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LaLiga Santander jornada 35
Athletic
Athletic
Beñat 41'
1 1
Finalizado
Alavés
Alavés
Borja Bastón 45'

Dos goles en un partido que olía a ‘cerocerismo’

El Athletic y el Alavés rivalizan en errores y en falta de ideas, y comparten los puntos de un mal encuentro

Jon Rivas
Williams cabecea un balón ante Duarte.
Williams cabecea un balón ante Duarte.Ion Alcoba Beitia (GTRESONLINE)

Athletic y Alavés rivalizaron en despropósitos en San Mamés. Se jugaban ambos la séptima plaza, que puede dar acceso a la Europa League, pero el nivel del fútbol que los dos equipos propusieron fue indigno de un choque en la zona media alta de LaLiga. A nadie se le ocurrió una idea brillante durante los 94 minutos. Fue solo un dejar pasar el tiempo, como quien espera que finalice el campeonato, con los billetes de las vacaciones comprados.

La angustia del folio en blanco la acrecientan partidos como el de San Mamés, cuando en el minuto 40 todavía no ha ocurrido nada digno de ser contado en una época en la que ya no hay ni lipotimias en las gradas que describir. Tiempos aquellos en los que los apretones de las tribunas de pie y una buena comida bien regada propiciaban el ir y venir de los camilleros de la Cruz Roja. Cuando el partido no llevaba a nada, al menos engordaba el párrafo de las incidencias. Los millennials no conocen estas cosas.

Pero ahora muchos partidos son antes de comer, cada espectador tiene su asiento y en los campos de fútbol no se bebe alcohol, una medida muy sana, por otra parte, así que hay que conformarse con describir el fútbol que se ve, y resulta muy complicado hablar de la nada.

Hubo errores, muchos, sobre todo del Athletic, que provocaron sustos en su línea defensiva. En uno de Williams, que quiso ser exquisito, se llevó la pelota Jony y su remate golpeó en el poste y se marchó fuera. En el área de Pacheco, lo más interesante fue un saque de falta que ejecutó Beñat y Raúl García remató alto en una semichilena. Acciones aisladas, por inercia, pero no por fútbol.

Hasta el minuto 40 no había nada que contar, y lo que pasó en ese instante llegó también de la nada. A Susaeta le hicieron una falta cerca del área en una jugada que parecía intrascendente, pero Beñat, en su lanzamiento, colocó la pelota en la escuadra para abrir el marcador. Cinco minutos más tarde, con el árbitro a punto de mandar a los futbolistas al descanso, otra falta rutinaria la sacó Jony, la despejó Herrerín, y en el segundo rechace, Borja Bastón metió el pie para empatar. Hubo suspense porque el VAR revisó la acción, por un posible fuera de juego que no se produjo.

Ahí acabó la primera parte y casi el partido, porque en la segunda, aunque el Athletic quiso darle profundidad a su juego y Williams participó más, los centros acababan sobrevolando el área sin encontrar rematador. Hubo un par de amagos, De Marcos y Yuri, que se perdieron en el hipersespacio. En el otro bando, Abelardo parecía darse por satisfecho por el resultado. Al menos no ordenó a sus jugadores que se lanzaran al abordaje. El Alavés creó sus mejores ocasiones a partir de los errores rojiblancos. Wakaso tuvo la mejor después de un saque de banda fallido del Athletic. San José estuvo al quite para despejar.

Al Athletic no le viene mal del todo el empate; al Alavés tampoco, pero lo extraño es que se marcaran dos goles, uno por equipo, en un partido de esos que huelen a cerocerismo casi desde que se anuncian las alineaciones. En la segunda parte no hubo ni lipotimias en las gradas y ni siquiera tarjetas.

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