El Villarreal regala el empate al Espanyol

Estado de ánimo y dinámicas son tópicos manidos en el fútbol para explicar situaciones. La del Villarreal es increíble. Vencía el conjunto castellonense 2-0 a falta de poco más de un cuarto de hora para finalizar el partido, mandaba en el juego y el marcador ante un aturdido Espanyol sin apenas respuesta para revertir el resultado. Y una vez más, como sucedió 15 días atrás en el mismo escenario ante el Athletic, el Villarreal se volvió a pegar un tiro en el pie. Concedió sinsentido una falta al borde del área propia; la lanzó Granero sin mucha convicción y el esférico botó delante de Asenjo que esta vez no logró retenerlo; para completar el cúmulo de desgracias Bonera se introdujo el esférico en su portería al acudir al despeje. El Espanyol se vio de repente en el partido y le alcanzó con un golazo de Rosales para empatar un partido que con la derrota comprometía a Rubi. Javier Calleja no pudo tener un reestreno afortunado y el Villarreal no se despierta de su mal sueño a pesar del partidazo de Cazorla que iluminó a los suyos. Volviendo a los tópicos, los partidos se ganan, empatan o pierden sin atender a los méritos.

Calleja ha tenido mes y medio para reflexionar, para tratar de entender qué errores cometió y que llevaron al Villarreal a la situación crítica que hoy atraviesa, que tampoco ha podido revertir Luis García Plaza en su efímera trayectoria de seis partidos. Desde el sofá de su casa, Calleja cree que detectó los males del equipo. Su primer once señala a la defensa como principal culpable de la situación, mutando como es moda, a una línea de tres centrales. Dos de los capitanes del equipo, Mario y Jaume Costa, se quedaron en el banquillo, sustituidos por Miguelón y Pedraza en los carriles, con el experimentado Bonera en el eje de la zaga acompañando a Álvaro y Funes Mori. La creación quedó para Iborra, Cazorla y Fornals, con Ekambi y Gerard Moreno en el ataque.

Quién no cambia de idea, a pesar de los malos resultados, es Rubi, reconocible el Espanyol en la formación y el esquema. La tensión de ambos equipos y el viento restaba precisión al juego. Lo mejor del Villarreal acontecía cuando el esférico pasaba por los pies de Cazorla, clarividente el asturiano en todas sus intervenciones, una vez más echándose a la espalda al equipo. La intención correspondía al equipo de Calleja con el Espanyol replegado en torno a Diego López que con el paso de los minutos vio como el conjunto amarillo aumentaba la presencia en su área cada vez con más peligro. A la tercera falta lateral que lanzó el Villarreal alcanzó el gol. Como no, la sacó Cazorla a la cabeza de Gerard Moreno cuyo remate se estrelló en el larguero y el rechazo le cayó a Iborra para marcar y estrenarse como goleador en el equipo castellonense. El centrocampista valenciano puede ser vital en las áreas.

Intrascendente en ataque en el primer acto, el Espanyol, sin más remedio, dio un paso adelante en los segundos 45 minutos, desde el primero con Melendo en el costado derecho sustituyendo a Víctor Sánchez. El Villarreal se vio desde el inicio empujado hacia Asenjo. Los contragolpes eran su vía de escape y en uno de estos Pedraza envió un disparo de zurda al palo izquierdo de Diego López. En la segunda transición rápida amarilla, Ekambi le sacó un penalti a Mario Hermoso que se comió el amago del camerunés. Cazorla, el especialista, no falló desde los 11 metros.

Tocado en el ánimo, el Espanyol se metió en el partido por tres desgracias defensivas y consecutivas del Villarreal que concluyeron con el gol en propia puerta del veterano Bonera tras un error de Asenjo. En el minuto 80 llegaría el empate para el Espanyol tras una genialidad de Rosales que se inventó un disparo combado de zurda al que no pudo llegar Asenjo. El Espanyol y Rubi respiran mientras el Villarreal agoniza víctima de sí mismo.