El Atlético juega otro fútbol y pasa a octavos
Los de Simeone se aseguran el pase a la siguiente fase ante el débil Mónaco, al que sentenció en la primera media hora de juego con goles de Koke y Griezmann
Tras el espartano ejercicio contra el Barcelona, el Atlético se dio un garbeo contra el frágil Mónaco por un juego más suelto con el que certificó su pase a los octavos de final. La posesión fue rojiblanca y la pelota le corrió fluida por tramos. Otro fútbol. Suficiente para hacerle ver al equipo francés que este no era su partido, ni ya su competición. Ya solo le queda conocer al Atlético si será primero o segundo de grupo. El pinchazo del Dortmund le dará el liderato si gana en Brujas y también si empata o pierde si los alemanes hacen lo mismo. El curso pasado, a estas alturas, el nombre del Qarabag se había grabado a fuego en la memoria más oscura de la historia rojiblanca.
Esta vez, a la mínima que ha tenido, ha zanjado y ha superado el trauma y el agujero económico que supuso aquel histórico batacazo. En esta primera fase sólo ha tenido el borrón de Dortmund, donde fue más castigado por el marcador (4-0) que por el juego.
Fue uno de esos partidos en el que uno y otro rival parecen invitarse a ver qué saben hacer con la pelota. Con esa consigna, como el rival está hecho jirones, el equipo de Simeone lo aplastó en el inicio. Sin Saúl, sustituido por Thomas, y con Griezmann y Correa como pareja de baile en ataque por la lesión de Diego Costa. Lo hizo desde el minuto dos, con ese gol que entró tras desviar Chadli el intento de Koke por colocar el balón en el palo más alejado de Benaglio con un tirito enroscado. Fue mejor la jugada que precedió al gol que el trastabillado desenlace. La inició Lemar con uno de esos cambios de dirección en campo propio para soltarse de la presión de su marcador, la aceleró Rodrigo a un toque para habilitar rápido la apertura del juego para la progresión de Filipe Luis. Tocando, sí, tocando, se plantó el Atlético en la frontal del área para que Koke tratara de colocar esa rosca atrofiada por Chadli.
Consciente de su superioridad, sin amenaza alguna en el horizonte, con Falcao en el banquillo, Simeone se empeñó en que su equipo continuara con la presión alta, que resolviera el duelo lo antes posible. Con Lemar y Correa como principales agitadores, con Rodrigo poniendo de manifiesto en cada toque y en cada recuperación que el orden con y sin balón con él está garantizado, el Atlético redujo al Mónaco a la nada durante todo el primer acto. Cuestionado el método de financiación del club con el que el magnate ruso Dmitry Rybolovlev trató de instalar al club en la élite, puede que estemos ante otro de esos casos de abandono y deterioro de un proyecto en el que inversor desiste y su legado es un solar en lo que parecía que era un oasis de dinero y estrellas contratadas a golpe de talonario.
Regate de Correa
De aquel equipo que le arrebató el campeonato liguero al París Saint Germain de Emery y disputó la semifinal de la Liga de Campeones en 2017 apenas quedan huellas. Volaron Mbappé, Lemar, Fabinho, Mendy, Bakayoko, Subasic… Con ese sparring plagado ahora de jóvenes, tardó poco más de 20 minutos el Atlético en solventar definitivamente la cita. Otra buena jugada de balón al pie le deparó el segundo gol. Esta vez la firmaron entre Correa y Griezmann, que había recibido antes un pase de Rodrigo de esos que tanto le gustan a su entrenador: vertical y rompiendo línea. Correa puso de manifiesto que no hay otro jugador en este equipo que haga tanto en tan poco espacio. La triquiñuela del día fue crujir la cintura de Raggi, que resbaló ante el engaño del argentino. Su pase atrás lo concretó Griezmann con una definición muy fina, un toquecito curvo con el exterior lejos del alcance Benaglio. Suma ya cuatro goles el francés en esta Liga de Campeones en cinco partidos, uno más que en Liga en 13 jornadas. En la pretemporada particular que lleva a cabo, es en las citas europeas de entresemana donde está siendo más resolutivo. Su entrenador y sus compañeros le esperan ya para los fines de semana, en los que el equipo sigue inmerso en la pelea por la Liga.
El 2-0 le permitió a Simeone dar respiro a Koke, del que consideró que recién salido de una lesión no convenía apurarle en un segundo tiempo que pintaba más a trámite. Su sitio lo ocupó Vitolo, que viene demandando desde hace varios partidos un sitio en el equipo. Está muy abierta la lucha por ser ese cuarto centrocampista que acompañe a Rodrigo, a Saúl y a Koke. También entraron Kalinic por Lemar y Saúl por Correa. Sin grandes apuros, el Atlético se dejó ir pasada la hora de juego.
Griezmamn y Thomas, este con un disparo precioso desde fuera del área que hizo volar a Benaglio, tuvieron el tercer gol antes de que Falcao fallara el penalti que le costó la expulsión a Savic por unas manos que no fueron. La competición pide a gritos el VAR en cada jornada y no digamos cuando empiecen los cruces. Erró Falcao, pero también es cierto que cuando entró en el campo dotó a su equipo del orgullo que no tuvo durante una hora.
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