Tavares emerge entre la espesura
Agarrado a la defensa y a la influencia de su pívot, el Real Madrid corrige el desenfoque desde el triple, rinde al Estrella Roja con un contundente último cuarto y logra su primer triunfo a domicilio
El Real Madrid supo resistir en Belgrado y acabó rindiendo con solvencia al Estrella Roja (60-75) para lograr su primera victoria fuera de casa en la Euroliga. Los de Laso llegaron al último cuarto por debajo en el marcador y con un calamitoso 3 de 22 en triples, pero se desataron en los últimos 10 minutos con un parcial de 8-26, enmendaron a lo grande la estadística desde el 6,75 (7 de 9 en ese tramo) y abrazaron a un revitalizado Tavares (11 puntos, 9 rebotes y cinco tapones en 30 minutos en pista) para volver a poner en positivo su contador europeo (cuatro triunfos y tres derrotas). Llull y Rudy secundaron al pívot caboverdiano y atajaron el notable partido de Baron y Brown. En el escenario de la Décima, el Madrid volvió a salir triunfal.
Se presentaron los madridistas en Belgrado con mucha más actitud que acierto. Los de Laso tardaron en poner en valor su voluntarismo lastrados por su desenfoque en el perímetro (1 de 9 en triples en el primer cuarto) que marcó tendencia, pero se agarraron a su firmeza y fueron abriéndose paso entre la espesura. El plan madridista consistió en reunir a Campazzo con Llull como doble motor y en estirar la renovada influencia de Tavares (12 minutos consecutivos en pista). Después de semanas destemplado, el pívot caboverdiano asomó determinante ante el Alba Berlín la pasada jornada y, aprovechando su reprís, Laso le utilizó como eje de las operaciones.
Con la gigantesca referencia de Tavares y el refuerzo energético de Garuba, el Madrid incrementó su hucha hasta los 10 puntos de renta mediado el segundo cuarto (12-22, m. 14). Pero, entre el respiro de autocomplacencia y los desajustes de la rotación, los de Laso concedieron un parcial de 7-0 en tres minutos que rebajó su estirón. En la pizarra de Gavrilovic, la terna Brown-Baron-Gist se demostró imprescindible para los suyos acaparando la producción y los minutos. En el bando madridista, en cambio, el repertorio fue diversificándose. Laprovittola escapó de su ostracismo europeo con un buen relevo antes del descanso y Mickey sostuvo la brega en la pintura.
En la sístole y diástole antes del viaje a vestuarios, el Madrid volvió a estirar la cuerda con el primer triple de Rudy (22-31, m. 19). Y el conjunto de Laso minimizó su pobre 3 de 15 en triples con concentración (solo tres pérdidas en la primera mitad), defensa y voracidad, en rebotes, robos y tapones.
Salió Carroll para encontrar el interruptor del triple, pero llegó antes el cuarto tapón de Tavares que el cuarto triple madridista. Anotó a buen ritmo el Madrid en ese tramo con Campazzo y el propio Carroll acercándose al aro, pero replicó el Estrella Roja con un Baron efervescente y las apariciones episódicas de Dobric y Simanic (dos triples consecutivos de un prometedor 2,09m de 21 años). Y, del intercambio de golpes, resultó un tercer cuarto desatado y un marcador igualado (45-45, m. 26).
Ofuscado desde el 6,75, el Madrid se distrajo en ese tramo de sus obligaciones defensivas. El dique madridista, que solo había concedido 27 puntos en la primera mitad encajó 25 solo en el tercer cuarto. Despertó el Stark Arena y el Estrella Roja entró por delante en la recta de meta. El 3 de 22 en triples pasó de ser un atolladero a ser un agujero (52-49, m. 30).
Rudy embocó el triple del empate a 52 como quien encuentra petróleo, Causeur enlazó otro más para romper momentáneamente la espesura y Llull sumó el tercero para desatar el optimismo madridista tras el parcial de 0-9 (52-58, m. 34). No paró ahí la racha. Rudy anotó un triple más y con la puntería adelante reapareció también el rigor atrás. A falta de cuatro minutos, regresó Tavares a pista para resguardar el aro propio y martillear el opuesto. Y, con la intimidación del caboverdiano y la experiencia de Llull y Rudy, el Madrid agarró su primera victoria a domicilio en la Euroliga para volver a poner su contador en positivo su contador: cuatro victorias y tres derrotas en siete jornadas.
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