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Sarabia y Ben Yedder acaban con el Huesca

El Sevilla asciende a la tercera plaza gracias a su pegada y bate a un digno colista

Rafael Pineda
Sarabia intenta irse de Aguilera y Gürler.
Sarabia intenta irse de Aguilera y Gürler. José Manuel Vidal. (EFE)

Con paciencia y talento, virtudes que se transforman en victorias gracias a una gran pegada, el Sevilla se impuso a un buen Huesca, un colista que dio la cara en un escenario complicado hasta que no tuvo más remedio que rendirse en el minuto 65. Entonces, con André Silva lesionado, surgió la figura de Ben Yedder, un delantero diferente, que sabe combinar a la perfección con sus compañeros en espacios reducidos. El francés se inventó una deliciosa jugada para dar un pase de gol a Sarabia, que siempre está. Entre el talento de Ben Yedder y el oportunismo de Sarabia, el Sevilla derrotó al Huesca, aguerrido hasta entonces, y se coloca en la tercera posición empatado a puntos con el Atlético de Madrid. En esa jugada y en la del segundo gol, con una pared fantástica de Vázquez, con definición precisa de Sarabia, residió, básicamente, la diferencia entre un equipo que aspira a jugar la Liga de Campeones y otro que lucha por el descenso. El Huesca lo dio todo, peleó siempre y fue muy ordenado gracias al buen sistema planteado por su entrenador, Francisco. Virtudes que, al final, acabaron sepultados por la técnica y la pegada de este buen Sevilla de Pablo Machín. Los datos no engañan. Son 52 goles en 20 choques oficiales en el presente curso. El triunfo, trabajado, dejó atrás las dudas de un primer tiempo donde el VAR fue protagonista.

No hubo manera de que el Sevilla pudiera hincarle el diente al Huesca en una primera parte que prometió fútbol y acabó convertida en un barullo. Buena parte de esa incapacidad se generó en el buen planteamiento del equipo oscense. Francisco, un técnico joven y competente, estudió a la perfección al Sevilla. Le respondió con una defensa de tres centrales y una persistente presión a Vázquez y Banega, los generadores de fútbol del conjunto andaluz. Este Huesca constituyó la mejor expresión de LaLiga española, este curso un ejemplo de competitividad, con muy buenos entrenadores y equipos que, a pesar de sus adversas circunstancias, como el caso del colista, son siempre competitivos. Francisco hizo, además, cuatro cambios que le dieron más empaque al Huesca, sobre todo con la presencia de Ferreiro. Ocurrió, no obstante, lo que un entrenador no puede controlar. El Sevilla es un equipo con una pegada enorme. Al Huesca lo salvó, entonces, el VAR.

La revisión en el vídeo, lenta por su dificultad, del remate de Carriço y la posición de Ben Yedder acabaron con las esperanzas del Sevilla. Por primera vez en lo que va de competición, el VAR anulaba dos goles concedidos a un mismo equipo. Y, además, en el transcurso de solo cinco minutos. La justicia tecnológica tuvo perversos efectos en el juego del Sevilla, que perdió mucha continuidad por tanto parón y la ausencia de ritmo en el partido. Eso, sin contar la lesión de Kjaer en la primera de las jugadas anuladas. Vázquez y Sarabia se alteraron y hasta Aguilera, con un fantástico disparo desde fuera del área, estuvo cerca de hacer un buen gol desde fuera del área.

El Sevilla necesitaba templar los ánimos después de tanto alboroto. El VAR hace justicia, sin duda, pero provoca también crispación. El conjunto de Machín tuvo la virtud de no desesperarse. También un punto de fortuna cuando el Cucho no pudo marcar en un buen contragolpe después de un centro de Miramón, incansable. El Sevilla respondió con una gran jugada de Ben Yedder, que le dio el gol hecho a Sarabia. Todo cambió a partir de ese instante, puesto que el Huesca notó el impacto del gol, seguido de otro del propio Sarabia después de otro gran pase, ahora de Vázquez. Con dos grandes zarpazos, el choque había quedado resuelto. Vázquez tuvo el tercero y fue el Huesca el que marcó en la última jugada del partido. Buen taconazo de Pulido. Sin brillantez, pero con pegada, el Sevilla es el tercero de LaLiga. Le bastó con acertar en dos jugadas.

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