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Champions League - octavos - jornada 1Así fue
Tottenham
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Finalizado
B. Dortmund
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El Tottenham pone un pie en los cuartos de final

El equipo londinense golea a un decepcionante Borussia Dortmund en un partido marcado por las ausencias

Tercer gol del Tottenham, obra de Fernando Llorente.
Tercer gol del Tottenham, obra de Fernando Llorente.Clive Rose (Getty Images)

Tan grande es el premio a estas alturas de la Liga de Campeones que la cautela se impone al juego. Al menos suele pasar en los choques de ida mientras un primer gol no impone roles. A partir de ahí todo, de alguna manera, fluye. Y gana el juego, que suele premiar al mejor. En Londres lo fue el Tottenham por encima del Borussia (3-0), que se cayó tras verse por detrás en el marcador y se aboca a una remontada en la decisión al calor de su pasional público, que deberá intimidar más que nunca.

TOTTENHAM, 3 - BORUSSIA DORTMUND, 0

Tottenham Hotspur: Lloris; Foyth, Davinson Sánchez, Alderweireld,; Aurier, Winks, Sissoko (Wanyama, m. 90), Verthongen; Eriksen, Son (Lamela, m. 89) y Lucas Moura (Llorente, m. 83). No utilizados: Gazzaniga, Trippier, Rose y Skipp.

Borussia Dortmund: Bürki; Achraf Hakimi, Toprak, Zagadou (Schmelzer, m. 76), Diallo; Delaney, Witsel; Sancho (Guerreiro, m. 87), Dahoud, Pulisic (Bruun Larsen, m. 87); y Götze. No utilizados: Hitz, Balerdi, Wolf y Philipp.

Árbitro: Mateu Lahoz (España). Amonestó a Aurier y Delaney. VAR: Hernández Hernández.

Goles: 1-0. m. 46. Son; 2-0. m. 82, Verthongen; 3-0. m. 86, Llorente

Wembley. 75.000 espectadores.

Los dos equipos llegaron a la eliminatoria con varias tiritas. Los Spurs lo hacían sin Harry Kane ni Dele Alli, a los teutones les faltaban Paco Alcácer y Marco Reus. Ya no era una cuestión de prevenciones sino que sin dinamita el bombazo ofensivo que se presagiaba al conocerse el emparejamiento apenas quedó en una traca inicial. Luego llegó el petardazo.

Faltaban referencias y sobraba conocimiento en dos rivales que ya habían chocado varias veces en sus últimas experiencias europeas. La de la campaña pasada la solventó el Tottenham al galope, así que puestos a equilibrar fuerzas lo propio era un cambio de papeles. Eso fue lo que sucedió en este nuevo pulso en Londres, donde Pochettino diseñó un partido para encimar, recuperar y lanzar, pero se encontró con la pelota en los pies. El Borussia tampoco acabó de estar cómodo en el repliegue, demasiado lejos de donde le gusta madurar los partidos.

Un cuentagotas futbolístico racionó las incomodidades de los porteros durante la primera parte. Apenas un disparo lejano de Lucas Moura al poco de empezar o un testarazo del central Zagalou al que respondió Lloris pocos segundos antes de que Mateu Lahoz enviase a todo el mundo al descanso. Todo había ocurrido sin que Eriksen y Sancho tuviesen excesiva relevancia en lo sucedido, así que entre ausentes y no presentes el fútbol tampoco comparecía. Pero el clic llegó en el primer minuto de la segunda parte en una cadena de desatenciones del Borussia, excitante en tantas cosas, pero también bisoño, con una zaga con tres defensores que no pasan de los 22 años y un once en el que tiene a cuatro futbolistas que no pasan de los 20. Uno de ellos, el canterano madridista Achraf quiso tejer una florida salida de una presión en banda y dio vuelo a una de esas emboscadas que trazó Pochettino en su planteamiento y que había estado tres cuartos de hora sin poder preparar. Fue tan frenético como lo había dibujado y adornado con un gran centro de Verthongen que Son empaló con categoría. Tampoco defendió bien el novel central Zagadou.

El gol removió los cimientos del partido. Y se pudo apreciar que los del Borussia no eran sólidos. El Tottenham los cercenó con un poco más de ritmo en la pelota, con la ventaja de que su zaga apenas sufría porque Götze, que debía operar como delantero, no tocó bola. Y a Sancho se le esperaba, pero se debió de apear en Finchley Road y no acabó de llegar a Wembley. En desventaja se evidenciaron más los achaques del Borussia, golpeado al final en dos minutos de locura con tantos de Verthongen y Llorente, que acababa de saltar al césped. Un final que desató la fiesta local.

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