De Bojan a Abel Ruiz
Con las lesiones de Luis Suárez y Boateng, el canterano es una alternativa para Valverde en la punta de ataque
Aunque no era muy habitual esta fanfarria para cualquier chico de la cantera, al acto de la firma de la renovación acudió Josep Maria Bartomeu, presidente del Barcelona. Se trataba de que saliera en la foto, de que Abel Ruiz (Almussafes, Valencia; 19 años) entendiera que, más allá de una aclaratoria cláusula de rescisión de 100 millones, el club apostaba desde el curso pasado por su talento y goles. “Hicimos una gran apuesta por él y también un esfuerzo económico importante”, señalan desde las oficinas de la ciudad deportiva; “pero se hizo porque es uno de los mejores delanteros de su generación”. Máximo goleador en la historia de la selección Sub-17 (22 dianas en 31 encuentros), Abel Ruiz aún no ha dado el salto definitivo. Pero este sábado, si el asunto se tuerce y el equipo necesita un delantero centro, podría ser el recurso de Valverde. Y sería la excepción que confirma la regla; desde Bojan Krkic que el Barça no cuenta con ariete canterano.
Hubo otros puntas marca de la casa como Paco Clos, rescatado en los 80 por Terry Venables cuando Lobo Carrasco estampó su coche contra un árbol por una nevada, o del incomprendido Martí Filosía, pitado en los 70 a cada ocasión que jugaba porque el público, patidifuso por la extraña forma que tenía de correr, se decantaba por Zaldúa. Pero no se han dado tantos arietes formados en La Masia, más allá de los recientes Óscar García y Sergio García, también de un Francisco López López que apenas disputó 18 encuentros con un saldo notable de siete goles, aunque actuara más de extremo que de referencia ofensiva. Bojan, en cualquier caso, sí que dejó huella porque en su primer curso en la élite con Rijkaard firmó 12 goles en 48 encuentros, registro que superaba, por ejemplo, al Raúl González en el Madrid.
Obstruido por Ibrahimovic, Villa y Messi, Bojan fue perdiendo peso en el equipo de Guardiola, pero sí que se ganó su sitio en la Copa de 2009, trofeo olvidado por muchos años –no se ganaba desde el 98- hasta que se conquistó. “No había mucha confianza en mí. En muchos momentos no se ha sido justo conmigo. Me dolió mucho no jugar en Londres [la final de la Champions en Wembley] y desde entonces tengo una espina clavada”, reflexionó el jugador en su adiós, un par de cursos más tarde. Pero nadie olvida su Copa y ahora, ante el Valencia, puede que también sea en parte de Abel Ruiz, que ya ha debutado en LaLiga hace un par de semanas, 21 minutos de buen fútbol ante el Getafe.
Señalan desde el club que Abel quizá no tiene tanto presente pero sí mucho futuro. “Ha hecho un año un poco irregular porque ha notado el cambio al fútbol profesional”, cuentan desde el Camp Nou; “es lo normal cuando llegas de triunfar en todas las categorías inferiores. Es un paso lógico”. Es por eso que se cuenta con el delantero para la próxima pretemporada del primer equipo, aunque también sabe que seguirá en el filial porque el club fichará a otro punta como competencia de Suárez. “El Barça busca a los mejores del mundo en todas las posiciones, pero le es más fácil acudir al filial cuando no se trata de un punta”, dicen desde el área deportiva; “porque en las demás posiciones se construye el fútbol y se requiere jugadores con ADN Barça. Quizá no a los mejores, pero sí los que puedan jugar a este fútbol. Y el delantero es la culminación del juego, por lo que no es tan necesario ese ADN”.
Comparado con Benzema por su fútbol –“es talentoso, frío, elegante y un delantero moderno con movilidad y que va bien al espacio, como Karim”, le define un entrenador que lo ha tenido en la cantera-, Abel Ruiz sabe que deberá esperar. Aunque puede que no tanto si se complica la final, toda vez que Luis Suárez prefirió la Copa América a la Copa y Boateng no está para competir, entre lesiones y falta de ritmo. Abel, por si acaso, aguarda.
El fiasco de Boateng
No todos en el área deportiva ni en la directiva del Barcelona, que opina más de la cuenta en un apartado que no domina, estaban de acuerdo con la incorporación de Kevin-Prince Boateng –y por extensión con la del central Murillo, que se aplicó la misma fórmula-, que en enero llegó cedido por seis meses. Algunos entendían que bastaba con acudir al desplegable, al filial, porque no pasaba nada por pasar por alguna estrechez; otros, sin embargo y entre los que estaba el técnico Valverde, preferían tirar de la cartera y traer a jugadores contrastados que conocieran LaLiga. De ahí llegó Boateng, que andaba difuminado en el Sassuolo (cinco goles en 15 partidos) y que se ha perdido en el Barcelona, hasta el punto de que al inicio pensó que era el Espanyol quien le pretendía y no el Barça. “Se buscó experiencia, nada más. Un jugador que en un momento determinado tuviera que jugar y que no le temblaran las piernas”, cuentas desde los despachos de la ciudad deportiva. Ocurre, sin embargo, que cuando ha jugado no ha aparecido y cuando se le ha necesitado ha desaparecido, aquejado como está de unas molestias en la rodilla izquierda.
Pasado el tiempo, sin embargo, parece que todos concuerdan que no fue una buena decisión. “Empezó con ganas, pero con el paso del tiempo se fue desanimando al ver que no tenía sitio”, explican desde el Camp Nou; “no es que haya jugado mal porque apenas ha tenido ocasiones de probarse y menos de coger ritmo”. Aunque añaden: “También hay que valorar que siempre ha competido con el equipo reserva y que no es lo mismo que hacerlo con los titulares por detrás. Pero no ha rendido y aunque no es un desastre, podría haber dado más”. Quizá hubiese sido en la final, ausente como está Suárez. Pero no podrá ser.
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