Xiong, de 18 años, elimina con gran brillantez a Giri, 4º del mundo, en el desempate rápido
Firouzja, de 16, cae con honor ante el favorito Ding, y Domínguez pasa a octavos de final con épica
Los pájaros disparaban a las escopetas en un ambiente de emoción extrema; la antítesis de la creencia de que el ajedrez es aburrido. Así fue el desempate rápido de la 3ª ronda de la Copa del Mundo en Janti Mansiisk (Rusia). Uno de los juveniles que encarnan el futuro, el estadounidense Jeffery Xiong, tiró la casa por la ventana para tumbar al holandés Anish Giri, 2º cabeza de serie, y lo consiguió. El otro, el iraní Alireza Firouzja, cayó como un héroe ante el durísimo chino Liren Ding, principal favorito. Y aún menos apto para cardíacos fue el proceder del cubano-estadounidense Leinier Domínguez, quien resucitó dos veces para entrar en octavos.
“Mis entrenadores me habían dicho que Giri necesita sentir la solidez de su posición y no se encuentra cómodo en las grandes complicaciones. Por eso he jugado de una manera que a muchos les parecerá suicida, y que las computadoras de ajedrez consideran horrible. Pero está claro que mis preparadores tenían razón”, explicó Xiong, un chico muy bien educado que destaca por su soltura en los hábitos sociales y su facilidad de palabra. Preguntado por la presencia entre sus entrenadores del excampeón del mundo Gari Kaspárov, que vive en Nueva York, aclaró: “La Fundación Kaspárov, y Gari en persona, supervisaron mi entrenamiento de 2012 a 2017, cuando cumplí los 16 años que me excluían del programa, y fue reemplazado por un chico de 11. Ahora no trabajo con Kaspárov”.
Lo que ha hecho hoy Xiong es muy impresionante -además de confirmar su asombrosa trayectoria de los últimos años y también en esta Copa del Mundo desde la primera ronda- porque su juego en las rondas anteriores tenía la solidez como hilo conductor. Pero como en ese terreno jamás podría superar al ultra-rocoso Giri, el estadounidense de ancestros chinos se adaptó perfectamente a todo lo contrario: cada partida fue un lío tremendo, con posiciones que Xiong jamás hubiera planteado en la modalidad de ajedrez clásico porque eran tan objetivamente malas para él que, si los ajedrecistas inhumanos hablasen, gritarían horrorizados ante tales atentados contra la ortodoxia. Pero Giri sentía miedo, al no tener tiempo para calcular con mucha profundidad, y no se atrevía a entrar en las líneas agudas que hubieran castigado la temeridad del muchacho.
Por el contrario, Xiong calcula tan rápido y tan bien que sus neuronas parecen chips, hasta el punto de que encontraba ideas que parecían exclusivas de los inhumanos. Y así desesperó al holandés, quien probablemente ha comprendido hoy que su lugar en la primera fila de la élite durará poco si no se inyecta ambición en dosis de caballo. Sin embargo, cuando se le preguntó a Xiong cuáles son sus objetivos a corto y medio plazo, fue mucho más mojigato que Firouzja hace dos días –“Ser campeón del mundo, cuanto antes mejor”-, como si no tuviera prisa alguna: “No me pongo objetivos concretos. Lo que quiero es progresar de la manera más consistente que pueda”.
Firouzja ha caído con todos los honores, tras convencer a todo el mundo de que no tardará mucho en asomarse a la cumbre del ajedrez. Su marcador, 0-2, ante Ding es engañoso: todo hubiera sido muy distinto si, tras aguantar a duras penas, pero con firmeza, las vueltas de tuerca del primer cabeza de serie, el iraní no hubiera cometido un par de imprecisiones en un final muy técnico (torre y peón contra torre), que le costaron la derrota. Obligado a ganar en el segundo asalto, Firouzja se pasó mucho de frenada en el ataque a degüello y se estrelló contra la muralla china. El propio Ding lo elogió después: “Tiene un talento enorme, no hay duda alguna”.
Pero todo eso, por épico que resulte, queda pequeño ante la heroica actuación de Leinier Domínguez ante Hao Wang. El cubano que juega con bandera de EEUU -no podrá obtener la nacionalidad hasta que acredite cinco años de residencia, pero sí está cualificado para formar parte de la selección nacional en la próxima Olimpiada de Ajedrez, en agosto de 2020- perdió la primera partida a 25 minutos, pero ganó la segunda; luego perdió la primera a 10 minutos, pero ganó la segunda; y por fin ganó la primera a cinco minutos, y luego empató la segunda poco después de tener una posición ganadora. “Lo que he hecho hoy es increíble; implica un gran desgaste nervioso, pero mañana es día de descanso, y espero recuperarme”, explicó cuando llegó al hotel.
El resultado más destacable de los demás duelos es la eliminación del ruso Vladislav Artémiev, de 21 años, ganador este año del Abierto de Gibraltar y del Europeo Individual, a manos del vietnamita Yu. El duelo más atractivo de los octavos de final enfrentará al prodigioso Xiong con otro joven de brillante trayectoria, el polaco Duda, de 21 años. Los aficionados echarán de menos a Firouzja, pero Ding es, hoy por hoy, la principal amenaza para el campeón Magnus Carlsen.
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