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El Atlético más ‘cholista’

Los de Simeone aprovechan los regalos de un rival que les superó en juego y rompen su mala racha fuera de casa con un gol de Correa y otro de tacón de Morata

Morata marca con el tacón. En vídeo, declaraciones de Simeone y de Rubi, en rueda de prensa.Foto: atlas | Vídeo: Aitor Alcalde
Rafael Pineda

El Atlético penalizó a la perfección los errores del Betis para romper su mala racha fuera de casa. El equipo de Simeone, indefinido y muy conservador, fue superado en muchas fases del juego por el conjunto verdiblanco, más entonado con el balón, con mejor fútbol y una hora de juego estupenda, aunque con un defecto que le impide competir en las alturas de la tabla. El Atlético, por ejemplo, jamás cometerá un fallo como el que tuvo Álex Moreno. Una terrible pérdida de balón que condenó al Betis. Fue Correa, el otro elemento decisivo, el que aprovechó la dádiva del lateral para sentar a Robles y marcar a puerta vacía. Ante equipos de la talla del Atlético, esos errores son determinantes. Pero incluso con ese tanto logrado de la nada no lo tuvo hecho el equipo de Simeone. Se echó atrás de forma peligrosa y el Betis tuvo opciones de lograr el empate. Sobre todo en un disparo de Canales que dio en el palo.

Con el agua al cuello, el Atlético respiró después de otra buena jugada de Correa, que se aprovechó del desconcierto de Álex Moreno para centrar al área. Morata se redimió después de su error en la primera parte y marcó de tacón para hacer el 0-2. En duelos de esta entidad, los detalles influyen una barbaridad. El Betis, si desea competir en la élite, no puede conceder ni ser tan ingenuo. El Atlético, con lo mínimo, con un Joao Félix desconectado y sin un ideario claro, se llevó el triunfo gracias a la irrupción de Correa y la ausencia de maldad en las dos áreas de un Betis demasiado caritativo. Los de Simeone alcanzan la cuarta plaza y vuelven a ganar fuera de casa. Algo que no hacían desde el 25 de septiembre en Mallorca. El buen juego ya vendrá. Se supone. Mientras se gane el debate se rebaja mucho. Siempre se puede decir que el Atlético supo sufrir para aprovechar las debilidades de un Betis de plastilina, donde el gol de Bartra en el alargue fue una anécdota. Jugaron muy bien los de Rubi, pero su despliegue no le valió ni para empatar. Quizás ahí radique el significado de la palabra competir. Ocho años después de su llegada, el Atlético de Simeone gana como si el tiempo no hubiese pasado por él.

Los gestos de Simeone en la banda mostraban, sin embargo, cierto disgusto por lo que su Atlético hacía en el campo. Una salida fulgurante, de apenas cinco minutos, había sido anestesiada por el fútbol control de un Betis que ha crecido una enormidad con el paso de las jornadas. Sus 10 de los últimos 12 puntos corresponden a un grupo que ha madurado después de que Rubi se moviera en el filo de la navaja. La transformación para bien de los andaluces se explica en el momento de Canales, la organización de su defensa en torno a tres centrales y los detalles de Joaquín y Fekir. Seguro con el balón, el Betis le fue plantando cara a un Atlético plano. El conjunto madrileño no tenía claro si atacar o defender, mientras que algunos de sus elementos, caso de Lemar, tomaban decisiones sin entender el partido. Simeone quiso asfixiar la salida de balón del Betis y se encontró con que sus centrocampistas fueron superados por el juego entre líneas de los verdiblancos. Todo después del pase, casi siempre ejecutado por Canales, que permitía superar la primera línea de presión visitante. Superado el susto inicial y ante la indefinición atlética después de que Morata marcara en fuera de juego, el Betis fue aumentando sus prestaciones, materializando buenas combinaciones y jugando con inteligencia. Todo había sido entrenado con anterioridad por los andaluces, como las jugadas de estrategia. Todas en corto para desarmar el poderío del Atlético. Por ahí llegó un centro fantástico de Canales que Feddal envió a la madera y que pudo ser el 1-0.

Tanto se gustó el Betis en su superioridad que se dejó sorprender en un contragolpe. Ahí sí existió una señal de lo que fue o de lo que pretende ser el Atlético. Morata destrozó el sistema defensivo andaluz con una carrera desde su campo. Robles y el palo evitaron el gol en la ocasión más clara del encuentro.

El Betis se mantuvo firme en el segundo tiempo, tocando el balón con criterio ante un Atlético agazapado. Simeone se cansó de la inacción de Lemar para dar entrada a Correa. La irrupción del argentino en el choque fue demoledora. El argentino tiene colmillo y maldad, cualidades que adornan a los futbolistas de los equipos grandes. Álex Moreno simbolizó todo lo contrario, blando como un corderito ante la presión de Correa. El delantero, con todo a favor, sentó a Robles y marcó a placer. El Betis había remado mucho para ahogarse después de un error infantil. Pero tuvo fe, mantuvo su estilo y sometió al Atlético con buen fútbol. Emerson, Bartra y Mandi se acercaron con peligro al empate y Canales envió al palo. Cuando asomaba la igualada llegó una nueva bofetada del Atlético. Correa, otra vez, aprovechó el desconcierto de Álex Moreno, incapaz de cerrarle el centro al área. Morata, muy rápido, se anticipó a la acción de Bartra y batió de tacón a Robles. Una lección de eficacia y puntería para un Betis tan bonito como blando, que debe fortalecerse si desea ser competitivo. El Atlético, a lo suyo, no hace prisioneros. Recupera la cuarta plaza y mira el mes de enero con más optimismo. Con jugadores como Correa es todo mucho más fácil. Ocho años después, Simeone gana y gana, aunque elementos como Joao Félix no aporten casi nada. 

Simeone habla de los pequeños y decisivos detalles

R. P.

“En el fútbol se demuestra que los pequeños detalles deciden partidos”, argumentó Simeone poco después de que su Atlético lograra la segunda victoria consecutiva en LaLiga. El argentino tuvo un papel decisivo en el triunfo de su equipo colocando a Correa en el campo por un Lemar desconectado. “Ya había hecho una semana muy buena sabiendo que no iba a jugar. Entrenó muy bien y cuando entró demostró la categoría de jugador que es. Trabajó en consecuencia de lo que necesitaba el equipo. Nos llevamos un partido necesario, en un campo donde el rival llevaba un momento muy bueno”, argumentó el preparador del Atlético. “Sabíamos que el Atlético te penaliza si cometes un error”, afirmó Rubi, entrenador de un Betis que acaba el año en una buena línea de juego, aunque en una discreta 13ª plaza. “No es para nada buena nuestra posición. El Betis tiene que estar mejor clasificado. Pero el equipo tiene muy claro ya a qué juega y hemos encontrado el camino”, añadió. El objetivo del Betis es pelear por Europa: siete puntos le separan de la sexta plaza.

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