_
_
_
_
LaLiga Santander jornada 8
Celta
Celta
Aspas 73'
1 0
Finalizado
Athletic
Athletic

El primer gol de Iago Aspas en el campeonato castiga a un Athletic chato

El Celta sufre para encontrar la profundidad en un partido bajo su control, pero en el que tarda en concretar su dominio ante un rival que apenas suma un punto de los últimos nueve en liza

Denis Suárez, del Celta, disputa la pelota a Ander Capa, zaguero del Athletic.
Denis Suárez, del Celta, disputa la pelota a Ander Capa, zaguero del Athletic.Salvador Sas (EFE)

Miraba para la clasificación y se veía en descenso el Celta, apurado porque no llevaba hora y cuarto ante la puerta y no encontraba la llave, gustoso en el manejo de la pelota, más que aseado, solvente para superar la presión del rival, pero también carente de profundidad. Sin pegada, el Celta sufre. Llegó a su partido contra el Athletic no sólo en la zona roja de la tabla sino en el farolillo rojo en el escalafón de remates de las cinco grandes ligas europeas. Pecado para un equipo que suele tener más tiempo que sus rivales el balón en los pies. Pero marcó Iago Aspas, se estrenó en la Liga, mostró orgulloso a la grada la cruz de Santiago que lleva en el pecho antes de que se le encogiese porque el linier había levantado el banderín. Lo arregló el videoarbitraje. Así que el Celta festejó el gol del triunfo dos veces. No merecía menos ni la ocasión ni la necesidad.

La derrota (1-0) le duele al Athletic, que tras ponerse líder en la quinta jornada apenas sumó un punto de los nueve por los que compitió durante la última semana. El carrusel futbolero se detiene ante los números: aquel exuberante equipo de hace quince días está hoy tan sólo tres puntos por encima del rival que no acaba de arrancar. Ese es el Celta, que tiene varios problemas por resolver. El de la verticalidad se evidenció en el que se movió, un partido más, como si atacase una defensa de balonmano. Va y viene el Celta, busca y no encuentra porque tampoco logra hacerlo desde la amplitud. Junta pases, trazan magníficas paredes y combinaciones los dotados centrocampistas celestes, anuncian fuegos artificiales, pero todo queda en bombas de palenque.

La fiesta tardó en desatarse en Balaídos y bien pudo llegar antes del primer minuto cuando Denis Suárez sacó un centro que Aspas remató cerca del palo. El Athletic amagó con revolverse y obligar a su rival a cuidar las espaldas. Queda la duda de que hubiera conseguido si hubiese porfiado en esa labor. Pero tampoco asustó el equipo de Garitano, férreo, pero sin chicha, flaco de imaginación.

Se cerró por dentro el Athletic y por ahí le pareció suficiente para madurar el partido y quien sabe si llamar a la audacia en la recta final. Apenas algún amago de Muniain o un par de asomos de Raúl García, un remate de Sancet ya mediada la segunda parte y muy poquito de Williams. Le movieron el balón y lo movieron al Athletic, al que le faltó aliento y seguramente talento para imponerse. Pero con tres cuartos de partido cumplidos tenía al Celta a tiro, desesperados como estaban los vigueses por su carácter romo, por tanta pintura que no cuajaba. Y cundió el sopor en Balaídos porque el partido empezó a invitar a la siesta.

Hasta que llegó el gol que todo lo cambia. La delgada línea entre el fracaso y el triunfo, aquello que cambia, o al menos matiza, las valoraciones. Nada es previsible en el fútbol y menos que el Celta, tan chato en el juego aéreo fuese a tocar dos veces de cabeza un saque de esquina en el área de una defensa como la del Athletic. Prolongó Santi Mina y remató Iago Aspas, que se lanzó a por aquel balón como si fuese el último de su vida. El VAR lo rubricó. Iñaki Williams, un delantero, se había quedado enganchado y su talón validada la posición del genio de Moaña.

Con poco más de un cuarto de hora por jugar no hubo apenas respuesta del Athletic. No tembló el Celta atrás, lo que no deja de ser también una buena noticia para un equipo que necesitaba afianzarse en la faceta defensiva. Se fue sin encajar gol, con los tres puntos y la sensación de que ha ganado tiempo mientras encuentra como resolver cuestiones que no debe dejar sin responder.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_