El Atlético no desmonta al Granada
El equipo de Simeone suma su séptimo empate del curso en un partido en el que no le faltó ambición pero sí fútbol en los últimos metros
Sólido, pero falto de un punto más de fútbol en los últimos metros, el Atlético concedió otras tablas, esta vez ante el rocoso e incómodo Granada. El séptimo empate del curso que le impide imponer una media de puntuación rotunda para afianzarse amenazante en lo alto de la clasificación. Esta vez no mandó al limbo la primera parte, ni dejó de buscar la victoria en todo el encuentro. En Los Cármenes se topó con una estructura defensiva que maneja códigos muy similares a los suyos para la que le faltó brillantez en la cocina del gol para barrenarla. Tuvo enfrente el equipo de Simeone a otro que se desenvuelve con soltura en los partidos sin espacios y tarjeteros por exceso de faltas tácticas. Capaz de arrancar un punto con una mera jugada a balón parado. Por intención y búsqueda pudo ganar el Atlético, que terminó con Lemar, João Félix y el canterano Darío Poveda para intentar desmontar al Granada, que enseñó la solidez que le permite competir y pasearse por la zona alta de la tabla en este primer tercio de la temporada.
Sin Saúl y sin Thomas, sancionados, la fábrica del juego quedó para Herrera y Llorente, los dos refuerzos del verano para darle empaque a un centro del campo que se quedó huérfano del orden y el toque limpio de Rodrigo. Si el mexicano se ha ido colando en los planes de Simeone a golpes de jerarquía con la pelota, el exmadridista vive un ostracismo inesperado, por precio y porque era el relevo del ahora jugador del City. Tácticamente cumplió, con la pelota aún no se impone. Ni sus compañeros se fían de él, ni él hace por ello.
No creció el Atlético en el partido a partir de sus dos mediocentros, lo hizo con los centrales Felipe y Hermoso, ganadores de la mayoría de los balones largos del meta Rui Silva, de Germán y Duarte. Calentaron a Soldado tantas batallas pérdidas, que pretendió liderar a su equipo incitándole a un partido de contactos guerrilleros y mucha zapa. No lo logró en el primer acto, manejado por el Atlético de inicio a golpes de las conducciones de Vitolo tras las anticipaciones de Felipe y Hermoso. La posición de segunda punta del canario es una de las variantes que ha incorporado en los últimos partidos Simeone. Ahí se le ve cómodo y le da presencia en la presión. La primera arrancada vertical de Vitolo no acabó en gol porque Víctor Díaz se le cruzó cuando se disponía a ejecutar a Rui Silva.
El gobierno del equipo de Simeone enterró a Vadillo, Azeez y Puertas, el trío generador del avezado Diego Martínez. No se incomodó el Granada con el sometimiento. Todo lo contrario. Es un equipo que también vive de defender cada metro de hierba. No le inquietaba jugar en campo propio, fiado a una defensa en la que el veinteañero portugués Duarte tiene trazos de cacique.
Sin goles que reflejaran su superioridad, el Atlético también mantuvo el pulso y sometió al Granada en el segundo acto. Encontró el gol en una buena maniobra de Herrera de derecha a izquierda que le descubrió un pasillo a Lodi. El lateral brasileño también descubrió otro agujero entre las piernas de Rui Silva. No le dio tiempo a los de Simeone a empezar a gestionar la ventaja como les gusta. Germán picó un saque de esquina desde el punto de penalti ante la pérdida de marca de Herrera.
Con el empate, el Granada amplificó su intención de jugar un partido de mecha corta en ataque y en defensa. Jugó fuerte atrás y se afiló en las pocas contras que el Atlético le concedió. A Morata se le escapó por un palmo un centro raso de Lodi nacido de la visión y el toque de Lemar. El canterano Darío Poveda, que debutó con el cartel de cazagoles en Segunda B, fue anticipado por Martínez antes de rematar. El central granadino interpuso su pierna entre el novato y el balón. Reclamaron penalti los futbolistas rojiblancos en la que fue la última ocasión de un partido en el que les faltó marcar las diferencias en ataque.
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