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Morata marca y el Atlético se impone al Villarreal

El delantero logra su primer tanto como rojiblanco y el equipo de Simeone termina por rematar a la contra al de Calleja con un gol de Saúl

Morata celebra con Koke su primer gol con el Atlético, logrado ante el Villarreal. En vídeo, declaraciones de Simeone.Foto: atlas | Vídeo: JAVIER SORIANO (AFP) | atlas
Ladislao J. Moñino

El primer gol validado a Morata y un contragolpe final permitieron al Atlético mantener su persecución al Barcelona. Fue un partido extraño. Por el sobreesfuerzo, el equipo de Simeone jugó menos subido de revoluciones que ante la Juventus. De inicio se olvidó de acogotar al Villarreal con una presión alta, se protegió más con la pelota y la gestionó con paciencia. Ahí la figura de Rodrigo, muy seguro en el pase, fue decisiva. Como lo fue cuando al Atlético le tocó sufrir, dándole quite, equilibro y ayudas en su área. El chico lo mismo está fino en las entregas, como requirió el partido, como se erige en el pilar táctico sobre el que se sostiene el equipo.

Enfrente, el Villarreal, con ese nuevo forraje de tres centrales instaurado por Calleja por los agobios de la clasificación, también se acomodó a ese ritmo bajo inicial. La presencia de Cáseres como mediocentro, de Iborra como escoba de todo lo que se juega por arriba, y de Cazorla como único creativo habla de un equipo más táctico y menos barroco. Bajo ese fútbol más concreto, fue el Villarreal el primero en picar en la portería de Oblak. Una patada larga de Asenjo la mató de cabeza Iborra para Bacca y este puso a Ekambi mano a mano contra el meta esloveno. Esta vez fue con la pierna izquierda con la que Oblak volvió a salir vencedor de una situación límite. La respuesta del Atlético fue el primer aviso de Morata y el señuelo de que la debilidad del sistema de Calleja estaba en la soledad en los costados de sus dos carrileros, Mario Gaspar y Pedraza. Fue por el flanco del primero por donde se coló Filipe Luis para colgar un centro que Morata cazó de primeras y lo ajustó para exigir a Asenjo a una buena estirada.

Hasta que el Atlético no subió el voltaje, el Villarreal no volvió a sufrir, aunque ya fue para encajar. Fue una jugada ligada que desnudó la fragilidad lateral visitante. Griezmann, en una de esas ocasiones en que le da por meterse a organizador, no soltó la pelota hasta que no vio que Arias corría en solitario por su carril. Al colombiano no lo perseguía Pedraza y pudo combinar con Saúl y este con Griezmann, al que le dio tiempo a llegar al balcón del área. El francés le entregó el balón a Rodrigo. El mediocentro vio la llegada de Filipe por la izquierda y el pase de este lo empalmó Morata con otra volea ajustada a la que Asenjo no llegó. Un gol vertical, elaborado de derecha a izquierda con rapidez y fluidez, que por fin inauguró el casillero de Morata tras sus dos goles anulados ante el Madrid y la Juve. Una carrera en solitario del delantero, estirando al equipo, terminó por entregar a la hinchada a su nuevo delantero.

Con un gol en contra y la necesidad de los puntos, Calleja modificó el dibujo al poco del arranque del segundo tiempo. Quitó a un central, Funes Mori, y metió a Chukwueze. Pasó a jugar con una línea de cuatro en el medio. El movimiento igualó la pelea en el centro del campo e incluso le dio al Villarreal más presencia. Tanto que Simeone contestó con dos cambios casi consecutivos en busca de mayor consistencia en el medio y aire para los contragolpes. Mientras el Villarreal se descamisaba, el Atlético se abrochaba. Costa entraba por Morata, pero Thomas sustituyó a Lemar para componer el cuatrivote que maniató a la Juventus. Costa, con dos desmarques agudos, aclaró que la intención era el repliegue y el contragolpe. En el primero, le falló el control; en el segundo, Álvaro se le cruzó cuando se disponía a ejecutar a Asenjo. Ahí entró el Atlético en barrena. Se aculó. Oblak tuvo que imponerse en un ramillete de centros laterales y Giménez evitó el empate sacando con el pecho un disparo de Mario Gaspar. Sufría el Atlético y solo se alivió en una contra final. Diego Costa hizo de Griezmann y soltó un pase cruzado de 40 metros que recogió Saúll. E volante picó con suavidad por encima de Asenjo para cerrar el partido y tranquilizar a Simeone y a su hinchada.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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