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Giannis Antetokounmpo: “Hace seis años tenía miedo de salir de casa por si me deportaban”

El jugador griego de los Bucks explica sus orígenes en una humilde familia de emigrantes nigerianos y la progresión que le ha llevado a ser una estrella en la NBA

Robert Álvarez
Giannis Antetokounmpo.
Giannis Antetokounmpo.COSTAS BALTAS (REUTERS)

La estrella del momento en el baloncesto mundial era un apátrida hace seis años. Giannis Antetokounmpo, hijo de emigrantes nigerianos, nació en Atenas hace 24 años, pero hasta que cumplió los 18, en 2013, ni él ni sus cuatro hermanos obtuvieron la ciudadanía griega. Ahora es el flamante MVP, el mejor jugador de la temporada en la NBA, un título que solo había conseguido un europeo, el alemán Dirk Nowitzki en 2007. La paradoja es que aquel chaval que llegó a vender CDs y DVDs por las calles del difícil barrio de Sepolia en el que creció y que no hace tanto tiempo temía ser detenido porque carecía de pasaporte, mide 2,11 metros, pesa 109 kilos, puede jugar en todas las posiciones de la cancha y es una estrella en la NBA donde ha cumplido su sexta temporada con Milwaukee Bucks. Fue capitán junto a LeBron James de los equipos que compitieron en el All Star, y es una apuesta de máximo rango para Nike, que lo acaba de convertir en el primer jugador no estadounidense con una línea propia de zapatillas (marca organizadora del acto donde concedió esta entrevista): las Air Zoom Freak 1, en las que, además de su logo y su nombre, lleva también inscrito el de su madre, los de sus hermanos, y el de su padre ya fallecido, además de la inscripción grabada en la suela ‘I am my father’s legacy’ (Soy el legado de mis padres).

Pregunta. ¿Se ha imaginado alguna vez qué sería en este momento de no haber triunfado en el baloncesto?

Respuesta. No lo sé. No lo tengo claro. Lo que sí sé es que fuese lo que fuese lo haría al 100%. Le pongo mucha pasión a todo lo que hago. Por ejemplo, si fuera guarda de seguridad, trataría de ser el mejor guarda de seguridad. Gracias a Dios, soy jugador de baloncesto.

P. ¿Qué opina sobre el trato que Europa está dando a los refugiados y migrantes?

R. Es una situación muy dura, un tema peliagudo. Por eso intento ayudar con acciones como las que hacemos hoy (la Fundación Antetokounbros inaugura la remodelación de tres canchas de baloncesto en Atenas). Es difícil lidiar con ello, especialmente cuando eres ilegal, no tienes papeles ni pasaporte y estás en la calle con el riesgo de poder ser deportado.

P. ¿Es lo que le pasó a usted?

R. Cuando éramos niños, nuestros amigos obtenían sus identificaciones y pasaportes. No entendíamos qué estaba pasando. Preguntamos a nuestros padres ‘¿Por qué no tenemos identidad ni pasaporte? ¿Por qué no podemos viajar con nuestros amigos?' No pudieron explicárnoslo. Nunca tuvieron la ocasión ni de votar, ni de expresar su opinión. Es increíble. Gracias a Dios, nosotros encontramos a la gente que nos dio la oportunidad de vivir mejor, como una familia. Y poco a poco, al menos en Grecia, se va dando la oportunidad a ese tipo de personas. Es un problema muy complicado y no va a ser fácil resolverlo. Espero que esos inmigrantes que hay en toda Europa tengan esa oportunidad de vivir mejor.

P. ¿Qué les aconsejaban sus padres?

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R. Nos enseñaron a no odiar a la gente, pese a que nos dijeran cosas negativas. No negaré que en Grecia hay mucho racismo. Pero también hubo entorno a nosotros toda esa gente que nos ayudó. En Grecia hay una mayoría de blancos y muchos inmigrantes. En mi escuela había cuatro negros, yo y mis hermanos. Éramos diferentes, pero no nos habíamos dado cuenta. Teníamos muchos amigos blancos. Nos ayudaron a no ver el racismo y a no sentirnos atacados. Es lo que todos deberían hacer para erradicar el racismo. Hace seis años tenía miedo de salir de casa por si me deportaban. Afortunadamente las cosas están cambiando para mejor. Hoy, los niños tienen esperanza.

