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Ciclismo

El podio de la igualdad: las mujeres, de espaldas

Las ciclistas protestan en una carrera de la Copa de Andalucía en Dos Hermanas contra la discriminación que sufren en las competiciones

Carlos Arribas
Las mujeres de categoría M50 reciben de espaldas sus premios en el podio de Dos Hermanas.
Las mujeres de categoría M50 reciben de espaldas sus premios en el podio de Dos Hermanas.María Eugenia Monroy

Cuando las mujeres subieron al podio a recoger sus trofeos hubo pitos y abucheos, y una voz que gritaba “¿pues no queríais igualdad? Pues ahí la habéis tenido, corriendo con los hombres”. Ellas lo oyeron todo, pero no vieron a quienes chillaban. Estaban de espaldas a todos. Rebeldes, reivindicaban que hubiera una carrera femenina, sin hombres.

Así terminó el domingo pasado en el paseo Felipe González de Dos Hermanas (Sevilla) la prueba de Copa de Andalucía de ciclismo master, una competición de la que fueron eliminadas casi todas las mujeres, obligadas a correr en un pelotón de hombres. Quienes no aguantaron su rueda, que fueron casi todas, fueron eliminadas. Pese a ello, pese a haber podido dar solo una vuelta de las cuatro de las que constaba la carrera, se les concedieron premios. “Fue una sorpresa. ¿Te dan un premio después de echarte? Este último detalle paternalista nos indignó muchísimo más de lo que ya estábamos”, explica María Eugenia Monroy, una de las ciclistas promotoras de la protesta. “Fue un comportamiento absolutamente machista, un caso de discriminación real. Todas nos pusimos de acuerdo en convertir la entrega de trofeos en un acto de reivindicación dando la espalda”.

Monroy, de la categoría M50 (entre 50 y 59 años) se levantó a las 6.30 para competir en Dos Hermanas, la cuarta carrera de su calendario. El recorrido previsto era cuatro vueltas a un circuito de 13 kilómetros. Mientras los hombres de M30 y M40 disputaban la prueba separados por grupo de edad y por género, y los hombres de M50 daban por su cuenta una vuelta antes de que en la siguiente se les unieran los de M60, a las mujeres de todas las edades, de 30 a 60 años, se les agrupó en un solo pelotón con los hombres más veteranos. Algunas, las más jóvenes, aguantaron a rueda de los hombres, otras se descolgaron.

El pelotón mixto, antes de la salida.
El pelotón mixto, antes de la salida.María Eugenia Monroy

Monroy, que se autoproclama “un paquete, la habitual cola de pelotón”, fue de las que se descolgaron. Cuando cruzó la meta cumplida la primera de las cuatro vueltas sonó la campana y un comisario de la federación andaluza se le acercó para decirle que quedaba eliminada. Ante su sorpresa le informaron de que habían fijado una norma: quedarían fuera de carrera quienes pasaran a más de cinco minutos del pelotón. “A mí me indignó, de entrada, porque antes de empezar no habían avisado. Si lo hubiera sabido habría corrido de otra forma”, dice Monroy. “Y también me indignó porque yo no llegaba a los cinco minutos. Pero me cabreé de verdad fue que cuando comprobé que solo habían eliminado a las mujeres”.

El presidente de la federación andaluza, Manuel Rodríguez, quita importancia a un asunto al que no ve solución. “En las carreras mandan la policía y la Guardia Civil, responsables de mantener la burbuja de la prueba y de regular el tráfico”, dice. “Y si te dicen que no pueden mantener cortado el tráfico tanto tiempo y que hay que eliminar, pues hay que eliminar. Y no se eliminó a las mujeres por ser mujeres. Hay ciclistas con un nivel muy bajo y no se puede tener cortado el tráfico por ellas”.

“Son muy pocas”

Una de las mujeres que resistió y terminó, la M30 Lidia Rueda, se explicó en su Facebook. “El motivo de nuestra rebelión: solo pedimos que las féminas tengamos nuestra propia manga, sin hombres”, escribió. “De ese modo todas tendríamos las mismas oportunidades para finalizar la carrera, incluso creo que nuestra carrera sería más bonita y emocionante puesto que ahí demostraremos lo que valemos, sin ningún rebufo o rueda masculina. Podríamos entrar al sprint y no rodeadas de hombres...”

La petición le ha llegado al presidente Rodríguez, que la ve impracticable. “Las mujeres son muy pocas, una docena o así, para tener una carrera propia”, dice. “No se puede tener una ciudad cortada tantas horas, por eso se les junta con los Master 60, los más cercanos a su nivel”.

“Será lo que sea, pero el efecto real es que el 90% de las mujeres fueron eliminadas a la primera vuelta. El mensaje que recibimos es 'fuera, no queremos mujeres en las carreras', y, claro, eso no lo vamos a aceptar”, dice Monroy, combativa y dispuesta a seguir pedaleando y rebelándose.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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