El sello de Gaizka Garitano
El técnico del Athletic lleva a su equipo al liderato apoyándose en una defensa férrea que solo ha encajado un gol
Cuando en diciembre de 2018 Gaizka Garitano se sentó por primera vez en el banquillo del Athletic, se estaba repitiendo una secuencia que vivió su padre, Ángel, unos años atrás, a la vera de Mané. Venía a intentar rescatar del naufragio a un equipo sin rumbo. Ondarru, como era conocido el progenitor, mano derecha del técnico que salvó al equipo vizcaíno en el segundo año de lo que en Bilbao todavía se recuerda con horror como el bienio negro (2005-2007), se sienta ahora en San Mamés en la tribuna de prensa, como comentarista de Euskadi Irratia. Aunque es cauto al hablar de la labor de su hijo, no puede evitar una sonrisa de orgullo cuando alguien se lo recuerda.
Gaizka Garitano, el retoño, miembro de una familia futbolera —su tío Ander triunfó en el Athletic y el Zaragoza—, está asombrando con sus números desde que cogió las riendas del equipo rojiblanco, líder después de cinco jornadas, con mejor diferencia de goles que el Real Madrid, tras haber encajado sólo un tanto (seis a favor) desde el comienzo de la temporada —en el empate a uno en Getafe— e invicto en San Mamés. No sucedía algo así desde la quinta jornada de 1993, cuando el equipo que dirigía Jupp Heynckes, con Julen Guerrero como estrella emergente, consiguió los mismos números. Aquel año, el Athletic acabó quinto y se clasificó para la UEFA.
Tal como apunta la cuenta estadística Adurizpedia, desde que Gaizka Garitano está en el banquillo, es decir, hace 29 jornadas, el Athletic es el cuarto equipo que más puntos ha conseguido (53), por detrás del Barcelona (66), Atlético de Madrid (61) y Real Madrid (56), y por delante del Valencia (49), los cuatro equipos españoles que juegan la Champions. El equipo bilbaíno, en ese periodo, es, junto al Atlético, el que menos goles ha encajado (23). El Barça ha recibido 26, y el Getafe, una de las estructuras defensivas más sólidas de LaLiga, 30. San Mamés, además, es su fortaleza: desde 1990, el equipo bilbaíno no enlazaba 17 partidos sin perder en casa.
La defensa es, precisamente, la clave de bóveda de la estructura rojiblanca. Desde 1988, el Athletic no tenía sólo un gol en contra en la quinta jornada. Garitano comenzó a hacer crecer a su equipo desde atrás, desmontando el entramado que había ideado Eduardo Berizzo con marcajes al hombre que exigían un esfuerzo agotador y se convertían en una trampa cuando fallaba alguna pieza. Lo primero que hizo el técnico de Derio fue regresar a los marcajes en zona, que dieron vida a los centrales, muy expuestos hasta entonces. El Athletic cuenta con una pareja solvente en el centro de la zaga formada por Yeray e Iñigo Martínez, y se permite el lujo de tener en el banquillo a un tercer central, Unai Núñez, que debutó hace dos semanas como internacional absoluto. Además, los dos laterales, Yuri Berchiche y Capa, están en un momento de forma extraordinario. El segundo ha dado ya tres asistencias de gol en cinco jornadas.
Sin alardes ofensivos
Al Athletic le falta exuberancia en el medio campo. Dani García le da equilibrio al equipo con su labor demoledora, pero hasta que Garitano consiga que Unai López se asiente más en la tarea de creación, el equipo tiene un déficit en ese aspecto. Debe utilizar otras armas. Contra el Alavés el domingo (2-0) tiró de paciencia: “Ha sido muy importante tenerla, porque era un rival al que no podías hacer caer de un golpe. Hemos dado secuencias de pase más largas que otras veces y ha habido seguridad para no perder la pelota y que no salieran al contragolpe o nos hicieran jugadas de estrategia”, apuntaba el entrenador del Athletic tras el partido. En el minuto 37 llegó el gol de penalti de Raúl García, uno de los futbolistas vitales en el equipo, y las cosas cambiaron. “Conocemos bien nuestra manera de jugar y la base del equipo es la misma. Las victorias dan confianza. A partir del 1-0 hemos ido generando más. Ir ganando y defender bien dan mucha confianza. En orden hemos estado muy bien”, analizó Garitano.
Con los partidos abiertos, llega la hora de Williams, o de los espacios para el juego de Muniain. “Iker, Raúl y Williams, más Aduriz, al que no vamos a poner 20 goles porque tampoco está jugando mucho, pueden estar cerca de marcar. Además de ellos tenemos que tener otros jugadores con goles como los centrales, los extremos. Es una faceta en la que hay que ayudar”, apunta Garitano, director de la orquesta líder del campeonato. Un líder que este verano no ha gastado un euro.
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