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LaLiga Santander jornada 14
Alavés
Alavés
Jony 37'
1 1
Finalizado
Sevilla
Sevilla
Ben Yedder 77'

El Alavés apea al Sevilla del liderato

El equipo de Aberlardo enreda con su juego al de Machín, que solo consigue un empate

Jon Rivas
Vaclick hace una entrada a Calleri.
Vaclick hace una entrada a Calleri.L. RICO

El maillot amarillo da alas, dicen en el mundo del ciclismo, lo que no deja de ser una verdad a medias. Muchas veces depende del carácter del deportista. Los hay valientes, pusilánimes e incluso serviles, como Andrea Carrea, que cuando se vistió la túnica sagrada, lloró y pidió perdón a su líder, Fausto Coppi. Al día siguiente madrugó para lustrarle las zapatillas a su jefe de filas. También depende del estado de forma, claro. El Sevilla llegaba tal vez no de subir el Tourmalet, pero sí la durísima cota de San Nicolás, junto al Maurice Dufrasne, donde el jueves se la jugó en la Europa League contra el Standard de Lieja. Machín debía administrar los esfuerzos.

El Sevilla sabía que una victoria en Mendizorroza le permitía seguir con el maillot amarillo de LaLiga. Es cierto que el campo del Alavés es, desde que comenzó la temporada, como los Alpes o los Pirineos para los equipos que visitan al grupo de Abelardo, pero lo cierto es que el liderato del equipo de Machín no le dio alas, al contrario, le lastró durante toda la primera parte, donde jugó siempre al albur de lo que dictaba el guion alavesista. Interpretar el juego de los vitorianos es siempre un ejercicio muy complicado. Dejarse enredar por él, es una invitación al desastre. Eso le ocurrió al equipo sevillista durante 45 minutos que tiró a la basura, persiguiendo sombras. Parecía que no pasaba nada, que es lo que suele ocurrir cuando el Alavés está de por medio.

Poco a poco, el equipo albiazul fue llevando el partido al terreno que le convenía. Demasiados duelos individuales, demasiadas acciones enredadas. De Banega no había noticias. De los delanteros, tampoco. El Mudo Vázquez no decía palabra. El central Laguardia, que se crece en cada partido, se movía como pez en el agua en la zaga local, sin apuros, sin presión. El Sevilla no llegaba, salvo en un remate de Ben Yedder, a pase de Silva. Muy poco para el líder.

Tampoco el Alavés profundizaba demasiado, aunque controlaba el juego. Pero en el minuto 36, en una pelota que sacaba la defensa del Sevilla, Agirregabiria cabeceó al buen tuntún hacia la posición de Calleri, que estaba en claro fuera de juego. Sin embargo, Sergi Gómez metió la cabeza casi sin querer y habilitó al argentino, que le dio el pase de la muerte a Jony, que hizo su tercer gol de la temporada y puso por delante al Alavés.

Pese a las protestas del Sevilla, el equipo de casa se ponía por delante en el marcador. Reaccionó desde el banquillo Machín, que cambió la manera de jugar de su equipo al sacar a toda la artillería que tenía. Salieron Promes y Sarabia, que le dieron otro aire a los andaluces. El partido se hizo de ida y vuelta. Al Alavés esa situación, paradójicamente, le podía venir bien o mal. Con un poco de puntería le habría ido bien, pero no la tuvo, así que le fue peor de lo que esperaba. El Sevilla, con el liderato a la espalda, trató de darle un revolcón al marcador, pero se quedó a medias. Empató en el minuto 77, en una acción de Sarabia, por la derecha, un centro preciso al área pequeña y la picardía de Ben Yedder para adelantarse a Pacheco.

Le quedaba poco tiempo al Sevilla, que se volcó, aunque fue el Alavés el que tuvo la mejor oportunidad en un remate de Brasanac al palo. Pese a intentarlo casi a la desesperada, el equipo de Machín, casi sin fuelle después de haber jugado el jueves, no pudo parar el reloj a tiempo con la túnica del primer puesto a sus espaldas. Cae a la segunda plaza, pero que nadie espere que se vaya a poner a lustrar los zapatos del líder.

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