambola de Unai Simón

La suerte del guardameta del Athletic cambió con la marcha de Kepa al Chelsea y el conflicto del club con Remiro

Jon Rivas
Unai Simon, en el Bernabéu
Unai Simon, en el BernabéuAFP

Los porteros vascos, dicen, salieron de las playas y de los frontones. De las playas porque la arena permitía lanzarse sin miedo a las heridas y los golpes; de los frontones, porque el juego a mano acostumbra al contacto con la pelota. Unai Simón, el portero del Athletic, de 22 años, vive lejos de la playa, en Murgia, junto al monte Gorbea, pero sí salió de un frontón, el de San Marcial del Vino, un pueblo de la provincia de Zamora, a 13 kilómetros de la capital, de donde es originaria su familia paterna, y en el que pasaba los veranos. Allí comenzó a jugar al fútbol, de portero con los demás chavales del pueblo; de allí trasladó su afición al Aurrera de Vitoria, y luego a Lezama, donde fue reclutado con 13 años.

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Murgia está en la cima de Altube. Es el pueblo del ciclista Mikel Landa, que un par de veces ha salido de excursión en bicicleta con el hermano mayor de Unai, al que le tiró más el fútbol. Ahora es el portero titular del Athletic, casi de carambola, porque el destino del futbolista rojiblanco cambió de golpe. Fue cuando el Chelsea pagó la cláusula de rescisión de Kepa Arrizabalaga.

De repente, el escalafón en la portería del Athletic se alteró radicalmente. Herrerín se lesionó; Remiro se convirtió en la alternativa. Simón, que ya llevaba veinte días entrenándose con el Elche, como cedido en Segunda División, tuvo que regresar. En teoría, ocuparía la suplencia, pero dos días antes del comienzo de la Liga, el club quiso apretarle las tuercas a Alex Remiro, del que sospechaban que podía tener un preacuerdo con otro club, y le ofreció la renovación, que no aceptó. Hoy, Remiro defiende los colores de la Real Sociedad.

De acuerdo con el entonces técnico, Eduardo Berizzo, Remiro se fue a la grada. Unai Simón pasó del cuarto escalón al primero. Debutó frente al Leganés en San Mamés. Sólo un día antes supo que iba a jugar.

Dos semanas más tarde fue clave en el empate frente al Real Madrid en la Catedral (1-1), y en el primer punto conseguido por el Athletic en el Camp Nou después de catorce temporadas de sequía. Unas jornadas más tarde regresó Herrerín, de 31 años, y “por jerarquía”, en palabras del entrenador, se convirtió en titular. Después acudió a la Eurocopa Sub 21 que ganó España. No tuvo una buena actuación en el primer partido frente a Italia y fue relegado a la suplencia en beneficio de Sivera, suplente en el Alavés, que también fue titular en la Eurocopa Sub 19 dos años antes.

Pero en la presente temporada, Unai Simón se ha hecho con el puesto, y es uno de los porteros menos goleados de Primera División. En la actualidad, el futbolista, que tiene aparcados sus estudios de fisioterapia, es tercero en porcentaje de goles recibidos por partido (0,65), por detrás de Courtois (0,60) y Oblak (0,61). Sus paradas fueron decisivas en el Santiago Bernabéu, sobre todo en jugadas mano a mano con Kroos y Vinicius, así como ante un par de remates de Benzema. Pese a su mayor trascendencia, el de Chamartín no ha sido el único partido sobresaliente del joven Simón. En Villarreal, donde el equipo rojiblanco también empató a cero, su actuación fue brillante.

Gaizka Garitano no se arrepiente de haberle dado la titularidad al joven portero alavés, y salió muy satisfecho de su rendimiento en el partido frente al Real Madrid: “Estamos muy contentos, tanto con él como con Iago Herrerín. Tenemos dos buenos porteros, uno joven y otro veterano y hoy ha estado muy bien. Para sacar algo del Santiago Bernabéu sabes que el portero va a tener que parar dos o tres, y ha estado bien”. Unai le quitó importancia a su labor: “Ha sido un punto muy trabajado con un poco de fortuna con los palos. Pero hemos hecho un gran trabajo y hemos hecho méritos para conseguir un punto”.

En un club que mira con lupa a sus porteros desde la retirada –este mes se cumplen 40 años—, del mítico José Ángel Iribar, Unai Simón ha entrado con buen pie. En Bilbao ya empiezan a olvidarse de Kepa y de Remiro. La portería está bien resguardada.

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