“Hemos hecho el bobo y casi nos cuesta la final”
Pau Ribas lamenta la desconexión y apela a “jugar siempre 40 minutos”
El Barcelona disputará este domingo su 36ª final de Copa (24 títulos y 11 subcampeonatos hasta la fecha), la octava en la última década, la segunda consecutiva para Svetislav Pesic. El técnico serbio, de 69 años, regresó hace ahora un año al banquillo azulgrana y alzó el trofeo en Las Palmas con apenas una semana de entrenamiento con sus jugadores. Un año después, la fórmula Pesic ha vuelto a colocar al Barça en disposición de ganar otro título. “Jugamos 30 minutos perfectos y nos pensábamos que ya estaba todo hecho y empezamos a pensar en la final. Nos faltó mucha concentración. Una pena porque lo habíamos hecho perfecto antes”, explicó Pesic tras el susto del arreón final del Iberostar Tenerife.
El triunfo en la final de Copa ante el Madrid en el Gran Canaria Arena fue el primer póster de campeón del Barça desde la Supercopa de 2015, el último trofeo de Xavi Pascual, que dejó el Palau tras ocho años y medio en el banquillo con 12 títulos en su expediente (4 Ligas, 3 Copas, 4 Supercopas y 1 Euroliga). Primero con Bartzokas y después con Sito Alonso, la sección azulgrana entró en una crisis que llegó a convertirse en el segundo periodo más oscuro de su enciclopedia desde 1978. Desde la Liga de 2014, la de la célebre canasta de Lampe, hasta la Copa de 2018, las vitrinas azulgranas solo incorporaron una Supercopa.
La Copa, que entre 1990 y 1999 tuvo ocho campeones distintos en nueve ediciones (CAI, Barça, Estudiantes, Madrid, Baskonia, Manresa, Joventut y Valencia), ha entrado en un duopolio y solo conoce dos campeones desde 2010: o Barcelona o Real Madrid.
Los azulgrana escaparon triunfadores de la semifinal ante el Iberostar Tenerife en circunstancias similares a la final del año pasado ante el Madrid. En el último cuarto, los de Pesic viajaron de la suficiencia (80-56, m. 33) al sufrimiento (87-83, a 26 segundos del final). Pau Ribas (16 de valoración) lideró el trabajo gremial del Barça que, a pesar de la desconexión del tramo final —una sola canasta en juego en los últimos siete minutos de partido y 10 puntos desde la línea de tiros libres—, dejó a ocho jugadores azulgrana con dobles dígitos de valoración. “Al final hemos hecho el bobo. Estábamos haciendo un gran partido, pero hemos dejado de atacar, de defender, de todo... Un poco más y nos cuesta el partido...”, reconocía el propio Ribas tras sellar la clasificación para la final. “Hay que aprender y jugar siempre 40 minutos”, sentenció antes de hablar de la otra semifinal. “Me apetecería que ganara el Joventut, claro. Con Laprovittola todo es posible”, dijo el ex de la Penya.
Un año después, el Barça de Pesic regresa a la final copera. Al territorio donde logró frenar al Madrid de Laso tras cuatro coronas consecutivas.
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