El Baskonia recibe una tunda del Efes: 77-102
Larkin, con 24 puntos en 24 minutos, lidera el diáfano triunfo del equipo turco frente a los vascos
El Baskonia recibió una tunda en el Buesa Arena. Fue el líder de la Euroliga, el Efes, el que se la propinó, pero los tortazos duelen lo mismo sea quien sea el rival. El equipo vitoriano no estuvo a la altura; en ningún momento alcanzó la velocidad necesaria para despegar, y fue dando bandazos de lado a lado de la pista durante los 40 minutos del partido. Fue un juguete en manos del equipo turco (77-102).
Cuando Larkin, que en la jornada anterior batió, con 49 puntos, el récord anotador de la Euroliga, se pone en modo masacre, resulta imparable. El muchacho de Cincinatti, que jugó una temporada en el Baskonia antes de irse a los Celtics y recalar después en el Efes, saltó al parqué del Buesa cuando ya habían transcurrido cinco minutos de partido, como si no tuviera demasiada prisa, y el quinteto del equipo vitoriano entró en pánico. Sus cinco primeros lanzamientos –dos triples, un tiro libre, dos tiros de dos–, ampliaron la ventaja que sus compañeros habían comenzado a encarrilar con eficacia funcionarial. Larkin apareció lo justo en el partido, 24 minutos, pero anotó 24 puntos, 5 de 6 en triples, dio ocho asistencias y no perdió ningún balón. Una actuación casi perfecta.
BASKONIA, 77; EFES, 102
Baskonia: Henry (0), González (0), Fall (4), Stauskas (16), Shengelia (20) –equipo inicial– Vildoza (5), Janning (0), Diop (8), Shields (16), Polonara (0), Eric (8), Lautaro (0).
Efes: Beaubois (12), Singleton (13), Pleiss (6), Micic (13), Simon (0) –equipo inicial–, Larkin (24), Balbay (0), Sanli (18), Anderson (6), Peters (10), Gecim (0), Tuncer (0).
Parciales: 16-26, 19-29, 18-21, 24-26.
Árbitros: Christodoulou, Panther, Rossi.
Fernando Buesa Arena de Vitoria. 11.153 espectadores.
El triple de Shengelia que abrió el choque fue la máxima distancia que alcanzó el Baskonia, prácticamente la única. El líder de la Euroliga no dejó ningún resquicio a la sorpresa. El equipo de Perasovic, que ha sabido contrarrestar, a base de carácter, a muchos de los mejores equipos de la competición que han pasado por su cancha, no encontró en ningún momento el camino hacia la victoria, y ni siquiera el atajo para una derrota honrosa; por supuesto, ni un resquicio para poder intentar la sorpresa. Decir remontada sonaba a chiste.
Mediado el segundo cuarto, la grada del Buesa estaba ya desolada, se escuchaban los primeros silbidos por el juego local, y la cara de Josean Querejeta en el palco no era, desde luego, la de las mejores noches europeas. Al descanso, el Efes ganaba por veinte puntos. El partido era un festival turco frente a una defensa flojísima, sin tensión, aunque nunca se sabe si se debe a los errores locales o a la estrella que ilumina a un equipo que sólo ha perdido dos partidos desde el comienzo de la competición.
Con porcentajes brutales y una eficacia a prueba de cualquier rival, el Efes fue abriendo distancias, superiores a treinta puntos ya en los comienzos del tercer cuarto. Singleton, Beaubois y Sanli masacraron al Baskonia y opacaron a sus hombres más activos. Los buenos números de Shengelia o Stauskas no sirvieron para nada, y se diluyen entre la mediocridad vitoriana, porque, otra vez con muchos jugadores lesionados o tocados, no se reprodujo la actuación coral de otras tardes. La orquesta local desafinó de principio a fin, como una banda de cartón. Pintan bastos otra vez para Perasovic, que volverá a estar cuestionado si su equipo no reacciona en los próximos compromisos europeos. De momento, el Baskonia sólo está a un triunfo de engancharse a lo ocho primeros, pero las percepciones no son demasiado optimistas. El entrenador, que lanzó un mensaje pidiendo refuerzos con la alineación inicial de Miguel González, que apenas ha tenido minutos en el resto de la competición, tendrá que buscar respuestas por su cuenta, al menos por ahora.
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