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La Federación Internacional de Natación descalifica a Rapsys, el más rápido, y da el oro a Yang en 200 libre

Investigado por negarse a pasar un control antidopaje, el nadador chino gana por accidente su segundo título en Gwangju y se encara con el medallista de bronce: "¡Eres un perdedor!"

Sun Yang, en el centro, se dirige de forma despectiva a Duncan Scott. a la izquierda, que no quiso posar con él en el podio.
Sun Yang, en el centro, se dirige de forma despectiva a Duncan Scott. a la izquierda, que no quiso posar con él en el podio.Mark Schiefelbein (AP )

La final de los 200 metros libre del campeonato del mundo de natación, celebrada en la ciudad de Gwangju este martes, registró tres hechos irrefutables. Primero, que al sonido de la bocina que declara el inicio de la prueba todos los nadadores estaban de pie en sus poyetes. Ninguno saltó al agua antes de tiempo. Segundo, que al cabo de recorrer la distancia, el primero en tocar la placa fue el lituano Danas Rapsys con un tiempo de 1m 44,69s seguido del chino Sun Yang (1m 44,93s), célebre sujeto de una investigación por incumplir reiteradamente con la normativa antidopaje en un proceso impulsado por la Asociación Mundial Antidopaje (AMA) ante el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAD) después de que la federación internacional de natación (FINA) le diera la razón al investigado. Tercero, que los jueces descalificaron a Rapsys permitiendo que Sun Yang ganara de rebote su segundo oro mundial consecutivo en 200.

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La prueba discurrió sin incidentes. Rapsys salió entre los últimos. Solo se colocó entre los tres primeros al pasar por la pared de los 100 metros. Sun Yang lideraba la final en el parcial de los 150 pero Rapsys volteó con más fuerza y se puso en cabeza en el largo decisivo. El lituano conservó la ventaja hasta tocar la placa. Se giró y al verse en lo alto del marcador con 1,44s, un segundo por debajo de su mejor marca, expresó toda su perplejidad con una expresión anglosajona: “What the fuck”.

La sorpresa de Rapsys se multiplicó instantes después, cuando la megafonía de la piscina declaró que había sido descalificado. A falta de una explicación oficial de la FINA, solo se puede constatar que Rapsys hizo un ligero movimiento en el poyete tras la señal de alerta, "on your marks", circunstancia de dudosa legalidad cuyo efecto sobre el resultado de la prueba fue irrelevante. El reglamento de competición de la FINA establece en su artículo SW 4 que el funcionario "iniciador" debe dar la salida cuando todos los nadadores están quietos sobre el poyete. La prescripción, más que para el nadador, es para quien ordena la salida. Las imágenes de TV no permiten determinar que el lituano se mueva en el momento de la salida, ni su tiempo de reacción resultó en una entrada más rápida en el agua, indicio de un aprovechamiento ilícito del empuje.

Rapsys abandonó la piscina conturbado mientras el vencedor por la vía judicial lo celebraba subiéndose a horcajadas en la corchera, ufano, y golpeando el agua como si quisiera vengarse del hidrógeno en medio de un clamor que sonó como uno de los alaridos de espanto que emiten los adolescentes en el cine durante las películas de terror. Solo la delegación de China ovacionaba a su héroe, verdadero ídolo de masas en su país, mientras la multitud protestaba contra la decisión desde las gradas. Sun Yang permaneció solo en la piscina durante unos instantes, saboreando la gloria. Siempre fue un muchacho proclive a meterse en líos, pero en este Mundial, a sus 27 años, supera sus propios estándares.

La ceremonia de premiación se inició bajo los pitos del público, indignado ante la actitud retadora del campeón. Al parecer molesto con la flema del británico Duncan Scott, que fue bronce, el chino comenzó a gritarle cosas al oído mientras blandía el puño amenazador. Una vez que sonaron los himnos, Sun Yang llamó a los otros premiados para que se hicieran una foto con él, pero Scott permaneció en el extremo opuesto del podio mirando hacia otro lado. La exhibición de repudio enfureció a Sun Yang, que comenzó a increpar al inglés: "¡Eres un perdedor y yo soy un ganador!".

La FINA lanzó advertencias a Yang y a Scott por encontrar su conducta igualmente reprobable. Scott no abandonó su posición en la BBC: "Si él no puede respetar nuestro deporte, ¿por qué debemos respetarlo a él? Ojalá esto se reproduzca en todas las ceremonias en las que participe".

El incidente soliviantó a representantes de todos los equipos, que en privado confiesan estar hartos de Sun Yang. Campeona mundial de 100 braza este martes, la tremenda Lilly King salió de la piscina con el martillo entre los dientes. "Es triste", dijo, "porque vemos que la FINA hace más por reprender a Horton de lo que han hecho por reprender a Sun Yang. ¡Pensad en eso! Es bastante loco”.

“Tramposo”

El mundial de Sun Yang habría transcurrido sin sobresaltos de no ser porque el sábado pasado el The Daily Telegraph publicó que en septiembre de 2018 se había resistido con violencia a pasar un control antidopaje rompiendo a martillazos el frasco con la sangre que le acababan de extraer. Tras abrirle un expediente, la FINA le dio la razón bajo el argumento de que el control no había cumplido con todos los formalismos reglamentarios, a lo que la AMA replicó llevando el caso al TAD. Las protestas de distintos representantes de los equipos que compiten en Gwangju ante la evidencia anormal de que el chino participara de las carreras incluso estando investigado, culminaron en la ceremonia de premiación de los 400 metros libre. Allí el australiano Mack Horton, que fue plata, se negó a subirse al podio y dar la mano al chino, que fue oro.

El desencuentro tuvo precedente. Durante los Juegos de 2016, Horton calificó a Sun Yang de "drug cheat" (tramposo por drogas). Nadie en la piscina olvida que en 2014 Sun Yang fue condenado por dar positivo por consumo de trimetazidina, un estimulante.

El lunes la FINA se apresuró a amonestar a Horton en un comunicado. “La FINA respeta el principio de libertad de expresión”, dijo la nota, “pero debe conducirse en el contexto adecuado (…). Los atletas y su entorno son conscientes de que deben respetar las regulaciones de la FINA y no usar la organización para realizar declaraciones o gestos personales. La cuestión por la que presumiblemente Mack Horton protestó está en estos momentos sujeta a una investigación por el TAD y no es apropiado que la FINA prejuzgue la vista”.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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