P. Hace un año, Marc Gasol se lanzó al agua del Mediterráneo para participar en el rescate de unos inmigrantes. ¿Cuál es el compromiso social que deben tener los jugadores?

R. Hay gente que quiere hablar sobre ello y gente que no. Yo me siento cómodo hablando de ello porque he pasado por esa situación. Lo que hizo Marc el año pasado fue increíble. Por cosas como esa, Pau y Marc, son dos de los mejores seres humanos que he encontrado en mi vida. Los conozco bien. No vas a poder ver a muchos jugadores arriesgar su vida en el mar para salvar a personas inmigrantes como hizo Marc.

P. ¿Cuál es su sensación cuando regresa a Atenas y a la modesta cancha del Filathlitikos donde empezó a destacar?

R. Me encanta volver a los orígenes y devolver a mi ciudad todo lo que hicieron por mí. Me gusta volver a Grecia. Aquí soy un tío normal, no una estrella.

P. ¿Qué le diría a un niño que quiere triunfar como usted?

R. Sé tú mismo, márcate unas metas y levántate cada día para conseguir hacerlas posibles. Y cuando alguien te vea diferente no lo tomes como algo negativo. Ser diferente está bien. Ha sido siempre así en mi vida. Ir a un colegio con 350 niños y ser el único de color… Llegar a la NBA y que digan que eres único…

P. Le gusta que le llamen Greek Freak (el Fenómeno Griego).

R. Es un apodo que me encaja.

P. Ha sido el MVP de la temporada y capitán en el All Star. ¿Se siente el mejor?

R. No, no me siento el mejor jugador del mundo. Tengo mucho trabajo por hacer. Soy muy afortunado de estar al lado de Paul George, James Harden, LeBron James o Kevin Durant. Pero hay un largo camino para mejorar. No siento que esté al nivel máximo. Es el siguiente paso y lucharé por conseguirlo. Tienes que ser consistente. Todos los grandes tienen una gran mentalidad. Tengo que mejorar mi tiro y ser mejor líder para llegar al nivel de esos tíos.

P. ¿Cómo asimila haber alcanzado un nivel tan extraordinario?

R. Quiero devolver a la sociedad todo lo que me ha dado. No quiero ser recordado solo por ser un gran jugador de baloncesto. Gente como Larry Bird, Magic Johnson, LeBron James o Kevin Durant no solo son buenos jugando, sino que han hecho mucho por la sociedad. Pienso en ser algo más que un jugador de baloncesto y es el legado que quiero dejar, también fuera de la pista.

P. Usted, Gobert y Doncic han estado entre los mejores de la temporada, y otros muchos europeos han destacado. ¿Europa marca tendencia en la NBA?

R. Los grandes jugadores como Parker, Pau Gasol o Nowitzki nos han dado un ejemplo a seguir, nos han mostrado el camino. Pero ahora la NBA es una Liga global con jugadores de todas las procedencias que están triunfando. Creo que es la primera vez que ha pasado: cada premio fue para un jugador de un país diferente y solo uno estadounidense. Estos chicos (señala a la cancha donde se disputan las finales del torneo de su Fundación) creen que pueden llegar a la NBA. Hace 20 años eso era impensable.

P. ¿Qué pudieron hacer mejor para superar a Toronto en los ‘playoffs’?

R. Mejorar uno mismo. Fue muy duro empezar ganando por 2-0 y que luego nos ganaran cuatro partidos seguidos. Después del 2-0 estábamos disfrutando, nos lo creímos. Tras analizarlo nos faltó mejorar algunos tiros, los porcentajes de triples, rebotear mejor, mejorar yo mismo y ayudar a que el equipo lo tenga más fácil. A eso dedicaré el verano.

P. ¿Se puede luchar por el título ante equipos que cuentan con dos, tres o más grandes figuras, o los Lakers de LeBron James, ya con Anthony Davis, y que quieren a Kawhi Leonard?

