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Inglaterra abruma a Francia y agudiza su declive

El ‘XV de la Rosa’ lidera el torneo tras someter en Londres a un rival decepcionante con un marcador sonrojante (44-8)

Courtney Lawes sortea el placaje de Paul Willemse
Courtney Lawes sortea el placaje de Paul WillemseGLYN KIRK (AFP)

El declive de Francia no encuentra fondo. El país con la liga más poderosa del mundo no da con la tecla para crear un proyecto nacional. A otros hitos de una década sonrojante se une este domingo una derrota intolerable en casa del eterno rival, a un punto de la mayor afrenta, un 37-0 allá por 1911, cuando Francia era la novata del club. El Canal de la Mancha se queda corto para explicar el abismo que separa a las dos grandes potencias europeas que deberán jugarse –junto a Argentina– un billete a cuartos de final del Mundial este otoño. Imponente despliegue de la selección que entrena Eddie Jones tras ganar con autoridad en Dublín. El XV de la Rosa monopoliza Le Crounch con 10 victorias en sus 13 últimos enfrentamientos del Seis Naciones ante un rival que ha caído en solo ha ganado tres partidos de 13 con Jacques Brunel. Francia es décima del ranking mundial, más lejos del primer puesto de los All Blacks que del vigesimoprimero que ocupa España.

No hubo guión alternativo. Inglaterra volvió a salir en tromba y anotó por quinto partido seguido un ensayo en los primeros tres minutos de juego. Jonny May necesitó 90 segundos la semana pasada en Dublín; esta vez bastaron 66. Elliot Daly lanzó el contragolpe ante la endeble cobertura defensiva gala y el ala exhibió punta de velocidad para cazar su patada en la zona de marca. Ambos premian la apuesta ofensiva de Jones en ambas posiciones.

Después de poner en liza una trasera talentosa ante Gales, Francia viró al estilo contrario con Mathieu Bastareaud y sus esforzadas embestidas. La idea era replicar la cruenta batalla que venció a los ingleses el pasado año en Paris (22-16). El XV del Gallo susurró en ataque mientras el marcador les daba opciones con alguna patada de Morgan Parra pero no hubo continuidad. Sin posesión, la vulnerabilidad defensiva que les hizo dilapidar un 16-0 nueve días atrás –la mayor ventaja perdida en un Seis Naciones– fue un lastre insuperable.

Yoann Huget, retratado con un error defensivo mayúsculo ante Gales, falló en una cobertura tras otra. No es zaguero habitual, pero tampoco le es extraña la tarea. Así las cosas, Damian Penaud se vio forzado a apagar un fuego tras otro en el costado izquierdo del ataque inglés. May anotó su segunda marca tras una buena secuencia de la delantera que el ala francés ya no pudo neutralizar y completaría un triplete de relumbrón a la media hora en una jugada rota tras un error de manos de los galos. El 11 embolsó a placer otra patada envenenada, esta vez de Chris Ashton –titular en un Seis Naciones seis años después– ante la invisible zaga rival.

Huget amagó con redimirse gestando con una meritoria cabalgada el ensayo de Penaud, pero no sobrevivió al paso por vestuarios. Ante tal oposición, Francia era un juguete para la maestría de Owen Farrell y su pie. Y Francia tampoco daba una a la hora de embolsar el oval. Tras arrancar el primer tiempo con un signo de exclamación, hizo lo propio para cerrarlo en una secuencia de patadas que terminó con un centro como Henry Slade ante un esforzado delantero como Guilhem Guirado. Como es previsible, un velocista gana en arrancada a un lanzador de peso. Tercer ensayo del campeonato para Slade y punto bonus por los cuatro ensayos para Inglaterra en apenas 40 minutos.

El panorama no mejoró para una Francia sonada que encajaría un ensayo de castigo tras un placaje sin balón de Gaël Fickou cuando Ashton ya rozaba la tierra prometida. El ala francés vio la amarilla consiguiente que dejaba a sus compañeros diez minutos en inferioridad y la herida siguió abriéndose. Fue Farrell quien posó su propia patada y superó con la conversión a Jonny Wilkinson como el jugador que más puntos ha anotado en los duelos entre ambas selecciones. No hubo replica de orgullo del XV del Gallo, que deberá lidiar con el incendio un invierno más. No tuvo rival Inglaterra, que pudo relevar a piezas maestras como el frágil Billy Vunipola. Su gran traba para dominar el torneo vendrá con su visita a Cardiff dentro de dos semanas.

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