Los españoles toman posiciones en el US Open
Rahm, Sergio García y el debutante Adri Arnaus firman dos bajo par en la primera jornada del tercer grande de la temporada. Justin Rose, líder con -6
Hace unos meses, Jon Rahm invitó a su caddie, el estadounidense Adam Hayes, a pasar unos días en Barrika, el pueblo del golfista vasco. Hayes, como el mánager de Rahm, también americano, no solo quedó maravillado con la gastronomía local, sino que descubrió una clave de parte del éxito de Rahm al otro lado del océano. "¡Ahora sé por qué juegas tan bien en California!", vino a decirle Hayes, que comprobó sorprendido cómo las condiciones meteorológicas de esa zona del País Vasco y el tipo de campos de golf eran muy parecidos a los de la costa oeste estadounidense. La misma conexión percibió pronto Rahm cuando emigró siendo un chaval a Estados Unidos. En California ha celebrado sus dos victorias en el PGA (Farmers Insurance Open y Carreer Builder) y allí, en Pebble Beach, afirma que se siente casi como en casa en el US Open que ha comenzado este jueves. Su secuencia de golfpes de inicio en la primera jornada no hizo sino ratificar esta sensación. Tres primeros hoyos (10, 11 y 12) y tres birdies, el primero con un gran putt de unos 11 metros, dos pares cuatro y un par tres con los que dio pronto un buen bocado.
Parecía que Rahm iba a comerse el mundo, siempre tan impulsivo. Aunque ya con un punto de madurez que le hace un golfista muchísimo mejor. Sigue siendo un jugador de sangre caliente, pero ha aprendido a mantener bajo control ese fuego interno que le hacía jugar siempre a todo o nada. Esta vez, conseguido ese buen botín de inicio, se trataba más de no perderlo que de arriesgarlo. Ya sabe Rahm que un grande no se gana el jueves, pero sí se puede perder. Con ese ritmo más conservador se movió el resto de la jornada, cauteloso en un campo de greens pequeños y que parece algo menos fiero que en otras ediciones del US Open. Un bogey en el par cinco del hoyo 6, ya al final de su jornada, le dejó en un -2 que le hace coger buenas posiciones. Rahm fue de los que aprovechó las mejores condiciones del turno de la mañana, igual que Rickie Fowler, Xander Schauffele y Loius Oosthuizen, que compartieron cabeza de la clasificación con -5. A ellos se sumó por la tarde Aaron Wise, superados todos por Justin Rose líder con -6. El inglés terminó a lo grande, como empezó Rahm, con tres birdies seguidos.
El -2 en la tarjeta lo firmaron también Sergio García y el debutante Adri Arnaus. El Niño parece que se ha recuperado después de no pasar el corte en los siete últimos grandes seguidos, desde el Open Británico de 2017. Y aunque llegó a Pebble Beach de nuevo con el morro algo torcido y hablando de no muy buenas sensaciones, su juego dejó ver algunos retazos de otra cosa. Eso sí, con un día muy irregular. Comenzó con bogey y acabó con bogey, un mal inicio y un mal final significativos por lo que suponen en el aspecto mental, aunque entre medias dejó algún detalle de calidad como el eagle en el hoyo seis.
La historia de Adri Arnaus es bien diferente. Con 24 años, el chico debutaba en un grande, y hacerlo con una tarjeta de 69, también dos bajo par, es de notable alto. Los nervios parecía que le iban a jugar una mala pasada con un bogey de arranque, pero luego calmó el pulso, arañó algún birdie y la segunda parte del día (un birdie y ocho pares) acabó desembocando en un gran resultado.
Koepka, el señor de los grandes, hizo honor a su apodo con un comienzo que recordó a su apabullante dominio en el pasado Campeonato de la PGA. Con cuatro birdies en los seis primeros hoyos, golpes de salida de bombardero y definidor sin fallo en el green, el estadounidense iba en moto. Falló en el ocho al visitar el rough cerca del green y con una salida algo pasada del hoyo desde su posición, y ese bogey le creó dudas. El -2 final, con otro bogey en el 17, manchó una tarjeta que había comenzado brillando. Con -1 acabó Tiger Woods. El Tigre se metió en un lío con un doble bogey en el cinco, pero sacó la garra para reaccionador arañando un golpe en el seis y otro el siete con un putt largo marca de la casa. A partir de ahí, 10 pares seguidos para seguir vivo y en la pelea. También -1 para Rafa Cabrera Bello en una montaña rusa en la que solo hizo el par en siete hoyos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.