R. No diré que imposible, pero muy difícil. Con esas figuras suben tus posibilidades de ganar el campeonato. Milwaukee, para ganar un título, tiene que ser construir un equipo alrededor de un entrenador. Si quieres ganar durante muchos años no basta con dos estrellas, tienes que construir un equipo, como hizo por ejemplo San Antonio, que a lo mejor ahora no, pero acabará volviendo a tener opción a ganar un título.

P. ¿Qué puede aportar Pau Gasol si continúa en los Bucks?

R. Dureza, liderazgo… Será su 19ª temporada. Si ahora tuviera las piernas de cuando era joven sería de los mejores de la Liga. Pero tiene experiencia, inteligencia y mentalidad, y eso lo puede utilizar y puede ayudar a desarrollar a los jóvenes y a que mejoren.

P. ¿Volverá usted a la selección griega?

Unas zapatillas muy especiales

Giannis Antetokounmpo se ha convertido en el primer jugador no estadounidense de la NBA para el que Nike ha diseñado y producido unas zapatillas con su firma. Se trata de las Nike Air Zoom Freak 1. Las zapatillas se han diseñado teniendo en cuenta las necesidades de un jugador tan especial como Antetokounmpo que utiliza su larga zancada, especialmente el paso izquierdo, para romper la defensa de sus rivales.

El juego de pies asociado a la forma de jugar de Antetokounmpo se tiene en cuenta con un diseño de tracción multidireccional que favorece el posicionamiento en los extremos de las zancadas laterales (el dedo gordo y el meñique) además de satisfacer necesidades más clásicas de una buena posición de defensa. Todo esto se ve respaldado por un sistema de contención interno que ayuda a mantener el pie en su lugar, y sujeción lateral en forma de un clip de goma que se extiende desde la suela hasta la mediasuela. El jugador, que había utilizado zapatillas de la línea de Kobe Bryant, ha participado en el diseño de las nuevas zapatillas que llevan su logo, los nombres de sus hermanos –Francis, Thanasis, Kostas y Alex-, su madre Veronica y su padre Charles, ya fallecido. Y en la suela, una frase: ‘I am my father’s legacy’ (Soy el legado de mis padres).

R. Hace dos años no pude ir a causa de una lesión en la rodilla. Quiero intentar volver a ganar, pero es una cuestión lenta, se requiere un proceso, pero lucharé para ganar y alcanzar una medalla, los objetivos marcados.

P. ¿Quién ha sido su inspiración?

R. Mi madre. Me ayudó a definir mi futuro y a ser una persona exitosa. Éramos cinco hermanos. No era fácil para ella. Es muy dura, por severa y por fuerte. Quiero ser mejor por mi madre. Admiré a varios jugadores griegos que fueron mi inspiración: Schortsanitis, muy cercano a mí y a mi familia, Papaloukas, Diamantidis o Spanoulis.

P. La mayoría de niños africanos quieren ser futbolistas y su padre lo fue. ¿Cómo llegó al baloncesto?

R. Gracias a mi hermano Thanasis (exjugador de Panathinaikos, Andorra y los Knicks) que tiene dos años más que yo. Me dijo que en el baloncesto tendría más oportunidades porque era más alto y más fuerte que muchos. Cuando jugábamos a fútbol sí que pensábamos que seríamos buenos y que jugaríamos la Champions. Luego, en el baloncesto pasamos dos años de adaptación. Al tercero ya vimos que la cosa podía ser seria. Y a los 18 años, que podíamos ser buenos. Pero de eso a jugar en la NBA o ser MVP… Mi hermano tenía dos años más que yo y me desafiaba. Yo tenía 15 años. Cuando vi que podía competir con él me dije: ‘puedo ser bueno en esto’. Si podía competir con mi hermano con dos años menos, podía competir con cualquiera.

P. ¿Cómo ha conseguido llegar al éxito desde una familia muy humilde?

R. Ha sido una batalla dura, y lo sigue siendo porque tengo ambición y quiero más. Ser pobre pero tener amor me ayudó y motivó para llegar adonde quiero.

P. Se emocionó cuando recibió el premio al MVP.

R. Nunca lloro. Solo me había pasado cuando perdí a mi padre. Cuando salí al escenario y vi la alegría en los rostros de mi gente, fue como si viera pasar mi vida en unos pocos segundos y no me pude contener.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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