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Hamilton iguala a Fangio con cinco Mundiales de Fórmula 1

El británico se proclama en México pentacampeón, como el argentino, aunque sus destellos le acercan más al estilo de Senna

En vídeo, declaraciones Lewis Hamilton, pentacampeón del mundo de Fórmula 1.Vídeo: CHARLES COATES
Oriol Puigdemont

México ha alumbrado este domingo el quinto Mundial de F-1 de Lewis Hamilton, su quinta corona, igual que Juan Manuel Fangio, y solo por detrás de los siete títulos del mito de Michael Schumacher. Ha sido el broche a un curso de dominio y de momentos brillantes en el que con Mercedes se ha impuesto a Vettel y a Ferrari.

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A cualquier aficionado a la Fórmula 1 que se le pregunte qué lugar y momento de la trayectoria de Ayrton Senna refleja mejor el gigantesco talento del brasileño, casi con toda probabilidad se referirá al Gran Premio de Mónaco de 1988, en el que el Senna se adjudicó una pole position que, según reconoció él mismo, le acercó a Dios. “Desde hoy, me doy cuenta de que cuando conduzco, lo hago inconscientemente. Para mí, en ese momento me encontraba en otra dimensión. El circuito era un túnel; yo solo corría”, afirmó el paulista tras aquella vuelta rápida que entonces se etiquetó como perfecta.

Tres décadas después de aquello, Lewis Carl Davidson Hamilton volvió a provocar que la mayoría de miembros del ‘paddock’ instalado en Singapur, considerara de forma unánime que el giro que le acababa de dar al británico su séptima pole del curso había sido tan o más perfecto que el de su ídolo en Montecarlo. “Creo que no cometí un solo error. Es una de las mejores vueltas de toda mi vida. Siempre la recordaré”, convino Hamilton, felicitado por la radio por Toto Wolff, su jefe en Mercedes: “Esto es lo más épico que he visto nunca”.

La estadística es muy importante en esta disciplina y más aún cuando el parámetro protagonista son los títulos. La quinta corona que este domingo se encasquetó Hamilton tras terminar cuarto en el Gran Premio de México (venció Verstappen, por delante de Vettel y Raikkonen) en el circuito Hermanos Rodríguez le permite sentarse en la misma mesa de Juan Manuel Fangio. Por delante solo le quedan ya los siete títulos de Michael Schumacher, esos que hace unos años parecían totalmente inalcanzables y que ahora ya no se ven tan lejos a ojos del chico de Tewin (33 años) o de Sebastian Vettel. Con cuatro, el alemán de 31 años le va a la zaga aunque, eso sí, siempre que vuelva a centrarse y a ofrecer su mejor versión.

Las nueve victorias del buque insignia de Mercedes y la racha de seis en las últimas nueve paradas del calendario podrían explicarse a partir de una gran superioridad de las Flechas de Plata sobre los Ferrari. Y si bien el constructor de Stuttgart ha sabido exprimir a la milésima el tremendo potencial de su prototipo, la diferencia la ha puesto Hamilton y su perfil más genial. Domingos como el de Italia, en el que se merendó a los dos Ferrari en el jardín de los de Maranello; o paseos como el de Suzuka, que apenas le hizo salir por televisión dado el nivel de control que exhibió.

Los piropos de Webber y Alonso

Y todo ello trufado con destellos en situaciones puntuales, como la mencionada cronometrada en Singapur o el adelantamiento a Vettel en la primera variante de Monza, una maniobra tan vistosa como arriesgada, demasiado para cualquiera que no sea el conductor del bólido número 44.

“Estamos hablando de alguien que una vuelta sea probablemente mejor que Senna. Es brillante en condiciones mixtas, y si tiene problemas con el coche siempre encuentra la manera de relativizarlos”, le piropea Mark Webber, uno que no está demasiado acostumbrado a lanzar flores a nadie que no sea de su cuerda. En ese sentido, si hay alguien cercano al australiano es Fernando Alonso, que en 2007 comprobó en su propia piel las descomunales capacidades del primer piloto negro de la F1. “Probablemente, los cinco mejores de la historia sean Schumacher, Prost, Fangio, Senna y Lewis. Siempre es delicado comparar épocas distintas, pero si iguala a Fangio será un gran logro. Si alguien debía hacerlo en nuestro tiempo, me alegro de que sea él. Ha demostrado que es capaz de ganar con un coche dominante pero también cuando no lo es, y eso es muy complicado”, le define el asturiano.

Hamilton lleva mucho tiempo intentando ser Senna. Tan es así que hasta él lo reconoce abiertamente. “Mi meta nunca fue igualarme a Michael [Schumacher]. Yo siempre quise hacer algo similar a lo que hizo Ayrton”, dijo después de ganar su cuarto título e igualar las 65 pole positions del suramericano, algo que hizo en Canadá 2017. De cualquier forma, si existe el debate acerca de si ambos comparten plano en lo que se refiere a su habilidad para pilotar, si hay algo que les sitúa indudablemente a una distancia insalvable es su proyección fuera del coche. Mientras el tricampeón ya fallecido no daba puntada sin hilo y se ganó el rol de referente por su coherencia e integridad, Hamilton es naíf y caprichoso; circunstancia que le coloca a las antípodas de su ídolo.

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